Acuerdo pionero para ayudar al consumidor a comprar los huevos con mayor bienestar animal

Imagen de una de las granjas que pertenecen a la asociación Avialter.
Imagen de una de las granjas que pertenecen a la asociación Avialter.
AVIALTER
Imagen de una de las granjas que pertenecen a la asociación Avialter.

Según el último Eurobarómetro sobre bienestar animal, publicado en 2015, el 94% de los europeos consideran importante proteger el bienestar de los animales de granja,  un 64% (el 71% en el caso de los encuestados españoles) asegura que querría tener más información acerca de las condiciones en las son tratados en su país y solo el 35% (el 43% en España) no estaría dispuesto a pagar más por productos más respetuosos en este sentido.

Son números que prueban una realidad palpable, que es la creciente preocupación del consumidor final por la situación en la que se mantienen y sacrifican los animales que acaban llegando a su mesa. Una realidad con implicaciones éticas, medioambientales, económicas y también estratégicas dentro de los  sectores productores.

Pero la realidad que es que el consumidor preocupado por el bienestar animal se encuentra bastante desamparado cuando quiere añadir al carrito huevos, lácteos o carne. ¿Cómo saber si con su compra está premiando a las empresas que más se preocupan por el bienestar animal?

Tal vez por eso ya en otro Eurobarómetro, uno de 2007, el 39% de los consumidores europeos se mostraban a favor de la presencia de información escrita en el etiquetado, el 35% apoyaba la introducción de logotipos y el 26% respaldaba el uso de un sistema de clasificación o de estrellas en los envases de cara a poder ejercer un consumo responsable.

Los huevos son, en este sentido, la punta de lanza a la hora de permitir que el consumidor incluya factores de bienestar animal en sus decisiones de compra. Solo en los huevos existe un sistema de códigos numéricos que explica cómo se ha mantenido a las gallinas ponedoras.

Todos los huevos llevan un código marcado en la cáscara, ¿pero qué significa?
Todos los huevos llevan un código marcado en la cáscara, ¿pero qué significa?

Y es innegable que al elegir lo tiene en cuenta, cada vez más. Una muestra reciente fue la decisión de Lidl de convertirse en la primera cadena en España en anunciar que ya no iba a vender huevos procedentes de gallinas criadas en jaulas. También El Corte Inglés y Mercadona se han comprometido a retirarlos progresivamente. Y esta misma semana el Grupo Dulcesol ha comunicado que su medio millón de gallinas ponedoras dejarán de estar enjauladas en un plazo de cinco años.

La última muestra de hasta qué punto es una realidad a la que cada vez va a ser más complicado dar la espalda ha sido el acuerdo pionero que se ha producido este viernes por parte de una asociación en defensa de los animales y otra de productores: la Asociación Nacional en Defensa de los Animales de la marca (ANDA) y Avialter, la Asociación Profesional de Avicultura Alternativa que cuenta con más de cien asociados.

"En el resto de Europa existen numerosas iniciativas de este estilo, en España es la primera vez que una ONG de protección animal llega a un acuerdo con los ganaderos y presta su logo para avalar el bienestar animal de un producto, en este caso los huevos", explica Alberto Díez, portavoz de ANDA, que añade que es algo que nació a petición de Avialter.

"Se puede colaborar cuando el productor tiene la predisposición suficiente para escuchar al consumidor. En segundo lugar cuando estas organizaciones no pretenden eliminar toda la producción ganadera", apunta José Carlos Terraz, presidente de Avialter y vicepresidente de la Asociación Europea de Avicultura Rural (ERPA).

Para prestar su logo, ANDA ha ido más allá de los requisitos de máximo nivel que la ley exigía. "Es un bienestar animal que va más allá de las normas de obligado cumplimiento", corrobora Terraz. "Resumiendo mucho: las gallinas se van a criar en un solo nivel, quedan prohibidos los aviarios multinivel. Tendrán iluminación natural garantizada. Son gallinas que van a tener que demostrar que tienen el hábito de salir al parque adquirido y los parques serán atractivos para las aves, equipados con árboles y arbustos. Y los centros de embalaje son exclusivos de huevos camperos ecológicos, no se van a poder mezclar con otros huevos procedentes de otros sistemas de cría".

Alberto Díez apunta otros dos aspectos que van más allá del bienestar animal: "No podemos olvidar que estamos hablando de personas  y de unidades de negocio rural. Este tipo de sistemas exige una dedicación tal que imposibilita la producción industrial y encaja muy bien con el pequeño y mediano productor que vive en el campo y aporta a la economía y desarrollo rural. Y por último hay un aspecto medioambiental. Con un diseño de parques apropiado, tal y como esta nueva marca exige, hablamos de un aporte de árboles y zona verde muy importante con lo que implica de sostenibilidad medioambiental".

