Los independentistas buscan la forma de investir a Puigdemont, pero Junqueras no se descarta

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y su vicepresidente, Oriol Junqueras, en el pleno de este 27 de octubre.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y su vicepresidente, Oriol Junqueras, en el pleno de este 27 de octubre.
EFE
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y su vicepresidente, Oriol Junqueras, en el pleno de este 27 de octubre.

Los partidos políticos catalanes están realizando movimientos estratégicos en diferentes direcciones para tratar de conformar el nuevo gobierno (los independentistas) o de situarse ante futuros escenarios (los constitucionalistas). Las negociaciones y gestos de generosidad entre unos y otros se entremezclan con los reproches o duras críticas en público. Pero ¿qué pretende cada partido tras los comicios del 21-D?

Junts per Catalunya

La formación que lidera Carles Puigdemont, tras su éxito en los comicios -en los que quedó en segundo lugar superando finalmente a ERC en el flanco independentista- pretende restituir  lo que denominan el "Govern legítimo" que, según sostienen, fue destituido irregularmente por el Gobierno mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Su objetivo es lograr la investidura de Puigdemont, pero los herederos de la antigua CiU tienen el problema de que el ex President está exiliado en Bélgica acusado de presuntos delitos de sedición, rebelión y malversación.

En el caso de regresar a Cataluña, Puigdemont sería arrestado con toda seguridad, por lo que su hipotética investidura se antoja muy complicada. El ex portavoz del Govern Jordi Turull lanzó el miércoles la opción de investir a Puigdemont de forma telemática para evitar que tenga que regresar a España y sea encarcelado. Sin embargo, tanto el Gobierno del PP, como el PSOE y Cs mostraron ayer su total rechazo a esta opción. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, aseguró que supondría "ridiculizar al pueblo catalán"; el número 3 del PSOE, José Luis Ábalos, tachó la idea de "delirio"; y el diputado de Cs Carlos Carrizosa, avanzó que lo impugnarían por ser "ilegal".

ERC, a la expectativa

Por su parte, Esquerra Republicana, que está negociando con Junts per Catalunya y la CUP la composición de la Mesa del Parlament (Carme Forcadell repetiría de presidenta), está dispuesta a apoyar a Puigdemont, siempre y cuando regrese a Cataluña. Si ese supuesto no se diera, ERC considera que es su líder y ex vicepresidente del Govern Oriol Junqueras quien debería ser investido. Junqueras en la actualidad sigue encarcelado en la prisión de Estremera (Madrid), pero fuentes jurídicas sostienen que si realizara un acatamiento claro de la Constitución el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena podría dejarlo en libertad.

En ese supuesto, el líder de ERC tendría opciones de ser investido presidente, si Junts per Catalunya lo apoyara. ERC también está buscando la simpatía de la CUP para ganar apoyos en el bloque secesionista y se ha ofrecido a cederles un diputado para que sumen 5 y puedan formar grupo parlamentario.

Cs liderará la oposición

La formación naranja, pese a haber logrado la victoria en votos y escaños el 21-D, ha descartado intentar formar gobierno puesto que los independentistas suman mayoría absoluta. Quieren evitar una investidura fallida de Inés Arrimadas. En cambio, Cs sí pidió ayer la presidencia del Parlament, como partido más votado. No obstante, los secesionistas harán valer su mayoría para amarrar también la presidencia del Parlament.

Los comunes, muy pendientes

Catalunya en Comú-Podem, la lista que encabezó Xavier Domènech y que apoyan la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, está muy pendiente de las negociaciones entre los partidos independentistas para formar Govern. En el caso de que Puigdemont no pueda resultar investido, y de que Junqueras pudiera serlo, los comunes no se cierran a buscar fórmulas de colaboración si se antepone la agenda social a la secesionista.

PSC, oposición constructiva

El PSCde Miquel Iceta, que no logró sus objetivos el 21-D -subir hasta 5 escaños y romper la mayoría ecesionista- mantendrá una oposición firme al Govern, pero con un talante «constructivo», según fuentes del PSC, marcando distancias con Ciudadanos y el PP.

El PP, reaccionar al batacazo

La estrategia del PP tras el 21-D ha sido presionar a Arrimadas para que trate de formar gobierno en Cataluña. Ayer insistió en esta idea el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, quien dijo que la situación procesal de varios diputados de Junts per Catalunya y ERC podría permitir un gobierno constitucionalista.

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