València recupera el refugio antiaéreo del Ayuntamiento con el que protegió a 700 niños en 1938

  • Se abre al público el búnker que el Consistorio construyó bajo su patio central.
  • El recinto explica, mediante paneles, cómo era la vida en la València de la Guerra Civil asediada por las bombas de la aviación italiana, que causaron 800 muertos.
  • La ciudad llegó a albergar 200 refugios antiaéreos, algunos de los cuales están en proceso de rehabilitación, como los de Serranos y Massarrojos.
Una de las galerías del refugio subterráneo, que contiene paneles explicativos sobre los bombardeos.
Una de las galerías del refugio subterráneo, que contiene paneles explicativos sobre los bombardeos.
20MINUTOS.ES
Una de las galerías del refugio subterráneo, que contiene paneles explicativos sobre los bombardeos.

Junio de 1938 fue un mes de infausto recuerdo en la ciudad de València, el peor de la Guerra Civil, con 26 bombardeos de la aviación italiana, y en menor medida de la alemana. Cuando la línea de observación de la costa avistaba el avance de los aviones Savoia desde Mallorca, enviaban los avisos a la torre del Micalet, donde se ubicaba el centro de comunicaciones que trasmitía la alerta. En ese momento, empezaban a sonar las 25 sirenas repartidas por toda la ciudad, y los valencianos corrían a los refugios.

Justo ese mes se daban los últimos retoques al que se ubica bajo el Ayuntamiento de València. Un recinto para poner a salvo de los bombardeos franquistas a los 700 niños que integraban el grupo escolar ubicado por aquel entonces en el edificio de la Casa Consistorial. Hoy, 79 años después, el Ayuntamiento abre al público el refugio antiaéreo, reconvertido desde su uso como almacén en un museo que permita al visitante no solo saber cómo se sentían quienes allí se cobijaron, sino conocer la historia y los detalles de los bombardeos indiscriminados sobre València durante la Guerra Civil.

Se calcula que unas 800 personas perecieron víctimas de una práctica hasta entonces inédita, el ataque a la población civil y no únicamente en los frentes. No obstante, la cifra es aproximada y no incluye los heridos, dadas las dificultades que por aquel entonces suponía la recogida estadística de la información.

La concejala de Cultura, Glòria Tello, ha explicado en la presentación de la rehabilitación que la intención del proyecto ha sido la de recuperar "un espacio de gran importancia patrimonial e histórica, cerrado a la ciudadanía durante mucho tiempo". De hecho, las distintas intervenciones posteriores a la contienda bélica, durante los años cincuenta y sesenta, han impedido recuperarlo tal y como era, ya que supusieron la eliminación de elementos como las bancadas, las escaleras originales o la maquinaria del aire.

Construido entre enero y julio de 1938 bajo la dirección del arquitecto José Luis Testor, este refugio de tipo escolar tiene dos entradas simétricas mediante escaleras y cinco naves alargadas paralelas, cubiertas con bóveda rebajada hecha de hormigón, y comunicadas entre ellas mediante arcos de medio punto. En el otro extremo tenía una habitación con retretes y todas las naves contaban con bancos de obra para que los escolares se sentaran, ya desaparecidos. Además, tenía electricidad con cables de cobre de los que colgaban bombillas desde el techo.

En abril de 2016 comenzaron los trabajos para su recuperación. Los técnicos municipales realizaron estudios previos y recogieron documentación sobre el recinto. Después, realizaron catas arqueológicas para recuperar los colores originales (azul en las galerías y rojo junto a las puertas, para indicar que eran zonas más peligrosas por el posible impacto de proyectiles). Según explica Tello, han querido hacer "una musealización baja, pero con lo imprescindible para explicar su función". Estas indicaciones se realizan con paneles sobre los refugios y el fenómeno de los bombardeos sobre València, sobre todo para la vida diaria de los ciudadanos. El proyecto ha tenido un coste de 212.000 euros para las arcas municipales, según Tello.

En la ciudad de València llegó a haber más de 200 refugios durante la Guerra Civil, tanto públicos como privados, según las últimas investigaciones. Sin embargo, es difícil concretar la cifra, ya que sobre muchos no hay documentación o estar sin localizar, sobre todo los que se construyeron por iniciativa privada. De ellos, se calcula que se podrían recuperar unos 20, sobre todo públicos y no se descarta que puedan encontrarse más. Recientemente salió a la luz el de la fábrica de Bombas Gens, también recuperado durante la rehabilitación de la factoría como recinto cultural.

Uno de los que pretende rehabilitar el Ayuntamiento es el de la calle Serranos, "pero tiene un problema de filtraciones y el proceso va lento", explica la concejala de Cultura. Además, se va a actuar sobre el de Massarrojos a instancias de un proyecto presentado por los vecinos de esta pedanía en los presupuestos participativos.

Visita y exposición temporal

El área de Cultura prevé que para visitar el refugio antiaéreo haya que pedir cita previa mediante reserva telefónica. Las visitas se realizarán, según ha indicado Tello, mediante grupos de 25 personas, ya que el aforo es limitado, si bien el método se concretará a partir de este jueves en la página web municipal.

A la apertura del refugio se ha unido la exposición Tempesta de ferro. Els refugis antiaeris a València, que se puede visitar con el horario habitual y entrada libre en la Sala Municipal de Exposiciones de abril a julio. La muestra temporal contextualiza el momento histórico de la construcción de los refugios con tres ejes temáticos: los ataques y bombardeos sobre la ciudad por mar y aire, las consecuencias de estos ataques sobre las edificaciones, el puerto y las víctimas civiles, y finalmente, la protección de los habitantes de la ciudad mediante la construcción de refugios.

Ribó: "Es una forma de reivindicar a las víctimas inocentes"

El alcalde de València, Joan Ribó, ha asistido por la tarde a la inauguración oficial del refugio junto a la concejala Glòria Tello. Allí, ha reivindicado la memoria histórica como una forma de "revertir la imposición del olvido, especialmente del olvido que cayó sobre las víctimas y sobre los vencidos, como una tarea necesaria para una total normalización de la vida democrática en la que quedaba y queda mucho por hacer". Ribó ha enmarcado esta iniciativa en el 80 aniversario de la capitalidad de la República por parte de València, una ciudad que fue bombardeada 237 de los 982 días que duró la Guerra Civil pese a no estar en la primera línea del frente.

"Los refugios forman parte del legado patrimonial de la memoria histórica de la guerra civil en València. Recuperar y abrir al público el que aquí mismo se construyó para albergar a 700 escolares, acompañado de una exposición que informa, ilustra y contextualiza, es una forma de reivindicar a las víctimas inocentes de aquellos ataques en que lo estratégico devenía a menudo en indiscriminado y formaba parte de una agresión planificada para causar terror y muerte entre la  población civil de cualquier edad y condición", ha añadido Ribó durante el acto.

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