El color rojizo que destaca entre el blanco del hielo y la nieve ha dado ese macabro nombre a las cataratas. Estas se encuentran en el glaciar Taylor, en la Antártida, y su tono tan llamativo se explicaría con las aguas de un lago salado bajo el glaciar. Su alta concentración en hierro se mezcla con el oxígeno y se oxida, de modo que se tiñen de rojo.
En el Polo Sur se encuentra uno de los parajes más inhóspitos y enigmáticos de todo el mundo, aunque recientemente se ha descubierto el porqué de ese color rojizo tan característico e inquietante que tiñe el glaciar.

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