Uno de cada diez adultos jóvenes tiene una función pulmonar baja y mayor riesgo de enfermedad

  • Un estudio del Hospital Clínic de Barcelona y el Idibaps demuestra que un 10% de los adultos entre 25 y 40 años no ha desarrollado bien el pulmón. 
  • Durante su vida, esa décima parte tiene más probabilidades de sufrir afecciones respiratorias, cardiovasculares o metabólicas. 
  • La investigación se ha llevado a cabo mediante el seguimiento de 15.000 pacientes que fueron sometidos a una espirometría.  
Una pareja de médicos revisan una radiografía pulmonar.
Una pareja de médicos revisan una radiografía pulmonar.
GTRES
Una pareja de médicos revisan una radiografía pulmonar.

Investigadores del Hospital Clínic de Barcelona y del Idibaps han demostrado que un 10% de los adultos jóvenes tienen una función pulmonar baja porque no han desarrollado bien el pulmón, lo que les aumenta el riesgo de contraer enfermedades respiratorias, cardiovasculares o metabólicas crónicas y de mortalidad prematura.

La investigación, que publica la revista Lancet Respiratory Medicine, ha hecho un seguimiento de tres cohortes, con 15.000 pacientes en total, que fueron sometidos a una espirometría.

El trabajo, según sus autores, ha permitido identificar un grupo de personas en el que hay un mayor riesgo de aparición temprana de otras enfermedades crónicas, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), problemas cardiovasculares o diabetes.

Los autores del trabajo son Àlvar Agustí, director del Instituto Clínico Respiratorio del Clínic, jefe del equipo de Inflamación y Reparación a las Enfermedades Respiratorias del Idibaps y miembro del CIBERES; Guillaume Noel, investigador del mismo equipo; Josep Brugada, cardiólogo del Clínic, jefe de Arritmias, Resincronización e Imagen Cardiacas del Idibaps y profesor de la Universidad de Barcelona (UB); y Rosa Faner, investigadora del CIBERES en el Idibaps.

"Que haya un desarrollo anormal de los pulmones en los primeros años de vida, puede indicar que otros órganos del cuerpo tampoco se han desarrollado correctamente", ha explicado Àlvar Agustí, también profesor asociado médico de la UB.

La función pulmonar, uno de los principales factores 

Según Agustí, el trabajo demuestra que se deben tener en cuenta factores de desarrollo pulmonar en los primeros años de vida.

Para el estudio, los investigadores evaluaron si una función pulmonar baja en adultos jóvenes se asociaba a una mayor prevalencia e incidencia precoz de enfermedades respiratorias, cardiovasculares o metabólicas.

Para ello utilizaron tres grupos de población general, con los datos clínicos, fisiológicas, biológicas y un seguimiento longitudinal de más de 15.000 personas en total.

Tras analizar los datos vieron que alrededor de un 10% de los participantes de entre 25 y 40 años tenía una función pulmonar baja, medida a través de una espirometría, y comprobaron que en este grupo había una mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

También comprobaron que las comorbilidades aparecían 10 años antes que en las personas con una función pulmonar normal y que la tasa de mortalidad también era mayor.

Por otra parte, gracias a los datos de una de las cohortes de población en la que se incluyen los hijos de las otras, pudieron determinar que los hijos de personas que tienen una función pulmonar baja tenían una función pulmonar menor que los hijos de los que la tienen normal.

"Los resultados de este estudio pueden tener implicaciones a nivel clínico y de salud pública, ya que muestran que una prueba barata, sencilla y reproducible como es la espirometría, tiene el potencial de identificar un grupo de personas con alto riesgo de tener comorbilidades de forma precoz", según Agustí.

"Aplicar esta técnica en una edad temprana ayudaría a implementar medidas preventivas, a hacer un seguimiento cuidadoso en este grupo y proporcionar medidas terapéuticas tan pronto como se requirieran", ha concluido el doctor Agustí.

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