Un estudio aconseja que los mayores de 45 reciban formación para el uso de las TIC en la universidad

  • A partir de los 45 años, los universitarios tienen menor dominio de las plataformas y herramientas informáticas necesarias para su trabajo académico.
  • Es lo que apunta una investigación de la Universidad de Sevilla.
Teclado de un ordenador.
Teclado de un ordenador.
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Teclado de un ordenador.

Plataformas virtuales, redes sociales y aplicaciones informáticas como las hojas de cálculo, los programas de tratamiento de imágenes y presentaciones o para la edición de textos forman parte habitual de la dinámica de enseñanza y aprendizaje en las universidades. Sin embargo, la edad de los estudiantes puede condicionar el dominio de estos nuevos recursos.

Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla han dirigido un estudio, con participación de investigadoras de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y la Universidad de Limerick (Irlanda), en el que han analizado los hábitos con respecto a las nuevas tecnologías de los estudiantes que llegan a la universidad mediante los programas de acceso para mayores de 25, 40 y 45 años, un grupo minoritario en las aulas pero del que recuerdan que cada vez tiene mayor presencia en las aulas.

Tras encuestar a cerca de 400 estudiantes que accedieron a la universidad andaluza a través de las vías para mayores, los autores del trabajo han concluido que existe una actitud positiva ante las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) por sus potenciales beneficios en los procesos de aprendizaje, aunque también han constatado que este alumnado presenta un nivel medio-bajo en estas competencias porque no han recibido formación específica para su uso.

Universitarios, pero no entusiastas de las tecnologías

Los investigadores han realizado algunas propuestas para mejorar en especial la participación de los mayores de 45 años, donde se evidencia la principal brecha digital ya que presentan más dificultades en el uso de las TIC y tienden a sentirse menos competentes, lo que puede suponer una barrera para su aprendizaje, advierte la profesora María Teresa Padilla, una de las autoras del estudio.

Aunque los resultados indican que estos universitarios no son necesariamente entusiastas de las tecnologías, también revelan que valoran y aprecian su uso y las aceptan como recursos útiles y necesarios tanto en su vida personal como profesional, utilidad que se extiende a los procesos formativos, en los que consideran que ayudan a permanecer actualizados y favorecen el aprendizaje.

De hecho, el 88,5% prefiere cursos en los que se utilicen las TIC, ya sea de forma moderada (30,1%), ampliamente (58,4%) o de manera exclusiva (7,6%); mientras que solo el 2,6% preferiría no contar con ellas en su formación. Sin embargo, la gran mayoría no había recibido formación específica para el uso de este tipo de entornos y eran básicamente autodidactas, lo que explicaría el nivel medio-bajo de competencia que perciben tener en el uso de estos recursos.

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