La artista ha querido rendir homenaje a sus propios recuerdos en el disco Non ho l'età (Subterfuge Records & La Madriguera), en el que versiona grandes clásicos de la música italiana. Así creció Vega, escuchando las canciones a las que en este trabajo pone ella la voz.

En este álbum Mercedes Carpio (1979), Vega, recoge temas de la Italia de los 50 y 60, como Ma Che Freddo Fa, Nel Blu Dipinto Di Blu -Volare-, Dio, come ti amo. Solo una canción se sale de la época, la de Franco Battiato Centro di gravità permanente, incluida porque fue la primera canción que aprendió a cantar en italiano. Es un disco además muy especial, ya que coincidió con el nacimiento de su hija.

Escuchar este disco es conocer la banda sonora de su infancia y adolescencia, ¿daba temor hacer suyas canciones con las que había crecido?

Es además un álbum que tiene su excepción porque no hago ni la música ni la letra. Pero todas me han marcado como compositora. Esa música fue, además, la que apuntó el sitio hacia el que iría la música pop, cuyo máximo apogeo fueron los Beatles. Pues bien, estos a los que canto son preBeatles.

¿Se ha sentido rara al ser solo la intérprete?

Fue extraño de primeras. Porque cuando canto lo que he escrito al ser cosas que he vivido sé cómo interpretarlo. Aquí era más complicado, pero al final me sorprendí cantándolas. Ha sido un buen ejercicio.

¿Y el ejercicio de conciliar ahora que ha sido madre cómo resulta?

Conciliar un bebé de ocho meses y la música es muy complicado, y no me lo quiero perder. Pero soy hija de una mujer que era profesora y trabajó siempre y mi abuela lo mismo. Así que desde pequeña he sabido lo que es ser autónoma.

¿Y de ahí que decida crear su propia discográfica?

Sí. Cuando alguien como yo se da cuenta de que no puede estar en una multinacional tiene que ser autónoma. Yo lo siento pero no puedo estar en una multinacional, me saltaba la burocracia... ¿No soy dueña de lo que hago? Sentí que dejaba de ser dueña de mis canciones. Y además también compongo para otros. Ahora y así soy dueña de mi presente y mi futuro, el único control que tengo es mi público y ése es muy fiel.

¿Más responsabilidad también?

Sí, claro, estoy haciendo y diciendo lo que quiero, el compromiso es mayor. Pero cuando planteé hacer un disco así, como éste, de música italiana, me encontré con un "Un disco así es para un autor muy grande".

¿Qué espera no hacer nunca?

Hacer música que no me guste nada.

En su caso ha perdido pronto la etiqueta de extriunfita, ¿le sorprende?

No sé , pero es cierto que mucha gente, al oír mi nombre, ni se acuerda de que estuve en Operación Triunfo. Pero también es que yo enseguida me dije: esto no me gusta, no me deja hacer lo que quiero. He llegado hasta donde estoy por convicción y por haber renunciado a muchas cosas y con el riesgo de perderlas, pero es lo que quiero.

¿Ha costado mucho?

Sí, ha costado mucho, pero la coherencia estaba ahí. Estoy donde quiero estar y soy dueña de mi presente.

¿Y el éxito, a qué altura está en su escala de valores?

Todos quieren éxito, pero hay diferentes tipos de éxito. Yo soy una obrera de la música, vivo de mis canciones y vivir de la música hoy es casi imposible. El éxito para mí es poder seguir sacando discos, no aspiro a ser multimillonaria pero sí quiero que dentro de veinte años la gente se acuerde de mí. Aspiro a que cuando tenga la edad por ejemplo de Costello, con quien colaboro en un tema de este disco, digan mi nombre con respeto.

¿Y su hija, qué le gustaría para ella?

Mis padres me dejaron hacer lo que quería siempre y cuando tuviera estudios. Así que hice mi carrera de publicista, que además me ha servido mucho. Es importante tener formación además de dedicarte a lo que quieras. Y leer, leer es muy importante. Yo siempre he leído y me ha marcado como letrista.

¿Un poeta?

Salinas, la obra La voz a ti debida.