Pedro Sánchez: "Hay que mirar más a Portugal y menos a Alemania"

  • Entrevista con el candidato a las primarias y ex secretario general del PSOE en '20minutos' a tres días de las primarias socialistas.
  • "Solo hay un voto útil para aquellos que realmente quieran renovar al PSOE"
  • "En el fondo lo que está haciendo Patxi es dar la razón a quienes defendían una candidatura única".
  • "Mi modelo y el de Susana son distintos, pero pueden convivir dentro del PSOE".
  • ENTREVISTA A PATXI LÓPEZ: "No se puede ser referente solo de la mitad".
Pedro Sánchez, en su visita al periódico 20minutos.
Pedro Sánchez, en su visita al periódico 20minutos.
JORGE PARÍS
Pedro Sánchez, en su visita al periódico 20minutos.

Dice que estos dos años y medios al frente del PSOE y su dramática salida de la secretaría general lo han cambiado. Se refiere a la suya como la candidatura de la militancia, y a solo tres días de las primarias socialistas para elegir nuevo liderazgo,  se muestra convencido de ganar.

¿Cree que el debate del lunes pasado moverá votos?

Sí, porque se vio claramente que en algunos momentos fue un dos contra uno, Susana [Díaz] y Patxi [López],contra mi candidatura. Y creo que hay mucho voto de Patxi que defiende el mismo modelo de partido que nosotros y que cree que la abstención al PP fue un error, y que no entiende que compartiendo modelo y estrategia política el voto vaya dividido.

¿Piensa que hay una estrategia Díaz-López?

Lo que hay son tres candidatos, dos modelos y un único voto útil para quienes realmente quieran renovar el partido socialista, que es el nuestro. Ya le dije a Patxi en la oferta de integración que, cuando se habla de unión, ésta se puede construir antes del 21 de mayo. Ésa es la oferta que puse encima de la mesa a Patxi, y lo seguiré haciendo después de las primarias.

¿Se presentó para cortarle el paso?

Eso habrá que preguntárselo a él. Lo que creo es que Patxi, cuando dice que esto es una suerte de suicidio, que unos quieren matar a otros, en el fondo lo que está haciendo es dar la razón a aquéllos que siempre defendieron una candidatura única y que la militancia no votara. Nosotros creemos que la única forma de reconstruir la unidad dentro del PSOE es con el voto de la militancia. La unidad se construye voto a voto.

¿Por qué no lo llamó antes de hacerlo público?

Tuve varios intentos de contacto con él previos a ese viernes, pero sin éxito. Y más allá de las formas, lo importante es el contenido. Y el contenido es que solo hay un voto útil para los que de verdad quieran renovar al PSOE.

¿Su proyecto y el de Susana Díaz son antagónicos?

Son distintos, pero pueden convivir dentro del PSOE. Ella defiende una organización más vertical, yo más horizontal; y no sabemos nada sobre su política de alianzas. En ese sentido yo creo, en primer lugar, que el PSOE no puede renunciar a vertebrar el cambio, y en segundo lugar, creo que esos acuerdos deben ser consultados con la militancia. Nosotros consultamos nuestro acuerdo con C’s, y ella no consultó ni al Comité director de Andalucía el suyo.

¿Qué pasa si gana pero del congreso sale un proyecto que no comparte? ¿Podría administrarlo?

Nosotros hemos presentado un proyecto político con el que vamos a hacer enmiendas parciales al documento de la ponencia política. En ese proyecto hay una serie de compromisos firmes, y uno de ellos es que las consultas a la militanciaformen parte de los estatutos y sean obligatorias, y lo vamos a defender. Y creo que lo importante es el qué, pero también el quién. Es un poco absurdo esto de que una cosa es la polítca y otra los políticos. La política la hacemos personas, y en las personas se sintetiza una forma de ver el partido, una forma de entender la socialdemocracia, y si eres creíble o no.

¿Cree que tendrá mayoría en el próximo Comité Federal?

Hay una corriente de ilusión enorme, la militancia está más movilizada que nunca y creo que eso también se va a trasladar a las delegaciones provinciales. 

¿Y cómo prevé su relación con los dirigentes territoriales y presidentes autonómicos que le han dado la espalda?

No me cabe en la cabeza que aquellas personas que hayan apoyado a Susana de una manera pública no acepten el resultado de un proceso de primarias en el caso de que el proyecto político que yo encarno cuente con la confianza mayoritaria de los militantes.

Y ellos, ¿tienen algo que temer de usted?

No. Yo cuando me presenté al anterior proceso de primarias integré a gente del equipo de [Eduardo] Madina. Él no quiso integrarse en la Ejecutiva, pero su gente sí lo hizo, y en este caso haría lo mismo tanto con Susana como con Patxi.

Uno de los grandes reproches que le hizo Díaz en el debate fue que muchos de sus colaboradores y dirigentes históricos del partido le han abandonado

Para mí en lo personal ha sido duro, ¿cómo no lo va a ser? Han sido personas que han trabajado conmigo, y otros muchos han sido miembros muy destacados de proyecto que he liderado en este tiempo. Pero creo que la abstención al PP nos cambió a todos, y creo que muchos de ellos no han entendido la envergadura del cambio político en el que está el PSOE.

