Un tercio de los alumnos andaluces de Primaria admiten ser víctimas del acoso escolar

  • En la Educación Secundaria Obligatoria, el porcentaje cae al 20%.
  • Además, el 2,6% de estudiantes de Primaria y el 6% de la ESO admiten ser agresores.
  • Así lo refleja una investigación del Centro de Estudios Andaluces.
Imagen de recurso para concienciar contra el acoso escolar.
Imagen de recurso para concienciar contra el acoso escolar.
ISTOCK
Imagen de recurso para concienciar contra el acoso escolar.

"Casos puntuales". Así calificó a mediados del pasado año la consejera de Educación de la Junta, Adelaida de la Calle, los últimos datos sobre acoso en las aulas andaluzas que, según el Observatorio para la Convivencia Escolar, se situaron en el curso 2014-2015 en 358, lo que supone un 0,03% del total del alumnado matriculado en la región.

Y hace tan solo dos semanas, durante la presentación de un protocolo específico de actuación ante estos casos, la responsable del ramo insistió en que, aunque "aspiramos al 0%", tampoco "hay que ser alarmistas".

Sin embargo, una investigación realizada por el Centro de Estudios Andaluces pone sobre la mesa datos reveladores que indican que sí hay motivo para la preocupación. Según esta encuesta, realizada durante el curso 2015-2016 entre unos 3.000 estudiantes de centros públicos y privados, el 30% de los alumnos de Primaria y el 20% de los de Secundaria fueron víctimas de acoso escolar; mientras, el porcentaje de agresores en Primaria ascendió al 2,6% y al 6% en la ESO; y el de estudiantes que a la vez fueron agresores y víctimas (agresores vicitimizados), a un 15 y a un 17%, respectivamente.

El estudio también analizó los casos de cyberbullying, es decir, de acoso mediante el uso de dispositivos digitales con acceso a internet. El 9% de los alumnos entrevistados, de ambos niveles educativos, afirmó haberlo sufrido, mientras que un 2% de Primaria y un 5% de Secundaria (en este caso, de 3º y 4º de la ESO) admitió haber sido un agresor cibernético. El 7% se declaró como un agresor victimizado.

Los resultados de la investigación revelan que los chicos están más implicados en los fenómenos de bullying y cyberbullying como agresores y agresores victimizados, mientras que las chicas destacan en el rol de víctimas.

Los insultos se sitúan como la forma más frecuente de agresión en ambos fenómenos, bien directamente o a través de terceras personas. Si bien en el caso de los chicos es más habitual la agresión física. Cuando se trata de las chicas y del cyberbullying, en Primaria estas optan por "excluir a alguien en las redes sociales" y, en Secundaria, "decir palabras malsonantes a alguien sobre otra persona".

Amenazar, piratear la cuenta, hacerse pasar por otra persona, crear cuentas falsas, colgar fotos comprometidas o difundir rumores son otras manifestaciones de acoso señaladas por los alumnos entrevistados.

Violencia en la pareja

Igual o más preocupantes resultan los datos obtenidos en cuanto a la violencia física entre las parejas sentimentales, fenómeno que el estudio solo ha analizado en Secundaria. El 5% del alumnado reconoció haber sido víctima de agresiones físicas graves de forma ocasional (15% en el caso de las leves) y un 1,5% dijo sufrirlas de manera frecuente (2,5% las leves). Mientras, un 3% de los estudiantes manifestó haber cometido agresiones físicas graves ocasionalmente (7% las leves) y un 1% admitió hacerlo frecuentemente (2% las agresiones leves).

La profesora de Psicología de la Universidad de Córdoba, Eva Romera, mantiene que "estamos ante un fenómeno estable, difícil de romper y que requiere respuestas educativas de mayor calado entre los escolares", ya que "no se trata de fenómenos aislados, sino que ocurren con frecuencia". Para Romera, entre el alumnado "hay confusión entre lo que es bueno o malo y asumen como normal comportamientos que no lo son". Prueba de ello, señala, es la cifra de estudiantes que son agresores y víctimas a la vez.

"Es necesaria una respuesta amplia y global de la comunidad educativa, además de medidas específicas, como la formación del profesorado", continúa la docente. Y "hay que prestar atención a las normas implícitas que regulan las relaciones entre los chicos y las chicas, que en la mayoría de los casos permanecen ocultas para los adultos". "No olvidemos", concluye, "que si las situaciones de acoso y ciberacoso ocurren es porque el grupo lo está permitiendo".

La consejera de Educación, Adelaida de la Calle, recordó este miércoles que el nuevo protocolo puesto en marcha por la Junta permite requisar los teléfonos móviles de los alumnos para comprobar posibles imágenes y conversaciones tanto del acosador como del acosado. Igualmente, si fuera necesario, se podrá requisar el dispositivo de "testigos pasivos" que hayan sido receptores de imágenes o comentarios "sin poner ningún aviso de que están recibiéndolo".

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