La región de Donetsk, corazón industrial de Ucrania, se ha levantado contra las autoridades de Kiev este fin de semana desoyendo el ultimátum dado por el Gobierno y recrudeciendo una crisis que parece llevar a una fragmentación territorial sin remedio de un país, que para colmo, está en bancarrota. Ciudades de esta región (Donetsk, Slaviansk, Mariupol, Yenakievo, Krasni Liman, Kramatorsk y Druzkovka) han visto como militantes prorusos han tomado sedes gubernamentales y de la Policía en las últmas 48 horas.

Las autoridades de Kiev han lanzado una ofensiva militar (con víctimas) en la ciudad de Slaviansk este domingo y han anunciado que ampliarán dicha operación 'antiterrorista' a todos los puntos del este del país donde se estén produciendo levatamientos prorrusos. De momento, la respuesta de los simpatizantes de Moscú levantados en armas no echarse atrás, lo que lleva a un escenario de tensión incluso mayor que el de las últimas horas, con algunas víctimas por intercambio de disparos.

¿Estamos ante una situación similar a la Crimea? En parte sí, por el sentimiento separatista que subyace tras estos levantamientos y que aspiran a independizarse de Ucrania al amparo de la Rusia de Putin. Sin embargo, esta crisis puede hacer mucho más daño desde el punto de vista económico. El este del país, y en especial la región de Donetsk, se han convertido en un puntal básico para intentar recuperar la maltrecha economía ucraniana.

Para desgracia de las autoridades de Kiev, es también una zona donde predomina el sentimiento separatista. Con casi 5 millones de habitantes (de los 46 millones en total de Ucrania), se ha convertido, tras Crimea, en el nuevo epicentro de la crisis que está rompiendo el país.

Con o sin Crimea, las necesidades de ayuda financiera internacional de Ucrania eran similares. La actividad económica generada en la región de Donetsk, sin embargo, es vital para encauzar la necesaria recuperación económica del país. De hecho, la región de Donetsk ha sido un filón económico para Ucrania en cuanto a producción de carbón desde el siglo XVIII y ya el XIX suponía el 74% del total consumido.

Donetsk es vital para intentar iniciar la recuperación ucraniana. En esta región hay importantes plantas metalúrgicas, minas de carbón, laboratorios donde se procesan productos químicos, etc... que producen, sobre todo, para el mercado interno, pero también para exportación.

Desde la independencia de Ucrania en 1991, entre el 10% y el 15% del PIB ucraniano proviene exclusivamente de la producción industrial en el este, según datos del departamento de economía de la Universidad Técnica Nacional de Donetsk, recogidos en Business Week.

También cuenta con gran cantidad de hectáreas dedicadas a la agricultura, que sirven para abastecer de diferentes productos hortofrutícolas a todo el país.

Además, y de acuerdo con datos oficiales de Ucrania, esta región contiene el 12% de los recursos naturales de toda Ucrania.

Según las cifras oficiales, esto es lo que supone Donetsk para la economía ucraniana:

Sus habitantes están viendo como en los últimos años muchas fábricas y minas se están cerrando por la grave crisis que atraviesa Ucrania. Los mineros del carbón y obreros de la industria metalúrgica son dos grandes grupos habituales en las protestas contra el Gobierno de Kiev y los medios de comunicación. Se sienten menospreciados por las políticas del Ejecutivo.

"El nuevo Gobierno nos ha subido las tarifas del gas, de la luz. Los precios no dejan de subir con esta situación económica que sufrimos", se queja Valeri en palabras recogidas por la agencia EFE, un minero jubilado que se planta todos los días frente a la sede del Gobierno regional de Donetsk, tomado hace una semana por un grupo de activistas prorrusos radicales.

Al igual que muchos otros a su alrededor, recuerda que hace tan sólo dos años todo eran promesas de prosperidad y un futuro espléndido: la capital minera ucraniana se preparaba para recibir a miles de turistas europeos que no querrían perderse los partidos de sus selecciones de fútbol en la Eurocopa 2012.

"Al final no vino ni Dios. Los hoteles inflaron tanto los precios que muchos seguidores se alojaron incluso en Polonia —que compartía la organización del campeonato con Ucrania— y se desplazaron a la ciudad sólo para ver el partido de su equipo", lamenta el camarero de un restaurante cercano al estadio de Donetsk.

Mientras una virulenta crisis económica azotaba a medio mundo, el país que en la actualidad se queja de no poder pagar ni por la calefacción y pide a sus ciudadanos que se aprieten una vez más el cinturón se gastó al menos 5.500 millones de dólares en aeropuertos, estaciones, hoteles y estadios que están tan vacíos como hace dos años.