La Consejería de Sanidad ha activado por primera vez la alerta por ola de frío ante la previsión de temperaturas por debajo de los 2 grados centígrados para este viernes y sábado, medida contemplada en su reciente plan de vigilancia y contro de los efectos del frío en la Salud de la Comunidad de Madrid.

Este plan está dirigido a los grupos de población más vulnerables, como son las personas mayores, recién nacidos y lactantes, enfermos crónicos, personas sin hogar e inmigrantes en situación de precariedad.

Según informó el Gobierno regional esta semana, estará operativo hasta el 31 de marzo, y contempla medidas informativas para proteger el estado de salud de los madrileños frente a las bajas temperaturas y reforzar la coordinación de la red sociosanitaria en el desarrollo de acciones de intervención con los colectivos más vulnerables.

Sanidad detalla que las bajas temperaturas agravan las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como los síntomas de las enfermedades reumáticas, y favorecen los resfriados, las infecciones bronquiales y la gripe.

Por ello, el objetivo de este plan "es reducir las enfermedades asociadas a las bajas temperaturas así como los efectos perjudiciales del frío intenso en la salud".

Asimismo, se determinan dos niveles para establecer alerta por ola de frío, en función de la temperatura media de los cuatro observatorios de la Agencia Española de Meteorología en la Comunidad.

El primero de ellos, denominado 'Nivel 0 o Normalidad', cuando las mínimas previstas para los siguientes tres días estén por encima o alcancen los -2º C. El segundo, 'Nivel 1 o Alerta', cuando la mínima prevista para al menos uno de los tres próximos días sea inferior a -2º C.

Sanidad aconseja informarse de las previsiones meteorológicas antes de salir a la calle. En caso de bajas temperaturas, se recomienda utilizar prendas de abrigo resistentes al viento y a la humedad y, bajo estas prendas, cubrirse con varias capas de ropa no excesivamente ajustadas.

Además, recomienda protegerse adecuadamente la cabeza así como las manos, por ser zonas sensibles y de mayor pérdida de calor, y llevar calzado resistente al agua y antideslizante para evitar caídas y especialmente en el caso de las personas mayores.