Las semillas y frutos ayudan a recrear el antiguo Egipto

  • Las plantas eran una de las ofrendas para los muertos de la época faraónica.
  • Con estas semillas pueden determinar el rango de años a los que se remontan la tumbas.
  • También sirven para indicar la jerarquía de los gobernadores y clases secundarias.
La carpóloga española Eva Montes estudia las semillas y frutos recogidos en las diversas tumbas de la época faraónica en la misión que lidera la Universidad de Jaén en la necrópolis de Qubbet el Hawa, en Asuán (Egipto).
La carpóloga española Eva Montes estudia las semillas y frutos recogidos en las diversas tumbas de la época faraónica en la misión que lidera la Universidad de Jaén en la necrópolis de Qubbet el Hawa, en Asuán (Egipto).
EFE
La carpóloga española Eva Montes estudia las semillas y frutos recogidos en las diversas tumbas de la época faraónica en la misión que lidera la Universidad de Jaén en la necrópolis de Qubbet el Hawa, en Asuán (Egipto).

Las plantas que acompañaban al difunto en la otra vida eran una de las ofrendas para los muertos de la época faraónica, un momento simbólico que Eva Montes, especialista española en carpología, reconstruye a través de las semillas y los frutos.

Desde una cámara funeraria en la necrópolis de Qubbet el Hawa, situada enfrente de la ciudad de Asuán (sur de Egipto), la carpóloga, dedicada a estudiar el fruto de las plantas, observa con su lupa binocular las muestras de semillas recogidas en las diversas tumbas excavadas por una expedición española, que están perfectamente ordenadas y clasificadas.

Montes muestra un dátil deshidratado y preservado perfectamente, una cuestión que fascina a la carpóloga, que lleva tres años en la misión de la Universidad de Jaén y que cumple una década liderada por el egiptólogo Alejandro Jiménez.

"En Egipto, en general, el clima es tan seco que las semillas se conservan deshidratadas, sin humedad. No he visto material tan bien conservado como el de aquí", asegura la arqueóloga, que también trabaja en el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica, de la Universidad de Jaén.

Los factores que determinan esa buena conservación son "el clima y el lugar donde se encuentran las tumbas, donde la humedad y la temperatura se mantienen constantes, al igual que (ocurre) con las momias", afirma.

Montes, una de las pocas carpólogas de España y la única de Andalucía -según asegura ella misma-, explica que su labor es estudiar "la determinación a nivel botánico de las semillas y frutos, de qué especie son y, además, cómo están hechos los cestos y recipientes" de los ajuares funerarios.

Uno de los frutos simbólicos que más se encuentra es el de la palmera Dom, "uno de los árboles que el difunto se va a encontrar en la otra vida, pues se va a sentar debajo de él para descansar cuando llegue al paraíso. Tiene un poder simbólico muy importante", explica.

La experta busca la "objetividad" en sus investigaciones ya que "con las semillas se pueden hacer dataciones con carbono 14. Cuando no estamos seguros de si es algo actual y cuando tenemos algo importante, hacemos la datación", indica.

Este proceso -añade- se realiza en California, adonde envían la muestra y se determina el rango de años a los que se remonta la tumba donde se han encontrado los restos vegetales.

De ahí radica la importancia de la carpología "para afinar con la cronología", ya que no es nada que se pueda interpretar, apostilla.

Además de las fechas aproximadas, Montes busca averiguar con estas semillas y frutos la circulación de los productos y las vías de comunicación que existían.

Las plantas indican el rango jerárquico

"La domesticación de las plantas empieza en Oriente Próximo y se va yendo al Mediterráneo occidental. Aquí empezó todo", asevera.

Y ya no sólo esto, sino que las plantas indican la jerarquía, en el caso de la expedición española, de los gobernadores y clases secundarias de Elefantina, la actual Asuán y la que era la frontera meridional de Egipto y Nubia.

"El vino que se hace con uva es para las clases altas. La cerveza es para la clase popular y la bebían las mujeres, los niños y hombres. Era un producto alimenticio y no una bebida alcohólica, como hoy en día", añade.

Recuerda también el momento que describe como el "más bonito" de su vida profesional, ocurrido hace dos años: el hallazgo en una tumba de "incensarios con inscripciones y llenos de semillas".

En uno de ellos ponía en hierático "Jarrita de Ra", en alusión al Dios del sol egipcio, y dentro "había un racimo de uvas. Una de las teorías es que las uvas son las lágrimas de Horus. Además, con el vino se lavaban los cuerpos de las momias. Eran las bebidas para los altos mandos", añade.

Entre el ajetreo de los restauradores que contemplan y retocan una pieza, Montes se denomina como la "difusora de la carpología", pues en todo momento realza el valor de su ciencia, para lo que cuenta con el apoyo del instituto en el que trabaja pero que continúa siendo una disciplina desconocida en el mundo de las expediciones.

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