¿Qué sintió al ver a todos aquéllos dirigentes y referentes históricos en la presentación de la candidatura de Díaz?

A mí me parece que el lema de Susana es 100% excluyente.  Creo que socialistas somos todos, y esta candidatura lo que está haciendo es reivindicar lo que dijo Felipe [González] en el 74 y lo que dijo José Luis [Rodríguez Zapatero] en el 2000, es decir, adaptarse a la sociedad a la que sirve.

Otra de las grandes críticas del ‘susanismo’ son sus "bandazos" y "vaivenes" ideológicos. ¿Por qué ha matizado en su documento final su politica de alianzas, se entiende que con Podemos?

Porque hemos tenido muchos afiliados que nos han mandado sus aportaciones y sus enmiendas y que lo que nos han pedido es que, en la cuestión de Podemos, tengamos una posición mucho más contundente como consecuencia de la actitud de Pablo Iglesias. Pero dicho esto, creo que la clave es no perder nuestra naturaleza de ser alternativa, y no una fuerza subalterna a la derecha. Siempre hemos dicho  que somos una organización autónoma, y que mantenemos una cultura democrática distinta a la de Podemos, que es mucho más asamblearia. Nosotros combinamos la democracia representativa con la democracia participativa,  tenemos un modelo económico distinto... Pero a partir de ahí, siempre digo que el problema de la socialdemocracia no es el pluripartidismo. Y yo prefiero  la vía portuguesa a la gran coalición. Hay que mirar más a Portugal y menos a Alemania.

¿Qué ha cambiado desde la gran bandera española que exhibió en un acto, a la defensa del carácter plurinacional de España? 

La bandera constitucional es la bandera federal, como bien planteó Miquel Iceta, y ahí están reconocidos el carácter federal y toda la diversidad territorial que tiene España, no hay ninguna contradicción. Y lo que nosotros estamos proponiendo, por otro lado, es lo que, según el libro de Jesús Maraña recién publicado, la propia Susana Díaz ha dicho que piensa defender en algún momento de su carrera politica, que es el carácter plurinacional de España. Hay que definir España como lo que realmente es, una nación de naciones. Pero la cuestión fundamental es que solo hay una única soberanía y por tanto es indivisible, y eso es lo que nos aleja de Podemos y de los soberanistas catalanes

En 20minutos dijo que si perdía se iría a casa. ¿Lo mantiene?

No estoy en política por un cargo, he renunciado a todos por defender mis ideas y por coherencia. Y si pasa eso, que no lo creo, pasaré a ser un exsecretario general y militante de base.

¿Y qué pasará con todo el caudal político recabado? El desafío de la nueva Ejecutiva será saber canalizar y encauzar esa corriente de ilusión. Yo me pondré a disposición de quien los militantes digan que quieren que sea su secretario general. Y lo que espero es que si ocurre lo que creo que va a ocurrir, pues esa lealtad que yo me he exigido a mí mismo la ejerzan el resto de candidatos.

¿Es el PSOE irreconciliable? ¿Ha llegado a un punto de no retorno?

No. Cuando se habla, por seguir el mismo símil que usa Patxi, de choque de trenes, yo creo que es al contrario, que las primarias lo que van a suponer es descolgar del tren del PP al partido socialista para discurrir por la senda de la socialdemocracia y de la izquierda. Yo no creo que la democracia interna sea un obstáculo, creo que es la solución a un debate que el PSOE en estos últimos tres años ha mantenido en un cajón, y es el de, en un escenario pluripartidista, dónde se ubica. La solución es muy sencilla, tenemos que elegir entre el PSOE a la deriva, o un PSOE rumbo a la Moncloa. El PSOE de siempre nunca tuvo miedo a liderar el cambio, y eso es lo que tenemos que hacer, abrirnos al siglo XXI, ser el PSOE de los militantes y no el de los notables, para que no vuelva a ocurrir lo que ocurrió aquel 1 de octubre.

Aquello, ¿fue derrocamiento o dimisión? Aunque el entorno de Díaz insiste en que fue una derrota porque usted perdió una votación...

En eso yo creo que lo mejor es ver qué lectura sacaron los medios de comunicación, incluidos los internacionales como el New York Times, Libèration o The Guardian, que utilizaron palabras mucho más duras como revuelta o golpe de Estado. Yo no llego a esos extremos y creo que lo que hubo fue una imposición a las bravas de un modelo politico que era la abstención al PP, y que supuso un volantazo respecto a lo que nosotros habíamos defendido de cara a los militantes y a los votantes, y que nos ha situado en un PSOE a la deriva. Por eso creo que la única forma de recuperar nuestro rumbo es volver a ser la fuerza de izquierdas que nunca debimos dejar de ser y recuperar la credibilidad perdida.

Si volviera atrás, ¿volvería a proponer convocar un congreso extraordinario en 20 días?

