Hace ya tiempo que en las carreras de automovilismo importa tanto lo que pasa en la propia pista como en las paradas en boxes. Todo se puede ir por la alcantarilla si hay un fallo en los cambios de neumáticos, pero también puede encumbrar a un piloto a la victoria si se hace en el momento adecuado.

En cada competición este elemento tiene una incidencia diferente. En la Fórmula 1 se ha llevado al máximo la importancia de las paradas en boxes, hasta el punto de que todo lo que sea cambiar cuatro neumáticos en más de 3 segundos se considera una parada lenta. El récord absoluto lo tiene la escudería Williams, pese a que no pasa por sus mejores días. Lo logró en el GP de Europa de 2016 en Azerbaiyán, escenario de la próxima prueba del Mundial de Fórmula 1 2018, cuando consiguieron un perfecto cambio de 1,92 segundos, con Felipe Massa al volante.

Pero la búsqueda de la parada en boxes más rápida puede tener consecuencias fatales. Los dos Haas abandonaron en la carrera de Australia de esta temporada por una pistola defectuosa y en Bahréin, Francesco Cigarini saltó a las primeras líneas de la información por ser atropellado por Kimi Räikkönen. Todo está medido al milímetro, la coreografía de mecánicos debe ser perfecta, y son muchos los que entran en juego.

Cada parada en boxes en la Fórmula 1 cuenta con un número similar de personas involucradas. Tres se colocan en cada rueda: el que quita y pone la tuerca con la pistola, el que quita el neumático usado y el que pone el nuevo. A ellos hay que añadir dos más que se colocan en los laterales del coche para estabilizarlo en el aire y los hombres de los gatos, delantero y trasero, que son quienes realmente elevan el coche. Van 16 personas, a los que hay que unir dos más en caso de necesidad de cambiar el morro y los de apoyo con extintores, en caso de incendio. Una veintena de personas para lograr una parada más cercana a los 2 segundos que a los 3.

En otras competiciones hay mucha menos gente involucrada. En las competiciones estadounidenses como la NASCAR o la IndyCar, por ejemplo, la normativa establece que sólo seis mecánicos pueden estar al lado del coche en las paradas en boxes. Ellos deben cambiar elevar el coche con un gato, cambiar las cuatro ruedas, repostar combustible (en la NASCAR) y cambiar cualquier pieza del coche dañada. Evidentemente, el tiempo de esta operación es muy superior que en la Fórmula 1, y puede llegar a estar cerca de un minuto.

En las carreras de resistencia, como las 24 horas de Le Mans en las que competirá Fernando Alonso, las paradas en boxes pueden parecer menos importantes, pero ni mucho menos. El tiempo es menos apremiante, pero también con menos mecánicos involucrados. Por normativa, sólo puede haber cinco en cada operación de boxes en el Mundial de Resistencia, cuatro en el prestigioso IMSA, el campeonato estadounidense de Resistencia cuya joya de la corona son las 24 horas de Daytona. Ellos deben sustituir los neumáticos, limpiar los parabrisas, cambiar las partes aerodinámicas dañadas, repostar combustible... Todo ello sin contar con el cambio de piloto, que puede añadir más tiempo y presión a la operación. Se estima que se tarda cerca de un minuto, en las paradas en boxes más rápidas y sin problemas. En carreras como la de Le Mans, se suelen parar unas 30 veces, a minuto por parada, se puede acumular más de media hora de tiempo perdido. Hacerlo en el menor tiempo posible, aquí también, es crítico.