Crítica de 'El instante más oscuro': Cuando Gary Oldman resucitó a Winston Churchill

  • Este viernes se estrena 'El instante más oscuro', una película dirigida por Joe Wright y protagonizada por Gary Oldman que aspira a numerosos premios.
  • El filme cuenta el nombramiento de Winston Churchill como primer ministro británico durante la II Guerra Mundial y su forma de ejercer el cargo.
  • Gary Oldman, irreconocible, hace aquí la mejor interpretación de su carrera.
Gary Oldman caracterizado como Winston Churchill para la película El instante más oscuro, donde se repasa parte de la vida del primer ministro británico.
Gary Oldman caracterizado como Winston Churchill para la película El instante más oscuro, donde se repasa parte de la vida del primer ministro británico.
UNIVERSAL PICTURES
Gary Oldman caracterizado como Winston Churchill para la película El instante más oscuro, donde se repasa parte de la vida del primer ministro británico.

El máximo responsable de que El instante más oscuro sea una de las películas más aclamadas de la temporada es, indiscutiblemente, Gary Oldman. Y decimos Gary Oldman porque nos fiamos de la palabra de los responsables del filme, pero lo cierto es que al actor británico no se le ve por ningún lado.

El protagonista de la película es el mismísimo Winston Churchill redivivo. Tan arisco como cómico y carismático, este hombre, destinado a convertirse en una de las figuras clave del siglo XX, debe enfrentarse a la responsabilidad de asumir el cargo de primer ministro británico en pleno fragor de la Segunda Guerra Mundial, con la amenaza nazi a punto de hacerse con toda Europa Occidental.

Puede que algunos señalen inexactitudes históricas o, más bien, un exceso de dramatización –especialmente en una de las escenas finales, patriótica y conmovedora–, pero hay que tener en cuenta que esto no es un documental, ni siquiera un biopic y, ni mucho menos, otra película más sobre Winston Churchill, uno de los personajes más sobreexplotados en la ficción.

El instante más oscuro es un brillante thriller de despachos que consigue, gracias a su atmósfera, montaje y diálogos, transmitir toda la tensión y el terror que produce la guerra sin mostrar una sola escena bélica... ¡Mentira! En realidad podría decirse que hay una, breve, bella y dolorosa, compuesta por un único plano cenital. Durante el resto del metraje, mapas y chinchetas sustituyen a tanques y trincheras, y los discursos, impactantes y precisos como balas, ocupan el lugar que tienen las grandes y mortíferas explosiones en las películas de guerra.

En este punto es obligado repartir el mérito entre Oldman y el asombroso trabajo de fotografía y dirección artística del filme, un claustrofóbico juego de luces y sombras en lugares cerrados, en pequeños habitáculos con un ambiente cargado, por la gravedad de la situación, la acumulación de personas en espacios reducidos y el humo de los puros de Churchill. Despachos, pasillos, habitaciones, la Cámara de los Comunes, un vagón del metro... Pocas escenas de exteriores hay, dos de ellas vistas desde el interior de un vehículo, y otras tantas aéreas que transmiten la trascendencia global de ese caos de llamadas, papeleos y disputas que marcaron el rumbo de Europa en un momento decisivo.

La composición de algunos planos tiene una carga artística impresionante, con Churchill enmarcado por un ventanuco, una puerta, las paredes de un cuarto de baño (increíble secuencia)... y la amenazante oscuridad fuera, la fatalidad a solo unos centímetros, a solo unas horas.

El resultado es sobresaliente y cierra con broche de oro una peculiar e involuntaria trilogía sobre la batalla de Dunkerque formada por tres largometrajes estrenados en menos de un año: este, donde el citado hecho tiene un peso considerable, el aclamado filme bélico de Christopher Nolan y Su mejor historia, donde se cuenta el rodaje de un filme sobre dicho triunfo para levantar la moral de la población británica.

Gary Oldman, ya con un Globo de Oro bajo el brazo, se encamina firme hacia los BAFTA, los premios británicos, donde es muy probable que la película arrase. Además, hay muchas probabilidades de que este sea el papel que le otorgue, tras infinidad de personajes icónicos (Drácula, el comisario Gordon, Sirius Black...), el primer Óscar de su carrera.

Se lo merece, su interpretación de Winston Churchill es impecable, su trabajo más perfecto hasta la fecha.

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