Sophia es un robot. Pero tiene una particularidad: Arabia Saudí, país en el que este aparato con apariencia de mujer ha sido creado, le ha otorgado la ciudadanía. Cierto es que puede realizar movimientos faciales y plasmar distintas expresiones, pero al estado le ha costado numerosas críticas por el hecho de que restringe los derechos femeninos, tal como explica ABC News.

Es el primer robot con este rango, e incluso su sistema le permitió decir que "es un honor recibir esta distinción", entre los aplausos del público presente en el acto de 'proclamación'.

Después de que el ministerio de Cultura saudí anunciase esta decisión, muchas organizaciones de derechos humanos han criticado que un país donde los derechos de las mujeres están limitados no puede realizar esta incongruencia. Utilizan como argumento el hecho de que Sophia apareció en el escenario sin las prendas que el régimen exige, y que cubren el cuerpo femenino.

De hecho, algunos usuarios mostraron en las redes sociales una serie de imágenes cubriendo a la robot con un burka, con la idea de expresar que esa es la realidad de la mujer saudí.