La bronca-debate entre Rajoy y Sánchez eleva la tensión en el final de la campaña

El presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy (d), y el líder del PSOE, Pedro Sánchez (i), candidatos a la presidencia del Gobierno para las elecciones generales del 20D, a su llegada al debate.
El presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy (d), y el líder del PSOE, Pedro Sánchez (i), candidatos a la presidencia del Gobierno para las elecciones generales del 20D, a su llegada al debate.
EFE/Juanjo Martín
El presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy (d), y el líder del PSOE, Pedro Sánchez (i), candidatos a la presidencia del Gobierno para las elecciones generales del 20D, a su llegada al debate.

Fango, barro, lodo. Son los sinónimos más repetidos en los análisis reposados —y en los inmediatos también— del cara a cara entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.

La pelea dialéctica que mantuvieron los dos candidatos ante la mirada, a ratos atónita, del moderador, Manuel Campo Vidal, deparó varios momentos de tensión y ha agitado las aguas de una campaña con pocos sobresaltos hasta ahora —algunas excepciones sí que hay, protagonizadas por Juan Carlos Monedero, un concejal popular de Madrid y el propio Sánchez— y muchas situaciones muy amables en programas de entretenimiento.

Este martes, los dos partidos han recogido el entusiasmo de sus líderes, a los que defienden sin fisuras, mientras que Podemos y Ciudadanos han tomado distancia. Otras formaciones, como Izquierda Unida, han decidido tirar de humor.

Para el PP, el tono utilizado por Sánchez lo descalifica, directamente, para ser presidente del Gobierno. Así lo ha dicho el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maillo. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, lo ha llamado, además, 'soberbio, demagogo y mentiroso'. La cúpula popular ha salido en tromba para defender la "dignidad" de Rajoy, tanto que Javier Maroto, vicesecretario de Acción Sectorial, y Óscar López, portavoz socialista en el Senado, han amagado con repetir la contienda en una tertulia unas horas después.

En el partido azul la valoración de Sánchez pasa por criticar sus modales; fue un "faltón", según Esperanza Aguirre. "España no se merece al Pedro Sánchez maleducado y a la desesperada", ha dicho el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que también ha tenido para los demás: "Creen que gobernar es como hablar [precisamente] en una tertulia".

El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, opina que la actitud del líder socialista será un "lastre" en su carrera y el eurodiputado Esteban González Pons, que "quiso ganar votos para Iglesias". La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha usado una palabra con mucha más sonoridad: "Macarrismo".

"Verdades como puños"

Si la consigna en el PP es hoy la de criticar el "insulto", la del PSOE es defender que lo dicho por Sánchez era lo que "todos" los españoles querían oír. "Se puso muy nervioso cuando le dijeron que no era decente", ha asegurado el líder del PSC, Miquel Iceta. El propio Sánchez ha declarado que no se arrepiente de nada de lo que dijo y la exministra y candidata catalana Carme Chacón, aunque ha reconocido que Sánchez "habló con dureza", ha argumentado que "la corrupción se debe atacar con dureza".

"Yo soy muy partidario de la pasión, pero de la pasión con cortesía", ha opinado también el exministro de Educación, Ángel Gabilondo, que ha pedido que el foco se centre en los contenidos del debate y no en "los adjetivos".

"Verdades como puños", según el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, es lo que dijo Sánchez, e insistió en que el comportamiento de Rajoy en relación a ciertos temas no ha sido "decente". "El debate no fue un tongo", ha dicho, "no era cuestión de hacer teatro" —para ERC e IU sí lo fue—. Populares y socialistas han cerrado filas, nada de cambiar comas.

A estas alturas de campaña, ya no habrá más debates "decisivos" en televisiones ni encuestas en medios (salvo en Andorra). Así que, a priori, los ciudadanos no asistirán a más discusiones entre los candidatos del PP y el PSOE, aunque sí entre segundas espadas.

Podemos y Ciudadanos

Los líderes de Podemos y Ciudadanos han optado por distanciarse de inmediato de la bronca –otra de las palabras omnipresentes en los análisis— y se han puesto de acuerdo en hablar del "último debate de una era". Albert Rivera cree que se traspasaron todos "los límites".

Este martes, Pablo Iglesias ha desayunado con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y ambos se han deshecho en elogios el uno con el otro, pero también han criticado el debate. El léxico, según el cántabro, "quizá" fue "un poco excesivo" a pesar de que Sánchez "no podía dejar escapar" la oportunidad de sacar la corrupción. "A los ciudadanos les gusta el juego limpio", ha añadido el líder de Podemos. Según Iñigo Errejón, secretario político de Podemos, fueron más los españoles que dijeron: "Buff, qué pereza, esto cuatro años más".

Izquierda Unida, por su parte, ha jugado otra carta, la de la conciliación y, sobre todo, la del humor: durante el debate, la formación se apuntó un tanto comentando en redes sociales las intervenciones de Rajoy y Sánchez utilizando memes, gifs y alusiones a conocidas películas y series de televisión, rebajando un poco el elevado tono de la conversación.

A cinco días de las elecciones generales del 20-D y con una intención de voto muy volátil, según las encuestas, los partidos están exprimiendo estrategias de última hora en vista de lo igualado de las posiciones. Las urnas dirán si han sido efectivas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento