Los comunes absorben a Podem y barajan gobernar con ERC y pedir apoyo al PSC tras el 21-D

Xavier Domènech, cabeza de lista de Catalunya en Comú, y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona.
Xavier Domènech, cabeza de lista de Catalunya en Comú, y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona.
EFE
Xavier Domènech, cabeza de lista de Catalunya en Comú, y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona.

Podem, marca catalana de Podemos, ha quedado diluida en la coalición con Catalunya en Comú, que lideran Ada Colau y Xavier Domènech, su candidato, y que también integra a BComú, ICV y EUiA. Los comunes admiten dificultades en una campaña, la del 21-D, centrada en el "eje nacional", pero aspiran atraer a dos tipos de votantes: progresistas a los que "les rechina que Iceta se saque selfies con Albiol", e independentistas que han visto que "no había plan B" tras fracasar la DUI. El día después, barajan pactar un Govern con ERC y buscar el apoyo del PSC.

Fuentes de los comunes dan por segura la victoria de ERC, y creen que el objetivo de los de Oriol Junqueras podría ser gobernar desde el "catalanismo progresista" y no la senda unilateral hacia la independencia, que mantendrá como "objetivo retórico a largo plazo". Estas mismas voces pronostican que ERC no buscará ni a la lista de Puigdemont ni a la CUP –los comunes también rechazan esas opciones–, de modo que su alianza natural será con los comunes, hacia los que el exvicepresident ha mostrado sus simpatías. ¿El problema? Que ninguna encuesta cree que así puedan llegar a los 68 escaños, la mayoría absoluta.

Es en ese punto, explican a 20minutos fuentes de los comunes, donde podría entrar en juego el PSC. Los socialistas rechazan en público un tripartito, pero la candidatura de Domènech cree que Iceta no quiere bajo ningún concepto "hacer un frente constitucionalista" con PP y Ciudadanos –fuentes del PSC preguntadas por este diario también lo rechazan–, y que una "renuncia" de ERC a la independencia podría tentar a un PSC que huye de la dinámica de bloques, "necesitado de tocar poder", y que podría hacer valer sus escaños en Parlament que se prevé tremendamente fragmentado.

"El PSC ha sido un partido que ganaba las generales en Cataluña y sacaba un 30% en las autonómicas, ahora está perdiendo todo el poder en los ayuntamientos [los socialistas han perdido varias alcaldías por la ruptura de pactos con fuerzas como ERC o el PDeCAT, o por el abandono de algunos de sus regidores] y no se puede permitir quedar reducido a un papel residual, testimonial", dice un cuadro de una de las formaciones de Catalunya en Comú, que cree que el PSC podría apoyar desde fuera al Govern de coalición ERC-comunes, una opción más "digerible y vendible" para los socialistas.

Apuesta por el referéndum pactado

Como era de esperar, el espacio de los comunes mantendrá en campaña los principales argumentos que han guiado su acción política en los últimos tiempos. La primera clave es la apuesta por el referéndum de autodeterminación pactado entre el Estado y la Generalitat, propuesta no exenta de dificultades políticas y jurídicas, como admite Podemos. La segunda es el rechazo a la declaración unilateral de independencia y a la aplicación del artículo 155. "Ni DUI ni 155" es una consigna que se repetirá, pese a que sus adversarios la tildan con frecuencia de "equidistante".

Y es que los comunes quieren evitar ser encasillados: no quieren alinearse con el bloque constitucionalista –o "monárquico", en su diccionario político– ni con el independentista, y prefieren debatir en términos "izquierda-derecha". Eso explica la apuesta por el entendimiento con ERC y PSC, y eso explica también, comentan fuentes consultadas por 20minutos, su apuesta por mensajes que hablen de "romper frentes" y "sobre la Cataluña que queremos" no sólo en lo territorial, sino también en términos sociales, debates en los que los comunes se sienten mucho más cómodos.

Atraer al votante descontento

Cuadros de los comunes rechazan los reproches por su supuesta equidistancia, y dicen, en cambio, que han logrado arrastrar al independentismo a la propuesta del referéndum y a sectores del PSOE a la apuesta por el diálogo. A medio plazo, creen que se impondrá "el marco del referéndum acordado, incluso entre Puigdemont y ERC", y por ahora confían en atraer con esa propuesta tanto a independentistas que han visto que no hay "plan B" tras el fracaso de la vía unilateral como a votantes socialistas que rechazan la intervención de la autonomía catalana.

"El PSC está dejando huérfano a su electorado más catalanista, la gente fiel al partido que votaba a Maragall y que no entiende la actitud de Iceta", dice un cuadro, que cree que los socialistas, cuya posición define ahora como "más españolista que en 2015", recuperará en cambio a votantes que hace dos años se fueron a Ciudadanos, especialmente en el área metropolitana de Barcelona. "A la gente de izquierdas le rechina que Iceta se haga selfies con Albiol, tenemos que ir a por los desencantados con la piña PP-PSC-Ciudadanos", apunta un dirigente de Podem.

Un camino difícil

El recorrido hasta llegar a la coalición que finalmente se presentará a las elecciones, En Comú Podem-Catalunya en Comú, no ha sido fácil. Especialmente para Podem, marca de Podemos, pilotada ahora por una gestora tras la dimisión de Albano-Dante Fachin, su secretario general, a quien la dirección estatal obligó a renunciar por acercarse a los independentistas y explorar la posibilidad de una coalición preelectoral. Podem tiene, además, una asamblea ciudadana pendiente para renovar su dirección y el debate de si integrarse definitivamente en los comunes aún por resolver.

Fuentes de la dirección saliente de Podem denuncian que, ahora mismo, el partido "no pinta nada" en Catalunya en Comú. La voz cantante la llevan Colau y Domènech, a quienes Pablo Iglesias ha cedido todo el protagonismo en Cataluña. "Podem ha implosionado, será difícil que nuestra gente se implique a fondo", dicen estas voces, quienes además recuerdan que Fachin ha puesto en marcha la plataforma Som Alternativa, ajena al partido morado, lo que ha provocado "desazón" en algunos sectores minoritarios del partido. "Pasarán meses hasta que nos recuperemos", añaden.

En Catalunya en Comú –compuesta por ICV, EUiA y BComú–, en cambio, restan importancia a estos disensos internos en la otra pata de la coalición. Fuentes de los comunes dicen que Fachin era un tipo "completamente disparatado" que representaba a una "minoría" de Podem y que, por tanto, "no arrastra" votos. "A Catalunya en Comú no le afecta el lío interno de Podem: Podem es poco relevante, y Dante era poco relevante dentro de Podem", zanjan estas fuentes, que creen que el futuro pasa por la fórmula de los comunes, un espacio político "netamente catalán".

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