España sufrió una fuerte borrasca a principios de diciembre y actualmente se encuentra inmersa en otra. Su intensidad ha llevado a que sean bautizadas, la primera como Ana y la segunda, como Bruno, en virtud de la reciente decisión de las agencias meteorológicas española, francesa y portuguesa de poner nombre  a todos los fenómenos susceptibles de causar daños en bienes y personas. Pese a ello, y pese a las fuertes precipitaciones registradas, las reservas de agua embalsada han aumentado solo levemente y la sequía sigue azotando el país.

Los datos aportados este miércoles por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente sitúan la reserva hidráulica en 21.391 hectómetros cúbicos. Esto supone que el nivel ha subido por tercera semana consecutiva y que los embalses españoles están al 38,1% de su capacidad total pero la diferencia con respecto al 5 de diciembre, cuando marcaron el peor dato de los últimos 22 años, es de solo 1,6 puntos.

Esa cantidad representa un aumento de 285 hectómetros cúbicos respecto a la semana anterior, un escaso 0,5%, pero se queda muy lejos de la media de la última década, situada en 31.691 hectómetros cúbicos.

Los pantanos no se encontraban en registros tan bajos en estas fechas desde el año 1995, cuando estaban al 34,71% de su capacidad. La situación es especialmente llamativa en cuencas del noroeste, como la del Duero, que se encuentra ahora al 31,38%, un nivel no conocido en los últimos treinta años.

De los dieciséis ámbitos de los que el ministerio recaba información, el Cantábrico Oriental es el que presenta un volumen más alto, del 90,4%. Con una capacidad total de 73 hectómetros cúbicos, su reserva es de 66. Además de esta zona, las últimas lluvias han propiciado que se recupen el Cantábrico Oriental, que está ya al 61,2%, o el Miño-Sil, al 44,2%.

En el caso concreto del embalse de Eiras, situado en Fornelos de Montes y que abastece de agua a la ciudad de Vigo y a la comarca, su capacidad se recuperó considerablemente gracias a Ana y pasó de estar en el 37%, según Augas de Galicia, a situarse en el 73,4%. Este martes ese porcentaje había llegado al 82,6%, pero ya empezaba a presentar nuevamente una tendencia descendente respecto a siete días antes.

Seis cuencas, sin embargo, han visto reducida su capacidad desde principios de mes. Es el caso del Tajo, que ha bajado al 37,4%; el Guadiana, al 44%; el Guadalete-Barbate, al 38,8%; la Cuenca Mediterránea Andaluza, al 30,6%, y las internas de Cataluña, al 45,8%. El peor déficit hídrico lo presenta la cuenca del Segura, con solo 161 hectómetros cúbicos de los 1.141 para los que tiene capacidad, el 14,1%.

La situación es peor en los embalses destinados al consumo humano. Se encuentran al 33%, frente al 58,1% de media del último lustro. Los de uso hidroeléctrico están al 49%, frente al 62,2%.

A la espera de ver cómo evoluciona Bruno en los próximos días, España va a cerrar el año con la sequía más severa en lo que va de siglo.

Ante la gravedad, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha comprometido a acelerar los trabajos para un Plan Nacional del Agua mediante la presentación en el Congreso de una iniciativa que tenga como objetivo lograr el correspondiente consenso.

Rajoy, que ha anunciado esta iniciativa en un acto sobre infraestructuras en Murcia, se ha referido al problema que está suponiendo este año la falta de lluvias en toda España.

El presidente ha dicho que el Gobierno se ha reunido ya con todas las comunidades ante la necesidad de una solución definitiva que cuente con el acuerdo de las administraciones y de los partidos que la sustentan.

"Espero que a partir de enero seamos capaces entre todos de dar respuesta a un asunto de enorme trascendencia", ha confiado.