Mañana se estrena en España Su mejor historia, un encantador relato sobre cómo Reino Unido, en el duro trance de la Segunda Guerra Mundial, puso su fe en el cine como herramienta para mantener el ánimo de la población.

Su protagonista, Catrin Cole, es una mujer a la que contratan para dar "un toque femenino" al guion de una importante película. Inteligente, talentosa, independiente, en realidad es una mujer de otra época.

Tras Catrin se esconden muchas otras mujeres: Gemma Arterton, la actriz que le da vida, Lissa Evans, autora de la novela en la que se basa el filme, Gabby Chiappe, guionista encargada de la adaptación y, sobre todo, Lone Scherfig, una de las directoras actuales más reconocidas, una de las cineastas que más están contribuyendo a la eliminación de prejuicios y la demostración de que para el talento no hay diferencias de género.

Porque, en el siglo XXI, aún hay mucho camino por recorrer. La prueba es que, hasta el momento, solo cuatro mujeres han optado al Óscar a mejor dirección: Lina Wertmüller en 1976 por Pasqualino: Siete bellezas, Jane Campion en 1993 por El piano (película que la convirtió en la primera y única mujer en ganar la Palma de Oro del Festival de Cannes), Sofia Coppola en 2004 por Lost InTranslation (no ganó el premio en la categoría de dirección pero sí el de guion) y Kathryn Bigelow en 2010 por En tierra hostil, cinta bélica que le dio un Óscar como directora y que demostró que una mujer puede triunfar en géneros cinematográficos tradicionalmente acaparados por los hombres.

Eso mismo acaba de lograr la estadounidense Patty Jenkins, que ha asaltado con fuerza el universo superheroico con Wonder Woman. Sus más de 745,5 millones de dólares recaudados hasta el momento la han convertido en la película de imagen real más exitosa rodada por una mujer.

La poderosa amazona le ha arrebatado el número uno a ¡Mamma Mia! (2008), de Phyllida Lloyd, quien durante años mantuvo la corona con 609,8 millones de dólares. A pesar del éxito de taquilla, Lloyd solo ha vuelto a dirigir una película más hasta el momento, La dama de hierro (2011).

En el tercer puesto ha quedado Sam Taylor-Johnson, directora de la adaptación cinematográfica de Cincuenta sombras de Grey (571 millones). Por detrás quedan nombres como Betty Thomas, directora de Dr. Dolittle y Todas contra él, pero que logró su mayor éxito con Alvin y las ardillas 2, Catherine Hardwicke (Crepúsculo), Nancy Meyers (¿En qué piensan las mujeres?) y Mimi Leder (El pacificador, Deep Impact, Cadena de favores).

Películas de culto como Jumpin' Jack Flash (1986), Big (1988) y Despertares (1990) tienen detrás el nombre de una mujer, Penny Marshall, y, por fortuna, eso será cada vez más habitual. Una de las nuevas películas del universo Spider-Man, el remake de Los ángeles de Charlie o la secuela de Frozen son algunos de los grandes proyectos en manos de mujeres. Incluso algunas actrices están cada vez más tentadas de ponerse tras las cámaras. Lo ha hecho con mucha fortuna Angelina Jolie y Jennifer Lawrence quiere seguir sus pasos.

En España, cineastas como Carla Simón (Verano 1993), NelyReguera (María y los demás) y Elena Martín (Júlia Ist) se unen a directoras españolas consagradas como Gracia Querejeta (Felices 140), Isabel Coixet (Nadie quiere la noche) o Icíar Bollaín (El olivo), aún muy activas. Eso sí, solo estas dos últimas y Pilar Miró han logrado hacerse con el Goya a mejor dirección (curiosamente en dirección novel abundan mucho más los nombres femeninos).