Olas de calor y alergias, principales consecuencias que los ciudadanos achacan a la alta contaminación

Una mujer con síntomas de alergia.
Una mujer con síntomas de alergia.
GTRES ONLINE
Una mujer con síntomas de alergia.

Una mayoría de ciudadanos son conscientes ya de que la contaminación atmosférica tiene efectos directos en su propia salud así como en la del planeta. Pero ¿cuáles creen que son dichos efectos? Los españoles achacan a la contaminación atmosférica sobre todo las recientes olas de calor intensas vividas en España y también el incremento de las alergias, según revela el último expositor del estudio sociológico Ulises, realizado por MyWord para20minutos con el patrocinio de Ibercaja.

Sin embargo, todavía hay un 10,5% de los ciudadanos, uno de cada diez, que creen que la contaminación carece de consecuencias directas en sus vidas.

Las consecuencias que los ciudadanos achacan, en términos generales, a la contaminación atmosférica son "olas de calor intenso" (58,6%) y "desarrollo o agravamiento de las alergias" (55,9%), las consecuencias más citadas, seguidas por "picor de garganta" (45,9%), de ojos (43,1%), agravamiento de las enfermedades respiratorias (asma, bronquitis y neumonía, 41,7%), así como un incremento en la sucesión de desastres naturales, tales como sequías o inundaciones (40%).

Las mujeres son más proclives a detectar en ellas o su entorno las consecuencias relacionadas con la contaminación. Seis de cada diez mujeres consultadas han vivido el incremento de las olas de calor y el agravamiento de las alergias. Son también ellas las que perciben en mayor medida que provoca picores de garganta y ojos y el agravamiento de enfermedades respiratorias (47,4%). Solo un 7,4% de las mujeres cree que la mala calidad del aire no tiene ningún efecto secundarios. Este porcentaje casi se duplica entre los hombres (13,7%). Ellos son mucho menos conscientes que ellas, por ejemplo, de los efectos perniciosos que la contaminación tiene en el agravamiento de las enfermedades respiratorias (35,7%).

En función de la edad, los adultos mayores de 65 años son el grupo que más comunmente opina que la contaminación atmosférica carece de efectos en su entorno (18,3%). Son casi uno de cada cinco.

Por niveles de estudio de los encuestados, cuanto más formados más conscientes son de los problemas que acarrea la contaminación. De hecho, entre los universitarios baja considerablemente la proporción de los que no consideran que traiga efectos perniciosos ni para la salud ni para el medioambiente. Dicho porcentaje sube al 21,7% entre quienes tienen como mucho el graduado escolar. También son estos en mayor medida los que consideran que no existe un vínculo entre la contaminación y las enfermedades respiratorias o los desastres naturales.

Los habitantes de las ciudades pequeñas que no son capitales de provincia perciben menos efectos de la contaminación, pero resulta interesante comprobar cómo en las ciudades mayores de 50.000 habitantes que no son capitales la concienciación de los riesgos es mayor incluso que en las capitales de provincia. Por ejemplo, el 64,3% de los residentes en ciudades medianas achaca olas de calor al cambio climático, mientras en las capitales lo hace el 59,9%.

Por regiones, los habitantes del sur de España (Andalucía y Badajoz) son los que más están percibiendo con mayor intensidad cambios en el clima derivados de la contaminación, a través de sequías, inundaciones u olas de calor intensas. Los madrileños son, por su parte, los españoles que más refieren agravamiento en las dolencias respiratorias por culpa de la contaminación.

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