Los planes para poner coto a la expansión descontrolada de terrazas de bares, restaurantes y locales por València no comenzarán en Ruzafa, uno de los barrios con mayor saturación de estos elementos, sino en las calles de la pedanía del Palmar, en el distrito de Pobles del Sud.

El Ayuntamiento de València ha decidido actuar en primer lugar en este enclave, donde la actividad hostelera tiene un gran impacto económico (hay censados 32 restaurantes), sobre todo durante el verano y los fines de semana, debido a las quejas planteadas por la asociación de vecinos, que han sido trasladadas a la Concejalía de Espacio Público que dirige Carlos Galiana, por la alcaldesa pedánea, Raquel Romero.

El principal motivo para la actuación es de seguridad, ya que la expansión de las mesas y sillas por la calzada obstaculiza el paso de vehículos de emergencias y de ambulancias. La estrechez de las aceras en las calles del Palmar hizo que se habilitara una excepcionalidad para bajar las terrazas a la calzada. No obstante, la proliferación de mesas y sillas ha ido a más y ya supone un riesgo para la seguridad de las personas.

Además de este motivo, las quejas vecinales también se refieren a la falta de acceso a los vados y a la escasez de aparcamiento que provoca por las noches la presencia de mesas y sillas en la calzada. Las demandas de los vecinos hacen alusión al pintado de los espacios que deben ocupas las terrazas y que haya más presencia policial para poder ejercer un control sobre estas limitaciones.

La proliferación de estas instalaciones es un problema generalizado y denunciado en multitud de ocasiones por distintas asociaciones de vecinos, principalmente por los ruidos que generan y por la falta de espacio para el paso de personas tanto en aceras como en calles peatonales. La Federación de Vecinos anunció el pasado mes de junio que, pese a no desearlo, si no se pone freno a la concesión de licencias se verá obligada a pedir en los tribunales la declaración de zona ZAS para Ruzafa, El Cedro y Benimaclet, al igual que sucedió en el Carmen, Xúquer, Woody y Juan Llorens.

El último balance del Consistorio indica que actualmente hay 3.550 terrazas de bares, restaurantes y locales distribuidas por toda la ciudad. El pasado mes de julio, el Ayuntamiento aprobó una moción que prohíbe autorizar o ampliarlas en zonas acústicamente saturadas (ZAS) y en varias calles peatonales del centro, como Convento de Santa Clara, Ribera, Paseo de Ruzafa, Martínez Cubells y Mossén Femades. De hecho, en la primera de ellas, se va a aplicar una sentencia judicial que desde 2007 obligaba a reducir la presencia de filas de mesas y sillas para reducir la contaminación acústica y permitir la entrada de los bomberos ante una emergencia.

Además, València ha puesto en marcha un Plan de Convivencia de Terrazas, que prevé multas de hasta 3.000 euros por incumplir el horario establecido y que da media hora para recoger el mobiliario de la calle tras el cierre.

Una mesa municipal integrada por el Ayuntamiento, la Federación de Asociaciones de Vecinos y la Federación de Hostelería analiza desde el pasado mes de octubre la problemática del exceso de terrazas en las calles de València. La entidad vecinal pidió en la primera reunión, en la que se abordó parte de la zona centro, que se liberen las calles San Vicente, Bolsería, Caballeros, Serranos y Quart, y trasladó un mapa de puntos negros.