Hermanan por primera vez las obras de dos genios y amigos: Miguel Ángel y Sebastiano

  • Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) y Sebastiano del Piombo (1485-1547) se conocieron en 1511 mientras el primero trabajaba en la Capilla Sixtina.
  • Fueron amigos, confidentes y colaboradores durante 25 años y firmaron a la par proyectos de gran originalidad y una belleza asombrosa.
  • La exposición 'Miguel Ángel y Sebastiano' explora en Londres los talentos complementarios y las personalidades divergentes de ambos maestros.
'Lamentación sobre el cadáver de Cristo', una de las más logradas obras de Sebastiano, con diseños parciales de Miguel Ángel. Está considerado el primer paisaje nocturno a gran escala de la historia del arte.
'Lamentación sobre el cadáver de Cristo', una de las más logradas obras de Sebastiano, con diseños parciales de Miguel Ángel. Está considerado el primer paisaje nocturno a gran escala de la historia del arte.
Museo Civico, Viterbo © Comune di Viterbo
'Lamentación sobre el cadáver de Cristo', una de las más logradas obras de Sebastiano, con diseños parciales de Miguel Ángel. Está considerado el primer paisaje nocturno a gran escala de la historia del arte.

Quizá se trate de la mejor y más deslumbrante exposición de los museos europeos esta primavera. Hermana por primera vez bajo un mismo techo a dos maestros del alto Renacimiento del siglo XVI que, además, fueron amigos, confidentes y colaboradores durante un cuarto de siglo y busca lo complementario o divergente de sus obras: Miguel Ángel Buonarroti  (1475-1564) y Sebastiano del Piombo (1485-1547).

Michelangelo & Sebastiano (Miguel Ángel y Sebastiano), la muestra más esperada de la temporada, se inaugura el 15 de marzo en la National Portrait Gallery de Londres, donde permanecerá en exhibición hasta el 25 de junio. Congrega 70 piezas de pintura y escultura, con cesiones que salen de su sede por vez primera o no lo hacían desde hace siglos, y es, en palabras del director del museo, Gabriele Finaldi, una "ocasión irrepetible" para "contemplar obras sobre la vida, la muerte y la resurrección, que se convertirían entre las más impresionantes y conmovedoras jamás realizadas".

La exposición explora los "talentos complementarios, así como las personalidades divergentes" de ambos artistas, que se conocieron en 1511 en Roma —Sebastiano se había trasladado a la ciudad desde su Venecia natal para atender los encargos de un poderoso banquero—.

Dicen que Miguel Ángel, que trabajaba en la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina, quiso ganarse al recién llegado, porque, según anota el historiador Giorgio Vasari, "mucho le gustaba su colorido y su gracia" y no deseaba que Sebastiano cayese ante el influjo de la otra gran estrella artística de la ciudad, Rafael Sanzio (1483-1520), el gran rival de Buonarroti entre los mecenas y el público en una escena artística altamente competitiva.

'Vasta e íntima correspondencia'

La exposición traza un recorrido por unas setenta obras –entre pinturas, dibujos, esculturas y epístolas– que Miguel Ángel y Sebastiano produjeron antes, durante y después de su asociación. En la muestra se pueden contemplar ejemplos de su vasta e íntima correspondencia, ofreciendo una visión única de sus vidas personales y profesionales, inquietudes, frustraciones y momentos de gloria.

Enseguida trabaron amistad y se unieron contra el prodigioso Rafael, también recién llegado y entronizando como la estrella ascendente de Roma. Sebastiano, el único artista de la ciudad cuyas pinturas al óleo podían competir con las de Rafael, se convertiría en el "colaborador ideal" de Miguel Ángel, a quien más que importarle la técnica, deseaba "marginar a su joven rival" [Rafael]. Sebastiano se beneficiaría de forma notable de los dibujos y las ideas conceptuales de Miguel Ángel, con quien realizaría proyectos colaborativos de gran originalidad y de una belleza asombrosa.

'Un arte de mujer y personas perezosas'

La amistad y colaboración se prolongaron durante 25 años, incluso tras el traslado de Miguel Ángel a su Florencia natal en 1516 y la muerte, cuatro años más tarde, de Rafael, pero el afecto terminó de forma enconada tras el regreso definitivo del primero a Roma para pintar el Juicio finalen la Capilla Sixtina, supuestamente por el consejo de Sebastiano al Papa de que la obra debía ser pintada al óleo, mientras que el autor prefería trabajar al fresco —Miguel Ángel dijo, con muy mala uva, que el óleo era "un arte de mujer y de personas cómodas y perezosas"—.

En la exposición destaca un préstamo excepcional, la Lamentación sobre el cadáver de Cristo, obra conocida también como la Piedad de Viterbo, localidad del centro de Italia donde habitualmente está instalada. Datada en torno a 1512-1516, se trata de la primera colaboración artística entre Miguel Ángel y Sebastiano, y plasma con elocuencia su visión conjunta. La pieza, que ha cruzado las fronteras italianas en contadas ocasiones, es el primer paisaje nocturno de gran escala de la historia, y su originalidad radica en la perspectiva iconográfica, ya que aparta la figura de Cristo del regazo de su madre.

Reconstrucción en 3D de la Capilla Borgherini

La Piedad de Viterbo recibió copiosos elogios y  Sebastiano obtuvo dos encargos de mucha entidad, ambos culminados con la contribución de su amigo Miguel Ángel: la decoración de la Capilla Borgherini en San Pietro in Montorio, Roma (1516-1524) —que se muestra en tres dimensiones en una instalación visual— y la Resurrección de Lázaro (1517-1519), realizada en competencia con la espectacular pintura de Rafael la Transfiguración. Con el tiempo, la Resurrección de Lázaro pasó a formar parte del grupo de obras que, en 1824, fundarían la colección de la National Gallery de Londres, y a la que se confirió el primer número del inventario, NG1.

Investigaciones científicas recientes arrojan nueva luz sobre el trabajo respectivo de ambos artistas efectuaron en la dramática Resurrección de Lázaro. Con el uso de reflectografía infrarroja se ha podido desvelar que la contribución de Sebastiano es más significativa e independiente de la influencia de Miguel Ángel de lo que se suponía en un principio. Ahora ya se da por sentado que éste únicamente colaboró en las últimas fases de la obra, retocando los dibujos de la figura de Lázaro, que Sebastiano había pintado.

Destaca también el Cristo de la Minerva de Miguel Ángel, una estatua de mármol de más de dos metros de altura, esculpida entre 1514 y 1515, en la que son completamente visibles los genitales del protagonista. La figura se yuxtapone junto al modelo de escayola de la segunda versión que labró Miguel Ángel del mismo tema (1519-1521) y está instalado de forma permanente en Santa Maria sopra Minerva, Roma. La comparativa de las dos figuras nunca se había intentado antes.

Cesiones del Louvre, el Hermitage y el Prado

Otras obras singulares de Sebastiano cedidas por primera vez para salir de sus ubicaciones habituales son la Visitación (1518), proveniente del Louvre; la ya citada Lamentación sobre el cadáver de Cristo, del Hermitage, San Petersburgo, y Bajada de Cristo al Limbo (1516), propiedad del Prado.

 La exposición "nos acerca al epicentro de la Roma del alto Renacimiento, época en que se forjó un nuevo y heroico movimiento artístico", dice el director del museo londinense, que destaca el fructífero entendimiento de los dos maestros en "un trasfondo de conflictos bélicos y religiosos". La muestra "ofrece una ocasión irrepetible para disfrutar de una selección de piezas maestras sin igual".

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