Los retos de Emmanuel Macron: una Francia más fuerte en una UE debilitada

El candidato a la presidencia de Francia por el movimiento 'En Marche!', durante un acto de campaña el pasado 4 de mayo.
El candidato a la presidencia de Francia por el movimiento 'En Marche!', durante un acto de campaña el pasado 4 de mayo.
EFE
El candidato a la presidencia de Francia por el movimiento 'En Marche!', durante un acto de campaña el pasado 4 de mayo.

Emmanuel Macron asume la Presidencia de la V República Francesa con un objetivo: relanzar un país en horas bajas dentro de una Europa que se cuestiona su propia forma.

Los votantes han preferido el ‘capitalismo amable’ del joven inspector fiscal que ascendió en la banca Rothschild a la ultraderechista Marine Le Pen, pero también a los partidos tradicionales, hundidos por la falta de confianza del electorado en unas soluciones que no han evitado los efectos de la crisis.

El reto que le espera está a la altura del puesto. Macron tiene cinco años, hasta las presidenciales de 2022, para demostrar que sus recetas liberales son la respuesta al desencanto. Los franceses exigen soluciones, por este orden, a su poder adquisitivo (27%), a la inmigración (26%), el paro (25%) y el terrorismo (24%), según el último sondeo de Ipsos. El presidente quiere convencerles de que Europa, en el décimo lugar de sus preocupaciones (18%), es la puerta a una Francia más grande.

Otra Europa

Bruselas gana tiempo con un europeísta convencido. Macron era el candidato preferido de la UE, pero todo está por hacer. "El centro de gravedad de puede reequilibrarse. Un tándem franco-alemán revigorado y un esquema más inclusivo para la participación de otros estados  será crucial [...] El salto hacia delante de la Unión Europea depende tanto del impulso renovado de Macron como de los estados miembros que prefieren una UE menguante. Francia es un socio imprescindible, pero tradicionalmente receloso de ceder soberanía", estima Pol Morillas, investigador del centro de análisis internacional de Barcelona Cidob, en su último análisis.

Protección de fronteras

El movimiento En Marche! fundado por Macron hace menos de un año otorga "prioridad absoluta" a la "integración" de los migrantes -una obligación inexcusable en el sistema de asimilación galo- y quiere facilitar la obtención del permiso de residencia a los ciudadanos extranjeros con "talento".

Sin embargo, y a presar de que predica una Francia de carácter "hospitalario" con los refugiados que huyen de persecuciones o de conflictos armados, basa su política de fronteras en el refuerzo de la agencia europea de control (Frontex) para evitar la entrada irregular de migrantes económicos. Su política de seguridad, relativa también a la lucha contra el terrorismo de carácter islamista, incluye la promesa de contratar hasta 10.000 efectivos más para las fuerzas y cuerpos del Estado, así como la construcción de 15.000 plazas carcelarias.

Ruptura social

La Francia alejada de las grandes ciudades y envejecida (o postindustrial) ha virado, bien hacia un voto conservador, bien hacia la ultraderecha. Le Pen se ha dirigido, especialmente, a los "perdedores de la globalización", un discurso que ya utilizó Donald Trump para atraer a las clases medias y bajas. Su 35% de votos en la segunda vuelta preocupa y mucho en Francia, pero también en Europa.

"Hay una desconfianza de la población, que echa la culpa al tercero, sea el extranjero, la economía, los políticos... Muchos se sienten víctimas de la globalización o la integración porque creen que sus hijos o nietos no tendrán un mejor futuro. La confianza en las autoridades y en la UE es clave. Ahí veo un tremendo desafío en los hombros de Macron", explica a 20minutos la doctora y analista Paulina Astroza, directora del Programa Estudios Europeos de la Universidad de Concepción.

Liberalismo laboral

Macron, que ya logró aprobar medidas de liberalización como ministro de François Hollande, quiere profundizar en la reforma laboral que el anterior ejecutivo socialista puso en marcha y que costó una huelga general en 2016. Su plan incluye inversiones por valor de 50.000 millones de euros, una bajada de impuestos directos, la universalización del sistema de pensiones y el abaratamiento de la contratación para las empresas; pero también un recorte de gasto por 60.000 millones, la supresión de hasta 120.000 puestos de funcionario, la eliminación de la cotización de las horas extra, restar poder a los sindicatos y la obligación de que los parados que cobren el subsidio acepten empleos si son "decentes".

Legislativas en junio

Macron carece de un solo diputado. Tras abandonar el ejecutivo de Hollande y declarar que no se consideraba "socialista", impulsó En Marche! , que irá a las elecciones legislativas de junio (a doble vuelta y en circunscripciones uninominales, donde el ganador es el aspirante que obtenga mayoría absoluta de votos) con el objetivo de  obtener el mayor número de representantes.

Macron no alcanzaría la mayoría absoluta, según las encuestas. "Lo más probable es que tenga que hacer alianzas para no llegar a la cohabitación, que se produce cuando el presidente es de un partido y la mayoría parlamentaria es de otro color", explica Paulina Astroza. "La primera cuestión es saber qué tipo de partido y de candidatos va a proponer", subrayó ayer el politólogo francés Sami Naïr en Radio Nacional.

¿Quién será su ‘premier’?

"Queremos iniciar la transformación del país muy rápidamente. El perfil ideal del primer ministro es una mujer o un hombre que conozca muy bien la vida política, el Parlamento, pero que también tenga la fuerza para entrar en este período de transformación", ha declarado el consejero de Exteriores de Macron, Aurelien Lechevallier. Entre los nombres que suenan están la exministra socialista Ségolène Royal y dos mujeres que forman parte del equipo de Macron: la exsecretaria de Estado con Jacques Chirac Anne-Marie Idrac y la eurodiputada liberal Sylvie Goulard.

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