Según han explicado se trata de personas desempleadas de larga duración, jóvenes en busca de su primera oportunidad laboral y personas en situación de riesgo de exclusión social quienes se sitúan entre los grupos de atención preferente de la entidad.

Entre todas las medidas puestas en marcha por la entidad sin ánimo de lucro destaca la Agencia de Colocación donde han recibido atención

personalizada 2.419 personas, un 60 por ciento de las cuáles son mujeres. Así, con 223 empresas contactadas, el trabajo técnico desde la agencia ha permitido gestionar 157 ofertas de empleo que en conjunto suponen 352 puestos de trabajo con un porcentaje de inserción laboral superior al 23 por ciento.

Por otro lado, entre los programas de orientación consolidados en la entidad destaca Andalucía Orienta, financiado por la Consejería de Empleo. Esta iniciativa ligada a las oficinas del SAE promueve la inserción de las personas demandantes de empleo, prestando orientación y asesoramiento para su desarrollo profesional.

En este sentido, han precisado que casi un millar de personas beneficiarias -993- han sido atendidas en 2017 de las que 442 se encontraban en situación de riesgo de exclusión social.

Incorpora de "la Caixa", es otra de las iniciativas de intermediación laboral de más larga trayectoria que ofrece un seguimiento de ofertas de trabajo que mejor encajan con el perfil de cada participante y mejorar su empleabilidad mediante cursos para potenciar competencias sociales y laborales. De las 521 personas atendidas en 2017 en la propia Asociación Arrabal-AID han sido 203 las que han logrado incorporarse al mundo laboral gracias a la implicación de 102 empresas.

Asimismo, han destacado la puesta en marcha de Idea+I, programa basado en itinerarios de acompañamiento durante el proceso de inserción y adaptación al puesto de trabajo. En concreto, con el apoyo de Obra Social "la Caixa" esta iniciativa consta en realidad de tres fases: experiencias de trabajo, formación práctica y complemento de aprendizaje en empresas. El número de beneficiarios alcanza las 60 personas sólo de octubre a diciembre.

También las familias se han beneficiado de iniciativas de empleo como el Programa FRES, iniciado en 2015 junto a Secretariado Gitano y Cruz Roja, dentro del Plan de Emergencia Social del Ayuntamiento de Málaga.

Un total de 160 familias fueron atendidas el pasado ejercicio en Arrabal-AID para quienes se organizaron cinco acciones formativas relacionadas con la prestación de servicios auxiliares, la hostelería o el comercio, según han explicado desde la Asociación a Europa Press. Los datos de inserción de este programa alcanzan el 41 por ciento de inserción al lograr que 47 personas consiguieran un contrato.

PERSONAS SIN HOGAR Y POBLACIÓN RECLUSA

Por otro lado, también se suman otras acciones que, de forma integral, se desarrollan con las personas sin hogar, con quienes se realiza una intervención social y laboral, incluyendo apoyo psicológico, estancia temporal en pisos, talleres para potenciar habilidades de autonomía y empoderamiento, mediación intercultural y apoyo económico para tramitación de documentos, como renovación de pasaportes y homologación de títulos académicos entre otros, así como para la compra de alimentos y productos de primera necesidad.

Al respecto, han detallado que algunas de estas medidas específicas son el Servicio de Intervención Sociolaboral, desarrollado junto al área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga desde hace 12 años y del que se han beneficiado 116 personas en 2017; y el Programa Procopio, financiado por la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía que ha ofrecido sesiones de acompañamiento a 137 participantes con trastorno mental leve.

La incorporación sociolaboral de la población reclusa centra también gran parte de los esfuerzos de la Asociación Arrabal-AID. A este colectivo dedica el Servicio de Acompañamiento Laboral (SAL) puesto en marcha junto a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior para ofrecer a personas en situación de tercer grado penitenciario un apoyo encaminado a favorecer su integración en la sociedad y ayuda para la consecución de un empleo. En total, 101 personas fueron atendidas en 2017 de las cuales 43 consiguieron un empleo superior a los tres meses.