Iglesias busca vías para alejarse del debate catalán y recuperar votos con la agenda social

  • El secretario general de Podemos trazará las líneas maestras de su estrategia política para 2018 en la reunión, este sábado, del Consejo Ciudadano Estatal.
  • La formación morada niega la falta de visbilidad de IU que denuncia Alberto Garzón y rechaza cerrar antes de abril un nuevo acuerdo marco de confluencia.
  • A nivel local, un nuevo reglamento elimina las ejecutivas municipales allí donde participen activamente menos de 50 personas en las asambleas del partido.
  • Iglesias reaparece el sábado con un informe sobre el pinchazo del 21-D.
Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, el pasado diciembre.
Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, el pasado diciembre.
PODEMOS
Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, el pasado diciembre.

Que Podemos no atraviesa su mejor momento no es un secreto: acumula meses a la baja en los sondeos y pinchó el 21 de diciembre en las elecciones catalanas, pues Catalunya en Comú-Podem, tras una estrategia de campaña criticada por figuras como Carolina Bescansa, empeoró en tres escaños y casi punto y medio el resultado de Catalunya Sí que es Pot en 2015, dato que en su día Pablo Iglesias calificó de "decepcionante". En este contexto, el secretario general reaparecerá este sábado tras semanas de ausencia para trazar las líneas maestras de la estrategia de cara a 2018 y exponer su análisis de la coyuntura actual.

Así, Iglesias intervendrá a partir de las 10:00 horas del sábado ante el Consejo Ciudadano Estatal del partido morado, máximo órgano entre asambleas. Según avanzaron este miércoles el secretario de Organización y la portavoz de la dirección estatal, Pablo Echenique y Noelia Vera, el líder de Podemos presentará un informe donde fijará las prioridades para este año, centradas en la puesta en valor de las políticas sociales, la lucha contra la corrupción y las medidas contra la desigualdad que, como recuerdan en el partido, son su "razón de ser" y las palancas sobre las que asentó su rápido crecimiento inicial.

En cuanto al decepcionante resultado en Cataluña -que, eso sí, tampoco fue mucho peor que los pronósticos que se manejaban en privado-, el partido lo achaca oficialmente a dos grandes causas. La primera, la polarización entre el bloque independentista y el de Cs, PSC y PP. Ese toma y daca fue "determinante", según el análisis de la formación morada, y provocó que la candidatura de Xavi Domènech quedase enmarcada en una tercera vía estéril. La segunda es la dificultad para colar en el debate público y mediático los temas que más favorecen al partido: el eje nacional copó los titulares en detrimento de la agenda social.

En privado se suman algunos otros ingredientes. Hay, por ejemplo, preocupación por el mal resultado que obtuvieron los comunes en Barcelona, la ciudad que gobierna Ada Colau y donde no pasaron de ser quinta fuerza (9,3% de los votos). Y también hay cuadros que advierten de que Podemos "no existe" como organización en Cataluña tras innumerables disputas internas y la caída de la dirección de Albano-Dante Fachín. La formación, de hecho, está pilotada por una gestora a nivel autonómico. "Y no todo se hace con campañas y comunicación: la gente sabe que ahora mismo no existimos", lamenta un dirigente.

Cargos de Podemos consultados por este diario advierten igualmente de la existencia de un "voto dual" que explica que muchos electores que les apoyaron en las generales de 2015 y 2016 se decantaran el 21-D por opciones independentistas. Finalmente, entre las filas moradas preocupa la "derechización" del nuevo Parlament: no sólo Podemos pinchó, sino que ERC se vio sobrepasada por Junts per Catalunya, construida a toda prisa bajo la batuta de Puigdemont, y la mejora del PSC apenas se quedó en unos miles de votos y un escaño. El Govern de izquierdas al que aspiraba Domènch se demostró imposible la misma noche del 21-D.

La intención de Podemos es "salir del eje catalán", "ampliar la agenda" y hablar de "los temas que preocupan a la gente". La clave, admite un cargo afín a Pablo Iglesias, es hacer que esas propuestas tengan eco. En los últimos días, sin ir más lejos, el partido ha planteado acabar con las concesiones a empresas privadas de las autopistas de peaje, ha presentado una Ley de Vivienda impulsada por la PAH y se ha volcado con la situación de la cárcel de Archidona. Pero de nada servirá, dicen estas fuentes, si esas propuestas no tienen eco: "Y los medios tienen los intereses que tienen. Tenemos que encontrar estrategias para ver cómo hacerlo", añaden.

Críticas de Alberto Garzón

En lo orgánico, la cita de este sábado en Podemos coincidirá con la de la coordinadora federal de IU, cuyo líder, Alberto Garzón, reclamará al partido morado cerrar en el primer trimestre de este año un nuevo acuerdo de confluencia que sirva para revertir el "desgaste preocupante" que se refleja en las encuestas. Garzón, según el borrador de su análisis político, subrayará que ese pacto con Podemos es urgente para "iniciar el año previo a las elecciones con un horizonte claro y bien definido" y que debe contemplar una "visibilidad justa" para cada integrante, en un contexto donde la simpatía hacia Podemos cae y los datos de IU se mantienen.

Aunque Iglesias no podrá obviar las demandas de Garzón, lo cierto es que la dirección de Podemos no comparte ese análisis. Irene Montero, portavoz en el Congreso, le replicó este jueves que no ve necesidad de cambiar los términos de la alianza a nivel estatal y que tampoco es preciso un nuevo acuerdo antes de abril. Montero agregó que será cada territorio el que resuelva los acuerdos a su ritmo y que eso "requerirá sus tiempos". Además, negó que exista un problema de visibilidad de IU en el marco de Unidos Podemos, y advirtió de que cualquier "diferencia de criterio" se puede resolver en "espacios cotidianos en el grupo parlamentario".

Y es que algunos cuadros de Podemos no han recibido con agrado las palabras de Garzón, que llegan en un momento "complicado" y que achacan a tensiones internas en IU, donde hay sectores que consideran que el líder de la federación de izquierdas se entregó al partido morado al aceptar la confluencia y que diluyó una marca histórica. También recuerdan que no es la primera vez que Garzón denuncia su falta de visibilidad: lo hizo ya en junio de 2017, por ejemplo, cuando denunció "insuficiencias" en la fórmula de confluencia y la ausencia de su "justo" espacio político en el marco de Unidos Podemos.

En todo caso, el propósito de Podemos es mantener esta alianza, que se tendrá que construir a todos los niveles: estatal, autonómico y municipal, siendo este último quizá el más complicado por la enorme diversidad de situaciones políticas en los distintos ayuntamientos. Precisamente a nivel local, Podemos comienza 2018 con un nuevo reglamento que afecta a las direcciones municipales que tengan que renovarse a partir de ahora -no se constituyeron todas al mismo tiempo, pero a muchas se les acababa su mandato el pasado 2 de enero-, y que implica la desaparición de los órganos de dirección en los municipios más pequeños.

En concreto, para que existan una ejecutiva y un secretario general locales, será requisito obligatorio que al menos 50 inscritos participen en el círculo (la asamblea) local. En aquellos lugares donde no se dé esta circunstancia, será la dirección autonómica correspondiente la que asuma competencias como la gestión económica o de redes sociales. La Secretaría de Organización que encabeza Pablo Echenique defiende que solo tiene sentido que haya cúpulas locales "allí donde hay militancia que representar" y que no implica la desaparición del partido en los pequeños municipios aunque, en la práctica, se verá reducido a una asamblea de militantes.

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