El 90 por ciento de los casos de picadura de garrapata es asintomática, aunque puede ser letal entre el 10 y el 40 % de las personas que manifiestan síntomas, ha indicado el catedrático de Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, Ángel Gil.

Este jueves, la Comunidad de Madrid confirmó los dos primeros casos de fiebre hemorrágica Crimea-Congo detectados en España y en Europa Occidental. Un hombre murió el 25 de agosto por esta causa y la enfermera que lo atendió está actualmente ingresada y aislada.

Hasta ese momento, era una patología inexistente en Europa Occidental y es endémica en países de Europa oriental como Bulgaria, Rumanía y Croacia, donde se notifican entre quince y veinte casos anuales.

Esta enfermedad, endémica en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia, se produce por un virus que transmite por la picadura de garrapatas. Gil ha detallado que en el 90 por ciento de los casos la picadura de garrapata es asintomática, mientras que en ocasiones aparece un cuadro de fiebre, dolor abdominal, diarrea y dolores articulares, lo cual es compatible con muchas infecciones víricas.

En un pequeño porcentaje, el cuadro clínico se puede complicar con la disminución del número de plaquetas, lo que causa hemorragias y la aparición de pequeños puntitos de color púrpura, en la piel y en las mucosas.

Si no se trata de forma adecuada, la patología puede evolucionar y generar un daño hepático y renal y, en ocasiones, conducir a la muerte del sujeto.

Es letal para un porcentaje que oscila entre el 10 y el 40 por ciento de las personas que manifiestan clínicamente estos síntomas, un porcentaje que depende, en parte, de los servicios sanitarios con lo que cuente el paciente.

Tras la confirmación de los dos primeros casos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España, Gil ha indicado que habrá que investigar cómo una garrapata infectada por este virus ha podido llegar a nuestro entorno.

Sanidad está realizando un seguimiento a cerca de doscientas personas que estuvieron en contacto con los dos pacientes y que, hasta ahora, no presentan síntomas.

Ha añadido que el nivel de riesgo no es el mismo para todas las personas que han estado en contacto con ellos y que, en función del riesgo, se produce su aislamiento domiciliario durante veintiún días o simplemente estar pendiente de la aparición de los primeros síntomas.

Dada la fecha del fallecimiento del primer caso (25 de agosto), ha agregado, el riesgo de contagio con el primer caso está bajando porque ya han pasado unos días, aunque hay que estar pendientes del control y seguimiento de los contactos durante veintiún días.

Ha recomendado que cuando se salga al campo se use un calzado adecuado y un pantalón largo para evitar la picadura de garrapatas y si ésta se produce hay que quitar la garrapata sin que quede ningún resto.