La investigación comenzó a finales del verano de 2016 cuando el hombre acudió a una joyería de Monóvar como un cliente interesado en comprar varias piezas de oro. Le dijo a la dependienta que le enseñara varias y se decidió por cinco de ellas: dos colgantes de oro con piedras preciosas, dos cadenas de oro y un reloj valorados en 10.000 euros.

Para asegurarse su compra, entregó a cuenta 100 euros y pidió que se las guardara en un joyero, que lo precintara y lo guardara en una bolsa, que pasaría a por ellas más tarde cuando ya tuviera el dinero. Sin embargo, este cliente nunca regresó.

La dependienta, extrañada por el modo de actuar de este cliente, sacó el joyero que había guardado con las joyas y al abrirlo descubrió que estaba completamente vacío. Así, cuando revisó las cámaras se dio cuenta de que la había distraído mientras sustraía las joyas.

La Policía Judicial de Novelda inició la búsqueda para su identificación, dado que apenas dejó huellas. Se descubrió que se trataba de un delincuente escurridizo que en un año viajó varias veces a su país de origen y cambió en diversas ocasiones de domicilio para intentar despistar a los agentes. Finalmente, este noviembre fue localizado y detenido por guardias civiles de Novelda en la pedanía murciana de La Alberca. Tras pasar a disposición judicial, ha quedado en libertad con cargos.

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