Necesitaba el Celta una proeza para pasar a la final de la Europa League: ganar en Old Trafford, el mítico estadio del Manchester United y conocido como El Teatro de los Sueños. Pero el triunfo no llegó (1-1), y los gallegos se quedaron así sin jugar el partido decisivo en Estocolmo el próximo 24 de mayo.

Empezó el conjunto vigués con fuerza, con ambición, sabedor de que tenía poco que perder, y Iago Aspas metió el miedo en el cuerpo al United con dos grandísimas jugadas individuales. En la segunda de ella, tuvo que responder Romero con una mano espectacular.

La iniciativa al comienzo del Celta, sin embargo, tuvo su castigo pronto, cuando en el minuto 17 un error en la marca de la zaga gallega fue aprovechado por Fellaini, que remató de cabeza un medido centro de Rashford para poner más diferencia en la eliminatoria.

El Celta acusó el golpe, y pese a su dominio territorial, sus llegadas con peligro brillaron por su ausencia en el resto de la primera mitad.

Tras el descanso, Berizzo metió en el campo a Jozabed, y el conjunto español se animó en busca de un gol que diera esperanza, aunque la mejor ocasión fue para Mkhitaryan, pero el United no sentenció.

El paso de los minutos hizo que el dominio del Celta aumentara, ya a la desesperada, y cuando todo parecía perdido, un gran centro de Theo Bongonda lo remató Roncaglia de cabeza para hacer el empate en el partido y dejar a los de Berizzo a solo un gol de la clasificación para la final.

Quedaban solo cuatro minutos, y el choque se volvió bronco, tenso. Una trifulca en el centro del campo acabó con Roncaglia y Bailly expulsados por agresión, y el colegiado añadió seis minutos.

Y en el tiempo de descuento, la tuvo el Celta. Quedaban segundos para el final de la eliminatoria, y un balón al área dejó a Beauvue solo dentro del área, pero el galo prefirió centrar, Guidetti no acertó a rematar el balón, cuando solo tenía que empujarlo a puerta vacía, y las esperanzas del Celta se acabaron. El Manchester United pasaba la final de la Europa League.

En el otro partido, el Ajax sufrió más de lo esperado para clasificarse. Llegaba con un 4-1 logrado en la ida en el Amsterdam Arena, y Dolberg marcó para los holandeses, dejando aparentemente resuelta la eliminatoria.

Sin embargo, los galos reaccionaron, y dos goles de Lacazette antes del descanso dieron esperanza. Ghezzal marcó en el minuto 81, y un gol del Lyon hubiera mandado a la prórroga el partido, pero el Ajax aguantó y certificó su billete para la final.