Samanta Villar narra en 'Madre hay más que una' su experiencia lejos de cursis y falsos tópicos

  • Madre gracias a la donación de óvulos, la periodista cuenta cómo superó los temores y cómo fue todo el camino hasta llegar al embarazo.
  • Las palabras de su pareja fueron claves y son un resumen perfecto: "Los óvulos no son tuyos, pero sin ti no crecerían".
Samanta Villar durante la entrevista con '20minutos'.
Samanta Villar durante la entrevista con '20minutos'.
JORGE PARÍS
Samanta Villar durante la entrevista con '20minutos'.

La polémica una vez más llama a la puerta equivocada: criticar a una mujer que dice una verdad, o al menos una realidad para muchas mujeres que ojalá la supieran antes de decidir ser madres, no parece lo más cercano ni a la libertad de expresión ni a algo que aunque sea muy en el fondo la mayoría acaban compartiendo una vez tienen hijos.

Samanta Villar escribe un libro de interés, quizá no estaría mal que lo leyeran en los colegios, Madre hay más que una (Planeta), en el que además de contar su experiencia como madre por ovodonación, da una cantidad de información que como ella cuenta en la obra se nos dice muy poco a las chicas.

Cuando hablamos con ella durante un rato agradable y sobre todo muy honesto, no teme responder la verdad, compartida por quienes no mienten. Ser madre es difícil, no duro (matiza ella en todo momento), pero complicado. No sabes bien por qué llora o qué le pasa, en su caso en plural, ya que son dos los hijos, de 10 meses ahora, que tiene.

Respeto y verdad durante toda la entrevista. Contar que no es una maravilla que te despierten cada tres horas para dar el pecho no parece descabellado. Lo descabellado parece más bien resulta escuchar que es precioso no poder dormir, dar el pecho cada tres horas, no poder consolar a tu hijo que llora como si fuera a terminar el mundo...

El amor está por encima, tan por encima como para sentir que esos hijos que no son de tus óvulos son absolutamente tuyos, en palabras de su pareja: "Esos óvulos no son tuyos, pero tú los estás dando de comer. Sin ti no crecerían".

Y crecieron en su vientre, y los quiso desde el primer segundo, lo que no quita para que tuviera sus dudas, sus miedos, temores que cuando le dicen hoy: cómo se parece a ti tu hija han quedado más que resueltos con una sonrisa y un sí, se parece. "Porque es verdad que se parece: es morena y tiene los ojos claros".

No miente y se nota: lo deja clara su expresión y su lenguaje no verbal. Su experiencia sirve, y eso es lo que de verdad importa.

Y lo que importa también es conocer qué significa y supone ser madre. Y Samanta es de las pocas voces públicas que lo dice. Aunque lo cierto sea que ni su libro ni sus palabras hablan solo de esto. Una lástima que el fundamento de lo que ha narrado se pierda en búsquedas de controversia. Qué pasa cuando quieres ser madre y no puedes, en qué consiste la donación de óvulos, cómo y qué se sabe de la madre que los dona, cómo es el sentimiento de llevar dentro hijos que no son de tus óvulos, eso es lo que ella cuenta. Parte de lo mucho que cuenta.

"Yo decidí tomármelo con calma. No me apremiaba el tiempo, aunque sabía que no me quedaba demasiado", escribe la periodista Samanta Villar en su obra Madre hay más que una (, y con sus palabras la identificación de la mayoría es inevitable. Queda tiempo, y todavía tengo mucho que hacer en el trabajo, más adelante... Pero en el colegio no nos contaron que, y así lo recoge la periodista (gracias): "A los treinta y cinco años ya hay una disminución importante de la fertilidad en la mujer. Eso nos lo dicen poco a las chicas. A los treinta y cinco años queda aproximadamente el 10% de los ovocitos y son de peor calidad". Y de esto se entera Villar a los 37, cuando ya decide que quiere ser madre. Como tantas otras.

Y la información sigue: "Al pasar los 35 se hace más difícil lograr un embarazo. Y si se consigue cuesta más retenerlo... Después de los treinta y ocho hay otro bajón..., después de los 41, la fertilidad se reduce drásticamente... Pero todo esto no me lo contaron en el colegio. Tampoco mi madre lo sabía".

Y es que la realidad es ésa y aún más: desconocemos en profundidad qué tratamientos y cómo o cuáles nos pueden ayudar. Villar tuvo que pasar por varias experiencias antes de llegar a lograr su deseo gracias a la donación de óvulos de otra mujer. "No sé quién es y mis hijos tampoco podrán saberlo", algo que puede plantear ciertos problemas ya que al desconocer absolutamente todo sobre los antecedentes hay cosas que costará más prevenir.

Protagonista del libro y también del programa que grabó su embarazo y su parto, Villar puede que sorprenda en un tiempo con alguna obra más sobre la maternidad. Es casi una petición que le hacemos quienes no tememos decir la verdad. Amor total a tus hijos y un relato real de lo complicado que es ser madre no puede estar más cerca. Cuantas más voces cuenten cómo y qué, mejor para las futuras madres.

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