¿Serán los robots los amantes perfectos del futuro?

  • El auge de la robótica ya hace pensar en el amor y el sexo entre humanos y robots, de hecho ya se han celebrado varios congresos en torno a este tema.
  • Una mujer francesa dice que está dispuesta a casarse con su robot.
  • Algunas personas creen que, desde el punto de vista ético, los robots sexuales traen problemas como la perpetuación de la visión de las mujeres como objetos.
  • OPINIÓN: El juguete sexual definitivo.
  • VOTA: ¿Tendrías relaciones sexuales con un robot?
Una mujer duerme abrazada a un robot.
Una mujer duerme abrazada a un robot.
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Una mujer duerme abrazada a un robot.

Google, Apple, IBM, Amazon, Facebook y todas las grandes compañías centradas en el desarrollo de la inteligencia artificial, aseguran que aún estamos muy lejos de las fantasías de ciencia ficción en la que los seres humanos trataremos a los robots como iguales. Las máquinas autoconscientes y conceptos como la amistad o el amor con robots aún forman parte de un hipotético futuro que tal vez nunca llegue.

Sin embargo, desde los puntos de vista psicológico, sociológico e incluso ético, estas ideas no parecen tan lejanas. De hecho, la robofilia es una realidad. El caso más conocido es el de Lilly, una mujer francesa que ha confesado que se siente atraída sexualmente por los robots desde los 19 años, ya que no le gusta el contacto físico con la gente. Además, dice que estaría dispuesta a casarse con InMoovator, un robot que ella misma creó mediante impresión 3D hace un año.

Este caso podría considerarse una rareza, una parafilia del siglo XXI aún no muy conocida o poco más que una simple evolución del placer mediante el uso de juguetes sexuales. Porque, ¿qué diferencia hay realmente entre usar un vibrador y mantener relaciones con un robot humanoide? Quizás la única diferencia sea psicológica, pero este factor es tan relevante que algunos científicos han comenzado a plantearse las implicaciones de esta nueva realidad.

Prueba de ello es que, desde hace dos años, se celebra en Reino Unido el Congreso Internacional de Amor y Sexo con Robots (los próximos 26 y 27 de octubre tendrá lugar la tercera edición). El último tuvo lugar el pasado diciembre en la Universidad Goldsmiths de Londres. Allí se debatió sobre temas como el matrimonio con máquinas, el trasfondo ético del sexo con robots, cómo afectarán estos cambios al mundo de la prostitución o los posibles futuros derechos de los androides.

El nombre del congreso está tomado directamente del libro Amor y sexo con robots (2007), del maestro de ajedrez y experto en inteligencia artificial David Levy, quien cree que los matrimonios con robots serán legales más pronto de lo que parece, "seguramente antes del año 2050". "La pregunta '¿por qué no casarse con un robot?' será tarde o temprano tan inevitable como esa otra a la que hemos respondido con un sí recientemente: ¿por qué no casarse con alguien del mismo sexo?", dice Levy.

El experto no solo vaticina el auge de la robofila sino que cree que será un fenómeno positivo para las personas, ya que les ayudará a alcanzar la felicidad. El desarrollo de tecnologías como la realidad aumentada, la realidad virtual y, sobre todo, la inteligencia artificial, hacen que todo esto esté más cerca de lo que parece.

"En los próximos diez años será perfectamente factible, desde el punto de vista del software, crear un compañero robot que sea todo lo que la gente pueda desear en un cónyuge, que sea paciente, amable, cariñoso, confiado, respetuoso y que no se queje", asegura. "Sin embargo, algunos disfrutan de las fricciones en una relación y pueden querer casarse con un robot agresivo, algunas personas seguramente lo encontrarían emocionante".

En el otro extremo está la opinión de Kathleen Richardson, del Centro para la Informática y la Responsabilidad Social de la Universidad De Montfort en Leicester, que abandera la Campaña contra los robots sexuales. Según Richardson, los robots sexuales contribuyen a perpetuar la visión de las mujeres como objetos. Además, cree que aceptar este tipo de relaciones como algo normal hará que se pierda la empatía entre seres humanos y fomentará un mayor aislamiento social.

También advierte sobre el riesgo de la aparición del negocio de las creación robots infantiles para pederastas, un argumento que a la profesora Kate Devlin, miembro del departamento de computación de la Universidad de Londres y defensora del uso terapéutico de los androides, le parece fuera de lugar. "Nosotros somos los primeros en trazar una línea roja en el caso de los robots infantiles. La ley va casi siempre por detrás de la tecnología, pero ya hay normas para evitar estos extremos. A lo que nos oponemos es a una prohibición taxativa y a medir todos los robots sexuales por el mismo rasero", explica.

El sector sex tech ya mueve 30.000 millones de dólares al año y se prevé que esta cifra se dispare en muy poco tiempo. La evolución de este negocio hacia el sexo con robots parte de las clásicas muñecas hinchables, que poco a poco van transformándose en sofisticadas y realistas mujeres artificiales.

El prostíbulo de muñecas Lumi Dolls, en Barcelona, representa uno de los primeros pasos. El siguiente es añadir a estas muñecas el componente robótico. También se ha hecho ya: Realbotix es el primer robot sexual que ha llegado al mercado. Tiene la capacidad de abrir y cerrar la boca. Además, su creador, Matt McMullen, quiere introducirle algún tipo de inteligencia artificial que le permita mantener conversaciones. "Va a ser una experiencia nueva increíble que nadie ha tenido antes. Estamos buscando que nuestros robots mantengan una relación más allá de la física", afirma.

Cualquiera que haya visto Westworld (una serie ambientada en un parque temático del Oeste habitado por androides hiperrealistas) no tardará en fantasear con cuáles serán los siguientes posibles pasos.

La UE ya piensa en tomar medidas

La creciente importancia de la robótica y la inteligencia artificial ya ha comenzado a abordarse seriamente. Hace pocas semanas, un informe presentado en el Parlamento Europeo despertó el interés político y mediático sobre esta cuestión, especialmente en relación a la economía y el empleo: ¿los robots deberían cotizar?

Además, el parlamento aprobó (con 396 votos a favor, 123 en contra y 85 abstenciones) una resolución que reclama a la UE una legislación adaptada para un futuro en el que la inteligencia artificial tendrá un papel protagonista, y con la que se invita a la Comisión Europea (CE) a preparar una propuesta que dedique especial atención a los aspectos éticos de la robótica.

Los eurodiputados no quieren poner obstáculos a una tecnología con amplio potencial, pero exigen que su vertiginoso desarrollo vaya arropado por un marco normativo que se preocupe por "la seguridad, la privacidad, la integridad, la dignidad, la autonomía y la propiedad de los datos", señala el texto, que no tiene carácter vinculante. Entre otras medidas se propone que los robots vayan equipados con un "botón de la muerte" que permita desactivarlos en caso de necesidad.

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