Cuando pisas las playas del sur de Tenerife los deportes acuáticos impregnan el ambiente. Kitesurf, Windsurf, surf, padelsurf, motos de agua, kayak son algunos de los que se pueden practicar en esta zona…Por ello, no habría mejor lugar para celebrar una nueva edición del Campeonato Mundial de Windsurf que esta. La arena dorada de El Médano y sus olas y vientos favorables acogen desde el pasado domingo día 6 de agosto a 90 windsurfistas profesionales venidos desde 18 diferentes países del mundo: Hawai, Brasil, Inglaterra, Alemania y, por supuesto España, entre otros.

La participación femenina ha aumentado "el triple" con respecto a 2011, el primer año que se realizó este campeonato. "Actualmente compiten 21 mujeres, muchas menos que hombres (44), pero esta cifra sube cada año", asegura a 20minutos el alemán Jochen Stolz, responsable de prensa del PWA World Cup Tenerife y excompetidor.

En la modalidad masculina se encuentran Philip Köster; Víctor Fernández (España); Daniel Bruch y Alex Mussolini (España), entre otros. En mujeres competirán las hermanas Daida e Iballa Ruano (España), Sarah Quita o Lina Erpenstein, por citar algunas de las más destacadas. También ha aumentado mucho la afición entre jóvenes.

Y, pese a que las condiciones meteorológicas no permitieron competir los primeros tres dias, este miércoles todos pudieron salir al agua para intentar clasificarse por un puesto en la final del mundial, y este jueves se prevé que mejoren aún más.

Uno de ellos ha sido Marino Gil que, con solo 14 años y venido desde Gran Canaria, compite ya, además de en la catergoría junior, con adultos. Y es que, pese a ser un deporte minoritario en nuestro país, el windsurf ha ido creciendo, tanto en la especialidad masculina como en la femenina, Y cada vez hay más jóvenes que sienten verdadera pasión por este deporte.

Marino empezó con tan solo siete años porque "mi padre iba a navegar, estaba aprendiendo con una escuela. Yo siempre iba todos los días con él, a verlo, y un día me atreví a preguntar si me prestaban algún material para hacer 'wind' y empecé ahí hasta que ya me compré mi propio material". En ese momento, y sin saberlo, comenzó a formarse como lo que es: una futura estrella del windsurf.

No obstante, tiene claro que es muy pronto para competir mano a mano contra los mejores del mundo. Este miércoles venció al británico John Skye, de 40 años y todo un profesional del deporte, gracias a su habilidad con los saltos. Así pasó a la segunda ronda, donde cayó después contra el francés Camille Juban, de 27 años. Sin embargo, su objetivo era claro: "Seguir progresando; no espero ser campeón, pero quiero pasar todas las mangas posibles", matiza.

Vigente campeón júnior en El Médano y en el campeonato celebrado a finales de julio en Pozo Izquierdo (Gran Canaria), el lugar donde se entrena, Marino quiere centrarse en esa categoría, en la que ya está directamente clasificado para la final y donde seguirá mientras coge experiencia con los mayores.

Este joven espera llegar a vivir de su pasión, pero ahora debe centrarse en sus estudios. "Voy a pasar a cuarto de la ESO, seguiré hasta bachillerato y luego me dedicaré a navegar", afirma convencido de que algun día estará entre los mejores. 

Como él, cientos de niños y niñas, sobre todo residentes en las islas, donde el clima permite entrenar y disfrutar casi a diario del windsurf, se pasan los días, desde que sale el sol hasta que se pone, enfundados en las mallas, sobre la tabla e intentando controlar cada día mas la vela, las olas y el viento. Un deporte cuanto menos difícil por la fuerza que tienen que desarrollar hasta que se convierten en verdaderos profesionales.