Una nueva tecnología permitirá mejorar el hígado graso para ser trasplantado

  • Se trata de una máquina que puede hacer crecer en un 30% el número de trasplantes.
El jefe de la Unidad de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplante de La Fe, Rafael López Andujar, junto a la Máquina de Perfusión Normotérmica (MPN), que podría incrementar hasta un 30% el número de trasplantes de hígado.
El jefe de la Unidad de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplante de La Fe, Rafael López Andujar, junto a la Máquina de Perfusión Normotérmica (MPN), que podría incrementar hasta un 30% el número de trasplantes de hígado.
EFE
El jefe de la Unidad de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplante de La Fe, Rafael López Andujar, junto a la Máquina de Perfusión Normotérmica (MPN), que podría incrementar hasta un 30% el número de trasplantes de hígado.

El Hospital La Fe de Valencia iniciará este año el primer ensayo clínico en España con una nueva tecnología que permite evaluar la función de un hígado graso después de su extracción e, incluso, mejorarlo para implantarlo en mejores condiciones en el receptor.

Se trata de la Máquina de Perfusión Normotérmica (MPN), que podría incrementar hasta un 30% el número de trasplantes de hígado, un tercio de los cuales se desecha por la esteatosis hepática (hígado graso).

"Esto es lo más revolucionario que hay en trasplantes a corto plazo", asegura Rafael López-Andújar, jefe de la Unidad de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplante de La Fe, para quien esta tecnología "es el futuro que ya está aquí y lo que hay que hacer es subirse al tren y no quedarse atrás".

López-Andújar está convencido de que no se quedará solo en los hígados grasos, en los que se centra este estudio, sino también en donantes subóptimos en los que se duda si el órgano funcionará o no una vez trasplantado; para ello, señala, la MPN "da una seguridad absoluta".

Una máquina que se autorregula

La máquina, que se autorregula, permite monitorizar de manera continua el órgano durante su permanencia en ella una vez extraído y decidir el mejor momento para implantarlo, ya que está conectado a un suministro de sangre y nutrientes que se mantiene en todo momento controlado y a una temperatura establecida.

El MPN permite en unas cinco horas y en tiempo real comprobar la salud del hígado, controlando los flujos, la producción de bilis y los niveles de parámetros analíticos que permiten conocer su estado. "Reproduce lo que sería el cuerpo humano", indica López-Andújar.

Además, al ser una máquina portátil, permite el transporte de los órganos entre hospitales, manteniéndolos en todo momento en perfecto estado.

Según explica, cuando se extrae un hígado graso y se pone en hielo se producen unos daños de isquemia-reperfusión, lo que significa que ese órgano no funciona bien y que incluso puede llegar a fallar en el receptor y es necesario retransplantarlo.

Pero la colocación de un injerto hepático con esteatosis en la MPN permitiría acortar ese tiempo de isquemia fría en el hielo, con lo que no se dañaría tanto el órgano y además habría "más datos para tomar la decisión última de si se utiliza o no este órgano".

Según López-Andújar, no se cogen órganos que a priori puedan fallar pero en este caso sí se podría hacer, mantenerlos unas horas en la máquina para ver si funcionan y, si es así, poder implantarlos en el receptor con más seguridad de que van a funcionar.

El siguiente paso sería poder manipular estos órganos durante su estancia en la máquina y extraer la grasa, añade el experto, que recuerda ante el incremento de pacientes obesos: "Uno de los hándicap más importantes que tenemos en la donación es que el 30% de los órganos se rechaza por esteatosis".

"En cuestión de muy poco tiempo estas máquinas han venido para quedarse y para mejorar la tasa de trasplantes aún más", subraya y añade que para iniciar el ensayo, el primero que se realizará en España de forma monográfica en órganos esteatónicos, esperan la acreditación por parte del Instituto de Investigación de La Fe y la aprobación de los comités, y poder financiar el proyecto, aunque se muestra convencido de que lo comenzarán este año.

Según López-Andújar, un trasplante tiene un coste de alrededor de unos 100.000 euros y el uso de esta máquina solo en veinte casos "saldría más barato que un único retransplante que se tuviera que hacer".

"Si consigues un órgano más que salva una vida ¿no sería suficiente?", se pregunta para apuntar que hay otros gastos "que se podrían emplear en este tipo de máquinas o en mejorar la sanidad".

Líder en trasplantes hepáticos

La Fe fue el hospital de España que más trasplantes hepáticos hizo en 2017, un centenar, y en las dos últimas décadas ha sido el centro que más trasplantes de hígado ha ejecutado en el país.

No obstante, "hacen falta más donantes para hacer más trasplantes porque seguimos teniendo pacientes que fallecen en lista de espera y no llegan a su oportunidad, que es el trasplante", advierte.

La MPN podría también usarse en donantes en asistolia o a corazón parado, una donación que en 2017 creció hasta el 26,5% en la Comunitat Valenciana, por encima de la media nacional, según el coordinador de Trasplantes de la Comunitat, Rafael Zaragoza.

Poder chequear y conocer la funcionalidad y el mantenimiento de un órgano antes de ser implantado "es una ventaja" y con la MPN "seguro que aumentaremos no solo el número, sino la supervivencia de los pacientes y del injerto", añade Zaragoza.

También destaca la importancia de los donantes porque sin ellos no hay trasplantes y subraya la solidaridad de las familias que, "en el peor momento de su vida, cambian el dolor por una generosidad sin límites".

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