Sin duda, porque yo siempre entendí, y esto ellos nunca lo entendieron, que la principal ruptura entre la milirtancia y la dirigencia es que a un secretario general elegido por los militantes no lo puede quitar nada más que la militancia. Yo siempre pensé, antes de que ellos me derroquen, lo que tenemos que hacer es situar en el voto de los afiliados el futuro de la organización.

¿Y por qué pensaba que le iban a derrocar?

Pues porque fue bajarme de la tribuna de la investidura fallida de Mariano Rajoy, y ya empezar a ver en los medios que personas que apoyaban a Susana como eventual candidata a liderar el PSOE estaban ya preparando una dimisión de la mitad de la Ejecutiva más uno, y me parece que esa es una costumbre que viene de largo en la cultura orgánica de Susana, que parece que en Andalucía ha hecho 32 gestoras a lo largo de su vida orgánica en Juventudes y e el PSOE de Andalucía. Yo no lo comparto, creo que a las gestoras hay que ponerles un período de no más de 90 días, que son los que he puesto en nustro proyecto, que no puedan tener facultades ejecutivas como tiene la actual gestora, y que lo que no es cultura de partido es hacer dimitir a la mitad más uno de la Ejecutiva para echar al scretario general.

Usted ha reconocido que se planteó la abstención. ¿Por qué cambió de opinión?

Yo tuve encima de la mesa todos los escenarios porque era mi responsabilidad, porque llevar al PSOE y a España a una eventual repetición electoral, después de haber intentado por todos los medios que no hubiera unas segundas elecciones, era una responsabilidad. Y dentro de ese escenario de la abstención, me planteé seriamente poner encima de la mesa una serie de condiciones, que por cierto Jordi Sevilla recoge algunas en su libro. Pero finalmente no se dio, y no se dio fundamentalmente porque yo entendí que el PSOE no podía perder la credibilidad. Si habíamos ido a la batalla electoral con un compromiso lo teníamos que cumplir, y siempre defendí, como se ha demostrado ahora, que había una mayoría alternativa conservadora para sacar adelante la investidura de Rajoy.

¿Por qué no lo consultó a la militancia?

Bueno, es que la resolución del Comité Federal del 28 de diciembre de 2015 fue precisamente decir no a Mariano Rajoy y sí a una alternativa de Gobierno, y luego no hubo ningún cambio de posición por parte de ninguno de esos dirigentes, salvo de uno, Guillermo Fernández Vara, que llegó a decir en alguna reunión que teníamos que abstenernos. Nadie más lo planteó, Susana nunca planteó en el Comité Federal que había que abstenerse ante el PP, ni antes ni después del 26 de junio. Tendrían que haber sido los que defendían esa opción quienes tendrían que haberlo propuesto. Pero en todo caso, eso se vio superado cuando hubo una dimisión de la mitad más uno de la Ejecutiva. Ahí lo que se estaba planteando ya no era la posición política sobre el sí o el no a la asbtención, sino derrocar al secretario general.

¿Se sintió atado a la hora de negociar un gobierno alternativo?

No conté con el 100% de la confianza del partido para negociar un acuerdo de gobierno alternativo. También es cierto que Iglesias lo puso imposible en aquella rueda de prensa famosa, y también es cierto que es muy curioso que aquellos que me pedían y me exigían  que ni siquiera contara para esa mayoría alternativa con la abstención de las fuerzas catalanas o incluso su ausencia, son los mismos que ahora defienden que la abstención al PP no tiene ningún valor político. Es una contradicción, cuanto menos.

¿Cuándo empezó a sentirse cuestionado como secretario general?

No le podría decir una fecha, pero sí hubo un punto de inflexión cuando Susana, en el mes de octubre, es decir tres meses después de ser yo elegido secretario general, reconoció en una entrevista que ella tenía una estrategia distinta a la mía.

Ha reconocido errores en este tiempo. ¿Cuáles fueron los principales?

Tuvimos que hacer frente desde la Ejecutiva federal a un hecho inédito en la vida democrática de nuestro país, y fue la cuestión central de los tres últimos años tras la emergencia de Podemos, que fue ver quién lideraba la izquierda. Y creo que eso la dirección lo sorteó el 20-D y el 26-J. No hubo sorpasso, y  la cuestión que cabe preguntarse entre aquellos que critican tanto los resultados electorales, es cómo es posible que durante estos tres años haya larvado una organización como Podemos, donde se acumulan 30 organizaciones políticas a la izquierda del PSOE, y que se han unido precisamente para sorpassar al PSOE. Quizás es que nosotros, para muchos de esos movimientos de izquierdas, hemos dejado de ser el cauce de su pensamiento y de su acción política,y esa es la reflexión que tenemos que hacer. Más allá de los errores puntuales que pudiéramos cometer, sorteamos la mayor amenaza que tuvimos, que era dejar de liderar la izquierda.

¿Quién es hoy su máximo referente?
Es muy difícil porque hay mucha gente, pero me gusta mucho Cristina Narbona. Me gusta mucho Antonio Costa (primer ministro de Portugal), con el que he debatido muchas horas sobre el socialismo ibérico, y luego tengo referecias inspiraciones como Fernández de los Ríos o Manuel Azaña.

¿Qué es lo que más miedo le da?

Que el PP deje de temernos.

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