El logo de bienestar animal de ANDA.
El logo de bienestar animal de ANDA.

El nuevo logotipo es un intento de diferenciación sobre todo de los huevos del tipo 2, de gallinas en suelo. "Parece que quieren meter a todo lo que no tiene jaula en el mismo paquete, cuando ni mucho menos es lo mismo. Este acuerdo nos va a permitir hacer visibles nuestras explotaciones, que en estos momentos se estaban confundiendo con la industrialización que se estaba desarrollando en el sistema", añade Terraz.

"Que los grandes supermercados consideren el bienestar animal un argumento a tener en cuenta es positivo, pero esta medida concreta de prescindir del 3 produce una intensificación abusiva del 2 y las ventajas de vida de la gallina del 2 sobre el 3 son limitadísimas", asegura el portavoz de ANDA refiriéndose a la decisión de Lidl."Es sacarlas de una jaula individual para meterlas en una colectiva. El supermercado se encuentra con que queda bien y no le cuesta nada, sin hacer nada para promocionar el auténticamente alternativo, que es el 0 y el 1"

¿Cuándo podremos empezar a ver en pequeñas tiendas y grandes superficies el logo de ANDA en los huevos de las gallinas que se supone más felices? "Hemos presentado el acuerdo, a partir de ahora las granjas tienen que solicitar ser inspeccionadas, la empresa que las va a auditar tiene que verificarlo y eso lleva su tiempo. Algunas se tendrán que adaptar para poder cumplir las condiciones. Yo creo que en pocos meses el logo puede estar en el mercado y que podemos acercarnos al millón de gallinas en no mucho tiempo", aporta José Carlos Terraz.

Alberto Díez, que concreta que en unos tres meses ya cree que estará disponible, hace un llamamiento a todos los productores de 0 y 1: "Les lanzamos la posibilidad de integrarse a todos en este sistema. Y la invitación es de ANDA y del propio sector".

En otros productos de origen animal

Pero no es tan fácil ejercer ese tipo de consumo con otros productos de origen animal. "Solamente tenemos el número de los huevos", confirma Lucía Martínez, dietista-nutricionista y autora del blog Dime qué comes. "En cuanto a carne lo único que puedes hacer es comprar carne de ganadería extensiva, carne de pasto, que al menos sabes que el animal ha salido fuera; pero hay poca oferta y es muchísimo más cara".

Martínez añade que "tendríamos que poder exigirlo todo" en el etiquetado, "saber si ese animal, vaca cerdo o lo que sea, ha estado estabulado siempre o ha salido al exterior. Si ha sido alimentado solo con pienso o si también con hierba, que es su comida natural en el caso de los rumiantes. Si usan prácticas como las jaulas de cría y de lactancia de las cerdas. Si separan a los terneros de la vaca al primer día o a los seis meses...  Son cosas que estaría muy bien saber, pero que nadie nos va a contar. No sé cómo meter esto en el etiquetado, cómo cabe. Además, si yo hago una ley para que se ponga en el  etiquetado en qué condiciones están viviendo las vacas, necesito incrementar la plantilla de control de todo para asegurarme de que las marcas que ponen esas etiquetas, de verdad lo cumplen".

"Para poder apoyar unos determinados modos de producción, el consumidor tiene que tener una información clara y cierta.  Es fundamental que haya un lineal en el supermercado bien segmentado, donde cada cosa sea realmente lo que aparenta ser, que haya un control del etiquetado y que la etiqueta sea clara para que el consumidor apoye con sus decisiones de compra qué se produce y cómo se produce", coincide el presidente de Avialter.

"Cada vez hay más personas que no se fían del sistema y dan el paso de no comer carne", explica Alberto Díez, "pero ese es el último paso, suele haber una evolución: te empiezas a preocupar, vas al supermercado, ves que no hay un etiquetado claro y pasas a no comer productos procedentes de animales.  Pero en parte el propio sistema es culpable de estas decisiones. Si tuviéramos lo mismo que en los huevos del 0, 1, 2 y 3 en el resto de productos, a lo mejor el resultado era diferente".

¿Sería posible contar con el logotipo de ANDA para tener esas garantías de bienestar animal que el etiquetado legal no especifica? Díez no lo descarta. "Con muy poquitas cosas que mejorarían la vida del animal podríamos llegar a acuerdos, porque realmente ya tienen bienestar animal, pero no lo han vendido como tal. Y al final creo que es la única salida para el ganadero español, que como quiera entrar en el mercado global va a competir con un animal criado en Brasil, con el precio de terrenos o salarios de allí. Es mucho mejor conocer tus valores añadidos y valorizarlos que competir a precio".

