Sin apenas tiempo para digerir los resultados del GP de Bahréin, el Mundial de Fórmula 1 desembarca este fin de semana en China, tercera prueba del calendario, en la que Fernando Alonso asume que tendrá que volver a remar a contracorriente.

"Hasta ahora hemos sido capaces de poner todo en su sitio los domingos, pero no hemos tenido las mejores opciones los sábados y tenemos que mejorar. No sucederá de la noche a la mañana, pero sabemos dónde están nuestros problemas y sabemos también que tenemos que trabajar duro para superarlos lo antes posible", ha asegurado este martes el piloto español.

"Mientras tanto, seguiremos empujando en China, como siempre, y continuaremos con nuestra lucha al frente del grupo del medio", ha añadido.

Su compañero de McLaren, Stoffel Vandoorne, ha admitido que el circuito de Shanghái será un duro reto para el MCL33: "Sabemos que es un circuito duro para nuestro paquete. Intentaremos hacer una buena estrategia y aprovechar cada oportunidad que se nos presente, la lluvia podría ser un divertido plus".

Por su parte, Eric Boullier, director de la escudería británica, ha admitido que el rendimiento del monoplaza está por debajo de lo esperado, aunque ha destacado los buenos resultados logrados en las dos primeras carreras.

"Nuestros resultados son sólidos, pero no han llegado fácilmente, y de ninguna manera estamos satisfechos con el trabajo llevado a cabo hasta el momento", ha comentado.

Boullier ha reconocido que el principal problema es el ritmo a una vuelta: "Nuestro mayor déficit es el rendimiento en clasificación y arreglarlo es la primera de nuestras prioridades".