Las carreteras que comunican pequeñas poblaciones suelen estar menos concurridas que las que rodean a las grandes ciudades, por lo que encontrarás menos problemas de atascos.

Si no estás habituado a conducir por entornos rurales tendrás que hacer frente a otros riesgos.

En carreteras con peor estado tendrás que poner especial atención a la presencia de animales sueltos, peatones y ciclistas, y carreteras que cruzan por el medio de un pueblo.

En carreteras de campo no es habitual cruzarse con muchos vehículos y esto conlleva que haya conductores que pisen el acelerador más de la cuenta, pero ¡cuidado! Que estas carreteras secundarias tengan límites de velocidad bajos tiene su razón de ser, y es porque suelen ser estrechas, en ocasiones sin arcén e incluso sin líneas que delimiten un carril por sentido. Estas características nos obligan a circular con mayor precaución y a una velocidad más reducida, además de que en caso de accidente es más probable que tenga consecuencias graves.

A esto se une que en muchas ocasiones el asfalto y la señalización están en mal estado. El último estudio de la Asociación Española de la Carretera de 2016 habla de un déficit de conservación de 6.617 millones de euros, de los cuales 4.582 euros recaen en la red de la Comunidades Autónomas, responsables de estas carreteras que comunican poblaciones urbanas.

¿A qué velocidad podemos circular por una carretera secundaria? Si la vía tiene al menos 6,5 metros de ancho con carriles delimitados por sentidos se puede circular como máximo a 90 km/h. El límite de velocidad se reduce a 70 km/h si la vía mide menos de 6,5 metros. Si no existen líneas separadoras entre carriles esta velocidad se reduce a 50 km/h e incluso puedes encontrar señales prohibiendo circular a más de 30 km/h cuando la vía no está pavimentada.

Al cruzar un pueblo el límite está en 50 km/h, respétalo para evitar poner en peligro a algún transeúnte. En los pueblos suele haber pocos vehículos circulando, y no es raro encontrar peatones por medio de la calzada o niños jugando en sus proximidades.

Cuando circulas por carreteras secundarias también debes tener en cuenta la presencia de bicicletas y peatones, sobre todo durante el verano. Por su seguridad debes dejar una separación lateral mínima de 1,5 metros cuando les adelantes y recuerda que puedes ocupar parte o el total del carril contrario cuando realices dicha maniobra, incluso cuando la línea de separación sea continua. Aquí tienes algunos consejos para una mejor convivencia entre conductores y ciclistas.

Otro de los riesgos frecuentes de las carreteras secundarias y zonas de campo es la presencia de animales sueltos en las vías, bien salvajes o domésticos. El jabalí (recuerda que si los atropellas eres responsable de todos los daños), el corzo y el ciervo son los que más accidentes de tráfico provocan, pero también te puedes encontrar perros, caballos, vacas…

Te recomendamos que conduzcas muy atento a las señales de tráfico que advierten de la presencia de animales, observes los márgenes de las carreteras y que circules a velocidad moderada para poder reaccionar con más tiempo si algún animal se cruza de forma imprevista.

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