Los mercados municipales de València gozan, en general, de buena salud. La oferta de alimentos frescos y trato directo con el cliente es su punto fuerte, pero buscan mejorar sus instalaciones y captar nuevos públicos para consolidarse frente a la gran distribución. La ocupación media de los 16 existentes en la ciudad de València se sitúa en estos momentos en el 78,96%, según los datos de la Concejalía de Comercio, unas cifras que hay que contextualizar, dado que dos de ellos, el del Grao (12,04%) y el de San Pedro Nolasco (3,23%) presentan indicadores muy bajos que lastran los registros generales.

"Los datos reales se sitúan entre el 80% y el 85%", explica a 20minutos el concejal de Comercio, Carlos Galiana. "Los sitios donde más puestos libres hay es en la pescadería, porque es la mercancía más complicada. Además, hay más demanda de carne entre los consumidores. Por eso hacemos campañas para promocionar el pescado fresco, que es lo primero que se dejó de vender al inicio de la crisis", asegura.

De hecho, la estadística muestra que nueve de los 16 mercados superan el 90% de ocupación y, en tres casos (Algirós, Mossén Sorell y Plaza del Cid), se llega al 100%. Además, los dos más grandes (Central y Russafa, por este orden) alcanzan el 96,62% y el 94,80% de ocupación, respectivamente.

El puesto estrella de estos mercados de proximidad sigue siendo el de frutas y verduras. Actualmente hay 720 ocupados en los mercados municipales de València, a mucha distancia del segundo puesto, que ocupan los de pescado fresco, con 354 paradas. Los de comestibles y ultramarinos están en tercera posición, con 283 puestos, por delante de las carnicerías (217) y charcuterías (210). Los puestos de aves y huevos son 180.

Respecto a las reformas, la primera actuación será en el mercado del Grao, el más antiguo de la ciudad. Tiene 13 puestos ocupados y 95 vacíos, y ultima  su proyecto de remodelación integral por 2,4 millones de euros. El arquitecto Tomás Llavador está acabando de redactar el proyecto. Una vez entregado, se procederá a la contratación y obra, con una fecha estimada de finalización fijada para el 31 de julio de 2019.

Menos adelantada está la reforma del mercado de San Pedro Nolasco, ubicado junto a las Torres de Serranos, donde un único puesto de carnicería permanece abierto y 30 se han quedado vacíos. "Hay solo un esbozo, pero necesitamos buscas financiación. Me gustaría que las obras empezaran esta legislatura", relata Galiana. Otras reformas menores que pretenden relanzar estas instalaciones están previstas en los mercados de Castilla (en los bajos), Benicalap (en la fachada), Algirós y Russafa (en la pescadería).

El máximo responsable municipal de Comercio pone sobre la mesa el debate de los horarios de los mercados municipales como forma de incrementar las ventas. "Mi obsesión son los horarios y que los mercados municipales empiecen a abrir por las tardes", afirma. Por ello, la Concejalía ha modificado la ordenanza para dejar la puerta abierta a esta posibilidad, y se llevará al pleno en enero para su aprobación. "Soy un firme defensor de abrir por las tardes, pero no puedo obligar", añade.

Por ello, su idea es dejar la decisión en manos de cada mercado, porque si uno decide hacerlo tendrían que abrir todos los puestos, ya que ello conlleva un gasto en funcionarios y medios materiales. En estos momentos, hay una división del 50% a favor y en contra en cada mercado. Según afirma, debe haber "un compromiso mínimo de seis meses para desarrollar y evaluar la medida. Creo que en 2018 algún mercado acabará abriendo por la tarde. Ya hay dos que lo han pedido", adelanta, sin especificar cuáles.

Crear nuevos públicos y rejuvenecer la clientela. Este es el principal objetivo de las campañas municipales de promoción de los mercados municipales. Iniciativas como el Bonica Fest o Click al Mercat han acercado hasta estas instalaciones a personas que nunca habían acudido a comprar.