Una exposición sobre el 'art déco' muestra en Madrid 300 objetos del 'último estilo total'

  • 'El gusto moderno' explora en la Fundación Juan March el estilo urbano y refinado del París de los años veinte y treinta del siglo XX.
  • Hay ejemplos de artes, mobiliario, moda, joyería, perfumería, vidrio, cerámica, laca, orfebrería, tejidos, dibujos, planos, maquetas, publicidad, revistas...
  • La exposición quiere recrear 'el aire de un tiempo' y un estilo que rendía culto a la calidad, la celebración de lo nuevo, la sensualidad juvenil y el exotismo.
Platinos, diamantes, turquesa y ónix en esta hebilla de cinturón de Cartier datada en 1922
Platinos, diamantes, turquesa y ónix en esta hebilla de cinturón de Cartier datada en 1922
© Foto: Neils Hermann - Cartier Collecion
Platinos, diamantes, turquesa y ónix en esta hebilla de cinturón de Cartier datada en 1922

Surgía en los años veinte como un estilo urbano y refinado. El art déco nació de un revoltijo de influencias que asimilaba los muchos impulsos del joven siglo XX: los diseños dinámicos de aviones y vehículos, los rascacielos, la herencia de vanguardias como el constructivismo o el cubismo, el interés por el arte egipcio y el africano. Reflejo directo de que el mundo cada vez estaba mejor comunicado y todo sucedía cada vez más deprisa, no defendía el pasado y buscaba la transformación estética de lo cotidiano.

El gusto moderno. Art déco en París, 1910-1935 —en la Fundación Juan March de Madrid a partir del 26 de marzo y hasta el 28 de junio— recupera el esplendor del estilo con cerca de 300 objetos entre pintura, escultura, dibujos, maquetas, fotos, muebles, moda, joyas, cine, arquitectura, encuadernaciones, cerámica, orfebrería, textil, publicidad...

La hebilla de un cinturón, una silla...

El conjunto destaca no sólo por la belleza de las piezas, sino por el modo en que sus creadores plasmaron el carácter moderno y las inquietudes estéticas de la época en la ilustración publicitaria de una revista o en artículos cotidianos como recipientes de cristal, la hebilla de un cinturón o una silla.

La exposición quiere recrear "el aire de un tiempo" y un estilo que rendía culto a la calidad, la celebración de lo nuevo, la sensualidad juvenil y el exotismo y el consumo, con un "dominio maestro de las técnicas de seducción del gusto del público", dicen los organizadores de la muestra, que recuerda la importancia clave del art déco —llamado en ocasiones "el ultimo estilo total" por su afán de extenderse hacia todas las áreas de la vida— en la gestación de una nueva forma, más hedonista y placentera, de afrontar lo cotidiano.

Modernidad ornamental contra funcionalidad utópica

Siempre difícil de clasificar y definir en la historia de los movimientos artísticos, el estilo, que era una alternativa a las vanguardias artísticas al pregonar una modernidad pragmática y ornamental antes que utópica y funcional, comenzó a esbozarse en París en torno a 1910 como contestación al art nouveau, una escuela ensimismada en los motivos extraídos de la naturaleza y en la visión poética del mundo que ofrecía el simbolismo del siglo XIX.

Los creadores del art déco iban en busca de lo nuevo y la disparidad de sus fuentes hizo que pronto surgieran muchas ramificaciones, pero el momento crucial de la explosión del estilo fue la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas celebrada en París en 1925, que difundió el estilo por el mundo, sobre todo entre las mujeres jóvenes de clase alta, principales consumidoras de los productos que predicaban el lujo como aliado de la funcionalidad.

'Nuevos hábitos sentimentales'

La muestra tiene, con ocho secciones cronológicas y temáticas que reconstruyen ambientes y dan testimonio del art déco como creador de "nuevos hábitos sentimentales, corporales e intelectuales" en la moda, la perfumería, los complementos y los objetos decorativos. El recorrido comienza por los albores del estilo, a principios de siglo, prosigue con los lujosos apartamentos parisinos de los años veinte y analiza en profundidad la influencia de lo exótico —sobre todo a partir de la Exposición Colonial de 1931 en París—.

El recorrido se prolonga hasta mediados de los años treinta, cuando los peculiares planteamientos de la escuela se mezclan con nuevas formas —las de, por ejemplo, los arquitectos y diseñadores Charlotte Perriand, Le Corbusier o Eileen Grey— habitualmente identificadas con la modernidad, "de cuya historia el decó, curiosa e injustamente, parece casi no haber formado parte", anotan desde la exposición con cierto tono de reproche.

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