Detalle de la cabeza de un bóvido.
Detalle de la cabeza de un bóvido.

El portavoz de ANDA explica que "hay formas de producción de leche con las que no tenemos tantos problemas. Aunque hay cosas que sí nos preocupan, incluso en los buenos productores, que habría que tocar. Igual que había cosas que nos preocupaban incluso en los buenos productores de huevos y hemos consensuado. Por ejemplo, en un lácteo puedes ver la vaca en un prado, ¿pero alguien se ha preguntado a qué edad han separado al ternero de su madre, si ha sido con un día o seis meses?. Cada día mamando es dinero que pierdes como leche. También hay carne de vacuno con altos niveles de bienestar animal. El giro que tendrían que dar no sería de 180 grados".

Javier López es ingeniero agrónomo y director gerente de la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne (ASOPROVAC): "Desde hace mucho tiempo estamos regulados por la PAC, la Política Agraria Común  y tenemos que cumplir una serie de condicionantes para la percepción de ayudas, y uno de esos condicionantes es un estado correcto de los animales, así que, como en todas las cuestiones que afectan al dinero, la gente es especialmente cuidadosa. Eso en el ámbito legislativo. Y luego, como productores, tenemos absolutamente claro que si no hay un bienestar adecuado, no se produce.  En las explotaciones de ciclo corto hay mucha rotación de animales, en una de ciclo largo tenemos casi un año a los animales en las explotaciones, como no tengas unas condiciones adecuadas, adiós. El bienestar animal en ese sentido es una cuestión eminentemente práctica".

López considera además que "la concienciación del conjunto del sector es cada vez mayor, cada vez está más presente porque el consumidor es más exigente en bienestar animal y en calidad y es lo que tenemos que darle".  Cree que la iniciativa de ANDA y cualquier otra similar es "de aplaudir, si al final consigue el objetivo de ir avanzando" y añade que su asociación también ha ido más allá de los requisitos legales,  "hemos trabajado mucho fundamentalmente en transporte".

Respecto al etiquetado para facilitar la vida al consumidor,  el director de ASOPROVAC explica que "en el caso del vacuno sí que hay iniciativas privadas de pliegos de condiciones en las que se habla de bienestar animal, de alimentación, de manejo...  Pero luego viene la parte de la comunicación al consumidor, y lo que nos pasa muchas veces es que el esfuerzo que hace el productor para adecuarse y pasar una auditoría independiente, luego no se ve en el punto de venta porque a la distribución no le cuadra o por las razones que sea".

En cuanto a especificar el modelo de producción detrás de la carne explica que, al contrario que el cerdo, "aquí no se corta el rabo, no se castra... en vacuno no hay ese tipo de acciones, salvo tal vez algo de forma puntual en algún territorio determinado. Es una forma de producción, para entendernos, en la que no se les toca nada. Lo que hay que trabajar mucho es el aspecto sanitario, que el animal esté en las mejores condiciones posible y que no tenga enfermedades". También aclara que "nosotros no tenemos tan radicalmente hecha la diferencia de un animal en libertad tiene el summum del malestar y uno en semi-intensivo el summum del malestar. A lo mejor en un día de invierno como hoy prefiero estar con una cama de paja a cubierto y que no me caiga la nevada".

Un cerdo en una explotación porcina.
Un cerdo en una explotación porcina.

Vayamos al porcino, un sector en el punto de mira tras la sonada última entrega de Salvados. "Estoy convencido de que si cambian ciertas cosas sobre recorte de rabos, jaulas multipartos o castración, podríamos llegar a un acuerdo. Cuando el cerdo está estresado la calidad de la carne es muy mala, lo que hace que incluso el intensivo tenga cuidado con las densidades. Todo es hablarlo con ellos", afirma Alberto Díez.

El veterinario y ganadero Antonio Palomo Yagüe es director de la división de porcino en Setna Nutrición - Invivo NSA y profesor en la Universidad Complutense de Madrid.  Confirma la apreciación de Díez: "en un rumiante o un ave su carne se afecta menos si está estresado que en la carne de cerdo. Cualquier proceso de estrés oxidativo supone peor calidad, sobre todo en productos curados. Es un tema que debatimos en todas las reuniones científicas, hay una relación directa entre el bienestar animal y la calidad de la carne, la pérdida de productividad, peor estado sanitario, más gasto de antibióticos... La falta de bienestar penaliza al productor, que lo quiere es ganar dinero. Puede haber desde el punto de vista económico hasta 200 euros por cerda reproductora y año, de las granjas con mejores medidas de bioseguridad y bienestar a las peores. El coste de producción de un cerdo es en un 70% la alimentación, un 10-12% la mano de obra y un solo problema sanitario puede hacer que ese año no ganes dinero".

