Ramón Carretero, 30 fotografías para acabar con la leyenda negra de tiburones y lobos

  •  El fotógrafo expone hasta el día 1 de abril 'Lobos y Tiburones. Presas de nuestro miedo' en el Museo Nacional de Ciencias Naturales.
  • "Las dos tienen una importancia ecológica muy grande porque se encuentran en la cima de la cadena alimenticia y su función en el ecosistema es primordial".
  • "No hay ninguna mirada en el mundo salvaje como la del lobo. Es como si te traspasara y leyera a través de ti".
Ramón Carretero y un lobo
Ramón Carretero y un lobo
RAMÓN CARRETERO
Ramón Carretero y un lobo

Dos depredadores emblemáticos y una leyenda negra que les persigue: el lobo y el tiburón. Estas dos especies han sido fotografiadas en sus hábitats por el fotógrafo Ramón Carretero, quien se define "amante de estos animales". El Museo Nacional de Ciencias Naturales (CNMC) expone hasta el 1 de abril 30 imágenes de lobos y tiburones para, en palabras de su autor, "perderles el miedo y dar otra perspectiva de ellos".

¿Qué busca transmitir con esta exposición?

Mi visión de estos dos depredadores tan emblemáticos, pero que a la vez son portadores de una leyenda negra inmerecida. En los últimos años, la imagen de estos depredadores no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado. Los datos objetivos muestran que no hay que tenerles miedo. Las cifras de muertes por ataques de tiburón son ridículas para la cantidad de gente que se expone a ellos. Los ataques de lobo son aún más anecdóticos. El posible último ataque de lobo mortal a una persona fue hace 50 años, aunque no se sabe si es cierto. Creo que mi visión es más objetiva, de mucho respeto y amor a estas especies.

¿Y en cada fotografía que intenta hacer ver?

La fotografía lo que muestra es el mundo interior del autor. Cuando eliges un encuadre o una luz, estás hablando de ti. No busco nada. Me dejo llevar por la situación y mis sensaciones. Trato de buscar la fotografía que en cada momento resulte más afín. En el caso del lobo me gusta mucho retratar su mirada, y es algo que queda patente en la exposición. No hay ninguna mirada en el mundo salvaje como la del lobo. Es como si te traspasara y leyera a través de ti. La gente me ha comentado que en las fotografías puede ver cómo el lobo te indaga más que mirarte. En el caso del tiburón te das cuenta de que estás ante un depredador definitivo. Eres una persona que te has colado en su medio. En cada inmersión con los tiburones pensaba en todo el daño que le hacemos. Era una sensación de mucho respeto y de agradecimiento.

¿Qué significan para usted estas dos especies?

Las dos tienen una importancia ecológica muy grande porque son depredadores que se encuentran en la cima de la cadena alimenticia y su función en el ecosistema es primordial. Además, al ser especies tan emblemáticas, si conseguimos protegerlas, protegeremos también su hábitat. El lobo es un animal social muy cercano al ser humano. El perro viene del lobo. Es similar al hombre de forma natural, y su capacidad de adaptación al medio es tremenda. Dada la población española y las infraestructuras que tenemos, que haya 2.000 o 2.500 lobos es un milagro. Con el grado de “desarrollo” de este país, no puedo dejar de admirar al lobo. El tiburón también me despierta admiración porque estaba ya en el planeta antes de la época de los dinosaurios y ha sobrevivido gracias a su capacidad de adaptación al medio.

El fotógrafo Ramón Carretero ante una foto de la exposición
El fotógrafo Ramón Carretero ante una foto de la exposición

¿Qué se siente al estar cara a cara con estas dos especies?

Miedo no. Respeto sí. Ha habido algún momento de tensión con los tiburones tigre y toro, pero al final no pasó nada. Son muy oportunistas y van buscando la espalda. Siempre tienes que tener contacto visual con ellos. Para todo el tiempo que he pasado con ellos, no he tenido ningún miedo. Lo que realmente siento es una sensación de conexión con el medio y de privilegio de poder estar en un medio que no es el tuyo.

¿En qué lugar ha buceado con tiburones?

El último contacto que tuve con el tiburón blanco fue en México. Ya había buceado con muchos más tiburones como los martillo, grises, de punta blanca, tiburón ballena, tiburón de las Galápagos…pero en aquella época no era fotógrafo.

¿Es fácil fotografiar a esas especies?

Depende del sitio en el que estés. En isla del Coco, en el Pacífico está la mayor concentración de tiburones del mundo. Es muy fácil avistarlos en esa zona. Algunas de las imágenes de grandes documentales están rodados allí. Puedes ir a otro sitio y no avistarlos. Al fin y al cabo estás en medio del océano. Tomar una buena fotografía…ya es más complicado.

¿Se hace todo lo posible para la conservación de estos animales?

Ni mucho menos. Hay que pensar que con los tiburones las cifras de muertes por “pesca” son unos cien millones e incluso pueden ser más. En España se estima que estamos entre el segundo y el cuarto exportador de aleta de tiburón a nivel mundial, siendo el mayor proveedor del mercado de Hong Kong. Con el lobo pasa algo parecido. Ni a nivel español ni a nivel europeo se hace todo lo posible para la conservación de la especie. Parece que en Europa ahora el lobo se está recuperando y volviendo a sitios de dónde se había ido y eso es algo a celebrar. A pesar de esto, sigue habiendo muchas muertes de lobo.

¿Como ve la situación respecto al lobo en España?

Hay mucho conflicto entre los distintos sectores, tanto favorables como contrarios a la protección del lobo. Algunos adoptan posturas cada vez más polarizadas y esto no es nada favorable. Ni para el lobo ni para el sector que representan. Hay quien además intenta transmitir el miedo al lobo como justificación ante la población para que se puedan matar más de forma legal. Por otro lado cada vez hay una mayor sensibilización hacia esta especie y demanda de su protección por parte de la sociedad, aunque va despacio.

¿Qué les diría a todos aquellos que están en "guerra" con el lobo?

Yo les diría que es territorio del lobo. Esta especie ha estado miles de años en esa zona y lleva más años ahí que las personas. El lobo tiene una función básica en el ecosistema. Si la naturaleza lo ha puesto ahí, por algo es. Tengo un buen amigo y mentor mío que toda su vida ha sido amante de la naturaleza y, además, ganadero. Él siempre convivió con el lobo en Sierra Morena y con el uso de perros mastines podía apañar la situación. Es una dificultad más en el trabajo, como en todos los trabajos. Das por hecho que el lobo te puede comer alguna oveja, pero es parte del oficio. Si tomamos medidas adecuadas es posible la coexistencia. La ganadería nunca se ha extinguido y hace años había más lobos.

Entonces, ¿los ganaderos no toman las medidas adecuadas?

No todos, y especialmente en las zonas donde el lobo fue declarado extinto y ahora ha vuelto. Una vez que la gente se acostumbra a no utilizar las buenas prácticas ganaderas (o que nunca ha llegado a usarlas por no tener necesidad), cuesta aplicarlas. Algunos ganaderos dicen que los mastines no funcionan, pero sí funcionan. Si no, el ganadero no existiría y no podría haber defendido su ganado durante siglos, de hecho puede que España tenga los mejores perros de guarda del mundo, y son muchos los que vienen de otros países a comprarlos para sus rebaños.

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