Dieciocho años después de La niña de tus ojos y los siete premios Goya que cosechó, Fernando Trueba presenta su secuela La Reina de España (en cines este viernes 25), ambientada en la España de posguerra. Macarena Granada (Penélope Cruz) es una gran estrella en Hollywood y Blas Fontiveros (Antonio Resines) regresa a una España que aún le perseguirá por su pasado. Todo ello, mientras ruedan un filme sobre Isabel la Católica. Hablamos con Cruz.

Se han enfrentado a un rodaje dentro de un rodaje...

Me encanta, porque creo que lo que pasa en un rodaje da como para cien películas. Lo he pensado desde niña, desde que empecé a rodar, con Jamón, Jamón o Belle Époque. Me fascinaba todo lo que pasaba dentro de un rodaje, cómo hay un orden dentro del caos y cómo ese caos es necesario.

Y han hecho equipo de nuevo...

Todos reman en el mismo barco y las cosas salen adelante incluso cuando piensas que se te va a caer el estudio encima. El día a día es mágico, porque siempre hay cosas a la contra, pero todos se unen para superarlo y llegar al final del día.

¿Cómo han sido los rodajes de exteriores y de las escenas de acción?

Me encanta montar a caballo y el lugar era precioso. Gracias a esta profesión aprendes, por ejemplo, a montar a caballo. Hemos tenido que entrenar para muchas películas y al final acabas siendo capaz de montar bien. Yo incluso tuve que aprender a montar y a galopar en camello, que ni sabía que un camello podía arrancar a galopar. El cine te da la oportunidad de aprender cosas que si no fuera por eso, no estarían en tu vida.

¿Tuvo que aguantarse la risa al ver a Carlos Areces haciendo de Franco?

Tuve que pasar un rato con él antes para acostumbrarme. Sobre todo escucharle hablar, porque era la misma voz, era impresionante.

Dice su personaje: "Esto de ser estrella es un coñazo". ¿Lo es?

Macarena lo vive así porque ella ha estado acostumbrada a comer siempre sola en su camerino, a aislarse del mundo, lleva 18 años en EE UU, desconectada de su país... pero no tiene nada que ver con mi caso, porque aunque tengo la suerte de trabajar allí, yo voy y vengo. Ella se fue y allí se quedó. Firmó un contrato con un estudio y en aquellos años firmar con un estudio era de alguna manera como hacerles dueños de tu vida. En ese sentido no envidio mucho no haber vivido esa época.

 También aparece desmintiendo rumores a la prensa. ¿Se sintió identificada?

En esa escena me reí mucho porque había frases que yo misma había dicho alguna vez.

Bonilla dice en un momento dado sobre ser actor: "Búscate una profesión menos insegura".

Si amas la interpretación y tienes la suerte de trabajar... Yo después de rodar una sola vez ya estaba totalmente enganchada a la profesión. De hecho, el día que Bigas Luna dijo «hemos cortado, hemos terminado la película» [Jamón, jamón] yo sentí un bajón de los más fuertes de mi vida. Aquello se acababa y yo no tenía garantías de que pudiera volver a vivir esa experiencia. Lo disfrutaba tanto... hoy en día, con 42 años, las horas que estoy en el rodaje las vivo igual, como si siempre fueras una niña, una estudiante.

¿Incluso repitiendo personaje?

Siempre te enfrentas a un personaje nuevo y es empezar de cero, incluso con Macarena, que ya la había interpretado, pero hay muchos cambios en ella. Actuar es un pozo sin fondo de aprendizaje. Un actor nunca va a tener una sensación de control, de "ya sé lo que tengo que hacer", eso engancha

Así han cambiado los personajes en 17 años