CÉSAR JAVIER PALACIOS. PERIODISTA EXPERTO EN MEDIO AMBIENTE
OPINIÓN

Antibióticos hasta en la sopa

El geógrafo, naturalista, escritor y periodista César Javier Palacios.
El geógrafo, naturalista, escritor y periodista César Javier Palacios.
CJP
El geógrafo, naturalista, escritor y periodista César Javier Palacios.

Fleming no descubrió la penicilina. Encontró el que sería primer antibiótico de la Humanidad por serendipia, pura chiripa que decimos en España, pues fueron otros colegas quienes una década más tarde lograron convertirla en medicamento milagroso. Gracias a la unión de suerte y muchos esfuerzos científicos, cientos de miles de vidas se salvan todos los años de infecciones que durante siglos fueron causa de muerte segura. Hasta ahora. Porque se nos ha ido de las manos su consumo masivo. Tanto que hemos provocado el desarrollo de superbacterias inmunes a ellos o, lo que es lo mismo, responsables de llevarnos de nuevo a la mortal casilla de salida anterior a Fleming, pues nos estamos quedando sin medicamentos efectivos en la lucha contra algunas de estas enfermedades. Están perdiendo su eficacia salvadora. El problema es tan grave que la Organización Mundial de la Salud califica la resistencia a los antibióticos como una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.

No es una exageración. Unas 2.000 personas mueren al año en España de infecciones causadas por bacterias multirresistentes a los antibióticos, casi el doble de las provocadas por accidentes de tráfico. Este año morirán 700.000 personas en el mundo por la misma causa, pero se calcula que en 2050 serán 10 millones (40.000 españoles), superando así las muertes por cáncer. La resistencia a los antibióticos es un fenómeno de pura evolución darwiniana de las bacterias, vencer todas las adversidades incluso boticarias, pero el uso indebido de estos fármacos en el ser humano y los animales está acelerando el proceso. Con un agravante. España es uno de los países de la Unión Europea con mayor índice de consumo de antibióticos. Hay que tomar menos, abandonar la automedicación, tener claro que sólo son efectivos contra las bacterias y no contra los virus, estos últimos responsables de la mayoría de los problemas de garganta y del 100% de los casos de gripe. El problema es que muchos antibióticos y  superbacterias nos llegan de tapadillo, en el sándwich de jamón y queso, el chuletón, los langostinos, el pollo asado y hasta en la mayonesa y la miel. Incluso la humilde sopa de caldo de gallina tiene restos de ellos, cuya cantidad depende de la dosis que haya recibido el animal y del tiempo que transcurra hasta su sacrificio, el denominado periodo de retiro.

Más del 70% de los antibióticos se venden para uso ganadero. ¿Tan enfermos están nuestros animales de granja que necesitan medicarse? En absoluto. Están sanos, pero medicados engordan antes y comen menos, algo muy rentable para las grandes industrias cárnicas. Por eso les inflan a medicinas. Por eso y porque las granjas de cría cada vez están más masificadas y se hace necesario atajar la aparición de cualquier enfermedad antes incluso de que ésta se produzca.

Los más optimistas están seguros de que el ser humano encontrará sin dificultad tratamiento contra las superbacterias, esos supervillanos creados en nuestros laboratorios de avaricia, pero están equivocados. Cada vez es mayor el número de infecciones  (como neumonía, tuberculosis o gonorrea) cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los medicamentos. Y no es posible inventar nuevos antibióticos pues son los que son. De hecho, desde 1987 no se ha descubierto ninguna clase nueva, y mira que las farmacéuticas los están buscando desesperadamente: en bacterias que viven en el suelo, en volcanes, en el mar e incluso en nuestro propio sistema digestivo. Pero no aparecen.

Precaución y buenos alimentos. ¿Para cuándo etiquetas que nos informen de si esa carne, leche o huevos está libre de antibióticos, como ya se hace en Estados Unidos? Porque en el momento en que empecemos a castigar a los productores de estos productos alimentarios casi de farmacia estoy seguro de que acabarán por desaparecer de la sopa y la hamburguesa.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento