Las redes sociales se han convertido en un espacio perfecto para ejercer violencia contra las personas musulmanas. Es la nueva cara de los mensajes de odio que recaen especialmente sobre las mujeres, como no podría ser de otro modo en sociedades machistas como la nuestra. Esto es islamofobia de género. El pasado 2 de abril, comenzaba a recibir amenazas de muerte –una vez más –a raíz de los tweets que la periodista Nuria Coronado subió durante la presentación de mi libro Falsos mitos de la mujer en el islam. "Mereces morir violada, hija de puta" fue uno de los comentarios que hicieron sentirme firme para acudir a comisaría y denunciar este atentado islamófobo patriarcal que busca, entre otros objetivos, amedrentar a las mujeres que tenemos voz.

Quieren que nos callemos, que no cuestionemos los privilegios, que no pongamos en tela de juicio las contradicciones de nuestro sistema, que seamos dóciles y serviles para aceptar la dádiva de la falsa libertad que la presunta democracia ofrece a las mujeres. Y para ello recurren a la manida cultura de la violación, tan interiorizada en nuestra realidad que se asume libremente que "hoy follo, mañana juicio", que algo habrá hecho ella para merecer ser violada, que viajaba sola, que tuvo relaciones sexuales con un chico al que acababa de conocer, o simplemente porque "seguro que deseas ser una huri del paraíso para que te follen todos los moros".