Los 'heroicos' perros espaciales de la URSS y su impacto social, recordados en un libro

  • Eran chuchos callejeros porque se les consideraba más valientes que los de raza, debían ser de pequeño tamaño, tener buen carácter y ser 'fotogénicos'.
  • Los casi 50 perros astronautas que la URSS lanzó al espacio eran hembras porque los trajes espaciales estaban diseñados para su forma de defecar y orinar.
  • El libro 'Soviet Space Dogs' recopila material que demuestra la fama de los chuchos astronautas y cómo el régimen comunista los empleó como propaganda.
Postal con un fotomontaje del artista Sveshnikov de Belka y Strelka, las primeras perras en regresar vivas de un viaje espacial. Las banderolas dicen: 'feliz año'
Postal con un fotomontaje del artista Sveshnikov de Belka y Strelka, las primeras perras en regresar vivas de un viaje espacial. Las banderolas dicen: 'feliz año'
© FUEL Publishing
Postal con un fotomontaje del artista Sveshnikov de Belka y Strelka, las primeras perras en regresar vivas de un viaje espacial. Las banderolas dicen: 'feliz año'

Entre los años cincuenta y sesenta del siglo XX, la URSS estaba empeñada en batir a los EE UU en la carrera espacial —uno de los frentes donde se libraba la Guerra Fría—. Durante ambas décadas y antes de atreverse con astronautas humanos, lanzaron al espacio a más de medio centenar de perros, algunos de los cuales se convirtieron, merced a la propaganda, en héroes populares de fama mundial. Un libro recuerda ahora el impacto social de los Soviet Space Dogs (Perros espaciales soviéticos).

El volumen, publicado por la editorial independiente inglesa Fuel [240 páginas y un PVP de 19,95 libras esterlinas, todavía no fijado en euros], recopila ejemplos de la tremenda celebridad de la que gozaron los primeros seres vivos que tripularon vuelos suborbitales u orbitales, según circunvalasen la Tierra en parte o en su totalidad. El aparato de propaganda de la URSS utilizó a los perros-astronautas para proclamar que los soviéticos conquistarían el espacio antes que los estadounidenses.

Cigarrillos, chucherías, juguetes...

El libro, con numerosas ilustraciones, reproduce cómics, libros infantiles, cajas de cerillas, paquetes de cigarrillos, sellos de correos, postales, servilletas, envoltorios de chucherías, figuras de porcelana, juguetes y otros objetos que fueron puestos en circulación en la URSS para proclamar el carácter "heroico" de los perros, que se convirtieron en personajes famosos y, en ocasiones, fueron llevados de gira por la unión de repúblicas.

El 3 de noviembre de 1957, Laika (en ruso, Ladradora) fue el primer ser vivo nacido en la Tierra en dar una vuelta en torno al planeta. La perrilla, de 3 años de edad, voló a bordo del Sputnik 2 y murió a bordo de la nave espacial unas horas después del lanzamiento a causa del sobrecalentamiento del ingenio. Aunque la URSS mantuvo en secreto el momento y las causas del fallecimiento hasta 2002 y sostuvo que la perra había viajado seis días en la nave hasta el agotamiento del oxígeno, el régimen presentó a Laika como un símbolo del "sacrificio patriótico".

Recogidos de las calles de Moscú

Al igual que Laika, todos los demás astronautas caninos eran perros callejeros recogidos de las calles de Moscú —se les consideraba más valientes y resistentes que los de razá—, hembras —el traje que llevaban estaba diseñado para la forma de defecar y orinar de las perras—, robustos, de buen carácter, "fotogénicos" y de tamaño inferior a 35 centímetros de largo para que pudieran adaptarse a los minúsculos habitáculos en los que debían permenacer inmóviles —estaban atados por correajes y un arnés— cuando eran lanzados al espacio. Hubo una gran controversia mundial sobre el maltrato animal en torno al caso de Laika.

El proceso de entrenamiento era exigente y duro: los animales eran confinados durante hasta veinte días en espacios cada vez menores, sometidos a ruidos de alta intensidad, vibraciones y procesos de centrifugado para simular la fuerza centrífuga de los despegues. Gran parte del programa tripulado soviético —que logró poner en el espacio en 1961 al primer cosmonauta de la historia, Yuri Gagarin, a bordo de la nave Vostok 1— se basó en los resultados de los entrenamientos de los perros.

Belka y Strelka

Aunque Laika ocupa el primer lugar en la memoria histórica del medio centenar de chuchos de la URSS que volaron al espacio, los más famosos y utilizados por los propagandistas fueron Belka y Strelka (en ruso, Ardilla y Flecha, respectívamente), que estuvieron un día en el espacio, el 19 de agosto de 1960, a bordo del Sputnik 5 —junto con un conejo, 40 ratones, un par de ratas y un número indeterminado de moscas— y volvieron sanas.

Las perras se convirtieron en legendarias, protagonizaron series de dibujos animados basadas en su odisea y fueron un instrumento diplomático cuando el premier soviético Nikita Jrushchov regaló a la hija del presidente de los EE UU John F. Kennedy un cachorro de la primera como señal de buena voluntad.

'Legendarios'

El libro Soviet Space Dogs, con un ensayo de Olesya Turkina, del State Russian Museum, quiere rendir homenaje "mediante la muestra de objetos efímeros" al "hecho trascendental" de que los perros astronautas de la URSS "se convirtieron en legendarios".

Esa realidad resultó palpable en 2008, cuando Rusia levantó un monumento oficial en honor de Laika. El carismático astronauta Gagarin también habló con cariño sobre la valiente astronauta forzosa: "Todavía hoy no sé si yo soy el 'primer hombre' o el 'último perro' en volar al espacio".

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