Antonio Palomo defiende que los cerdos se crían en España en buenas condiciones:"Hay una normativa muy precisa de bienestar animal desde 2012. Recoge  densidades, que es vital. Hay un espacio mínimo determinado por trabajos de literatura científica que asegura que el animal está cómodo, que no hay estereotipias, que puede manifestar su comportamiento natural, puede tumbarse... Están muy bien definidos los sistemas de alimentación, que es algo crítico. El cerdo tiene que tener disponibilidad de agua y alimento de forma continuada sin ser molestado y la nutrición está afinadísima. Las peleas llegan por problemas de espacio o alimento. También contempla la luminosidad, es importante para la producción de cerdo 12 o 16 horas de luz y en España es más fácil de cumplir que en Holanda o Dinamarca. Y se pasan inspecciones tanto a nivel nacional como europeo. ¿Puede haber un 3, 4, 10% de granjas que por debajo de los mínimos? Pues puede, pero como mínimo un 90% de las granjas españolas cumplen con la normativa europea".

Confirma no obstante que, aunque todas las granjas de porcino se atengan a lo que exige la legislación, hay medidas que hacen que algunas que pudieran equipararse al 0 de los huevos y otras al 3. "Otras medidas que no son 100% obligatorias hacen referencia al corte de colas, corte de colmillos, marcado individual y castrado.  Hay granjas que lo tienen más implementadas, otras menos. Ahí podrías ver qué granjas lo hacen o no y cómo lo hacen. Aunque con el corte de rabos falta investigación y no está claro si es mejor o peor que la mordedura de rabos, porque los cerdos se muerden el rabo aunque estén solo tres en un corral precioso en tu casa.  Luego está el tema de los materiales manipulables, que el cerdo tenga elementos con los que pueda manifestar su comportamiento; hozar como hace un jabalí. Y las condiciones ambientales no están legisladas y es algo muy importante. El cerdo se termorregula mal y unas mejores condiciones ambientales no solo mejoran el bienestar animal, las enfermedades y la calidad de la carne, es algo importante también para los trabajadores de la granja. En este último aspecto, un cerdo puede estar mejor en intensivo que en extensivo. Sí que te puedo decir que no en todas las granjas los sistemas de ventilación son de la misma calidad, hay unas diferencias abismales".

¿Tendría sentido por tanto un marcaje similar para informar al consumidor? Palomo cree que a día de hoy no es posible: "en cerdos no puedes hacer la diferencia que en avicultura, la gran mayoría de las granjas son muy similares. En la producción de cerdos blancos no hay diferencias de precios como en avicultura ni una calidad diferenciada. El año pasado produjimos 48 millones de cerdos, hay unas 2,4 millones de reproductoras con un tamaño medio de granja de 1.100 o 1.200 cerdas. Ahí sacas el número de granjas que hay.  Es un mercado muy competitivo.  El que quiera seguir con una granja como tenía mi padre de cincuenta cerdas, no va a poder por una cuestión de eficiencia".

El veterinario confirma que lo único que puede mirar el consumidor es que la procedencia de la carne sea europea. "La normativa de bienestar animal más exigente es la europea, cualquier cerdo producido en Europa tiene más bienestar detrás que el que viene de otros países importantes de producción de cerdo como China, que es el primero, EE UU o Brasil".

El etiquetado respecto al sacrificio

La legislación europea y nacional vigente obliga a la insensibilización completa de los animales antes de su sacrificio, la única excepción la constituyen los sacrificios rituales kosher y halal practicados por la comunidad hebrea y gran parte de la musulmana. Y aquí aparece otra reivindicación.

"Todo lo que viene de sacrificio acogiéndose a la excepcionalidad religiosa está sin aturdir legalmente, y cada vez son más los mataderos que piden autorización para ese sacrifico. ¿Qué ocurre? Que parte de esa carne va a carnicerías kosher y halal, pero el resto va al canal convencional", explica Alberto Díez. "Esas comunidades religiosas solo consumen una parte bastante pequeña, por lo que la gente puede estar consumiendo carne sin aturdir. Y a ti no te dicen en el paquete si la carne que has comprado es uno de estos derivados del día que ese matadero sacrifica sin aturdimiento previo. Es un tema espinoso socialmente hablando, pero eso tendría que aparecer en un etiquetado para que yo, que no participo de esa tradición o cultura, aún respetándolo, tenga libertad de elección. Es un elemento básico y las autoridades se tendrían que poner ya a ello".

Productos cárnicos.
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