Es una teoría bastante extendida y es sólo fruto de nuestro cerebro y la curvatura de nuestro planeta. Hasta ahora muchos pensaban que la luna es más grande cuando está saliendo por detrás del horizonte que cuando está ya alta en el cielo.
Es un error tan popular que la NASA ha salido a desmentirlo y ha dado incluso un truco para comprobarlo por uno mismo si se es algo excéptico.
En primer lugar, la agencia espacial estadounidense explica que cuando está cerca del horizonte la luna tiene una apariencia más "aplastada", achatada, pero ésto es debido sólo a que la atmósfera de la Tierra se comporta como una lente débil, "ya que la luz de la luna se curva más cerca del horizonte que cuando está ligeramente más arriba del horizonte".
Además, en su posición más baja la luna tiene a tener un color más intenso, rojizo, lo que se produce porque la luz de la luna cerca del horizonte traspasa más la atmósfera terrestre que cuando está alta en el cielo.
Para comprobar empíricamente que la luna tiene el mismo tamaño esté donde esté (a excepción de un día de super luna como el ocurrido este domingo) la NASA propone hacerle una fotografía (mejor si es con una cámara con teleobjetivo) a la luna cuando esté pegada al horizonte e inmortalizarla de nuevo cuando pasen unas horas y la luna ya esté alta.
Después sólo hay que comparar las imágenes a la misma escala y descubriremos que el diámetro horizontal de la luna es el mismo y que sólo cambia ligeramente el diámetro vertical a causa del efecto óptico.
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