Un perro se salva en el último minuto de la eutanasia al hallar la causa de su mal: una garrapata

  • 'Ollie' es u pastor que repentinamente comenzó a experimentar una creciente parálisis.
  • Los veterinarios llegaron a recomendar a sus dueños que lo 'durmieran' para que dejara de sufrir.
  • Momentos antes de aplicarle el procedimiento, una enfermera encontró el parásito, que le estaba afectando el sistema nervioso.

Un perro pastor se ha salvado en el último minuto de la eutanasia al encontrar por causalidad el origen de la parálisis que lo afectaba: una garrapata.

Ollie, un pastor sheltie de 10 años de edad que vive en Portland, Estados Unidos, solía ser una mascota activa que adoraba los paseos al aire libre con sus dueños, Al y Joelie Meteney. Sin embargo, después de una excursión por el estado de Oregon, el animal comenzó a perder movilidad.

De una semana a otra, Ollie comenzó a mostrar una creciente dificultad para caminar e incluso para comer. Sus dueños lo llevaron al veterinario al notar que la parálisis aumentaba día a día.

En el centro médico Dove Lewis le hicieron exámenes de sangre, orina, e incluso radiografías, según se describe en un post colgado por el hospital.

Pero los análisis no dieron ninguna pista, y la salud de Ollie seguía deteriorándose, pese a las medicinas. Llegó al punto en el que estaba prácticamente paralizado, incapaz de comer o ir al baño. Ante el panorama, los veterinarios recomendaron a la familia Meteney la eutanasia, para terminar con el sufrimiento del animal.

"Estábamos desolados", recuerda Al Meteney. "¿Qué podíamos hacer? Es parte de nuestra familia, y siempre le habíamos procurado los mejores cuidados".

Finalmente, los dueños lo llevaron al centro para el fatal día. Los médicos estaban preparando la intervención cuando una enfermera se despidió del perro con unas caricias. Y entonces notó un bulto detrás de la oreja, que resultó ser una garrapata.

Aunque Ollie usaba un collar antipulgas, la garrapata había logrado situarse en su cuerpo y a juzgar por las manchas de sangre alrededor de la zona, llevaba un buen tiempo ahí.

Aunque no es común, la garrapata puede llegar a causar la parálisis del anfitrión, explica el hospital. El parásito segrega una sustancia que entra en el sistema circulatorio del organismo invadido y, tras un tiempo prolongado, ataca el sistema nervioso y provoca parálisis.

Los doctores decidieron quitarle la garrapata y darle tres días de prueba a ver si mejoraba. Pero esa misma noche, ya de regreso a casa, Ollie ya estaba en la puerta pidiendo salida para ir a hacer pis. "La rápida recuperación nos dejó sorprendidos", dijo Al al hospital.

A día de hoy, Ollie ha vuelto a la normalidad y es activo como siempre. Usa un nuevo collar antipulgas y una medicina extra para prevenir nuevos invasores.

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