Limpiar grafitis de Metrovalencia costó 223.000 euros de dinero público en 2017

  • Los convoyes sufrieron el año pasado 155 actos vandálicos de este tipo, que requirieron 1.185 horas de trabajo.
  • Los grafiteros actúan en grupo y por sorpresa, y eligen los fines de semana y las noches para colarse en talleres.
  • FGV trata de que las condenas sean por delitos y no por faltas para que las multas puedan llegar a los 5.000 euros.
  • Los operadores ferroviarios españoles, que sufren hasta cinco acciones vandálicas diarias, reclaman medidas.
Operarios limpian una unidad móvil de Metrovalencia pintada por grafiteros.
Operarios limpian una unidad móvil de Metrovalencia pintada por grafiteros.
20MINUTOS.ES
Operarios limpian una unidad móvil de Metrovalencia pintada por grafiteros.

Un joven de 22 años fue detenido a finales del mes pasado acusado de realizar grafitis en vagones de Metrovalencia y causar daños por 6.700 euros. Según la investigación policial, el arrestado se coló entre septiembre y diciembre de 2017 en los talleres de València, donde se guardan los convoyes, y realizó pintadas tanto en las unidades móviles como en los muros de las instalaciones. De hecho, una de las firmas que aparecían en los vagones correspondía a uno de los identificados en las pinturas de las paredes, lo que permitió su detención.

Es el último caso detectado de todo un rosario de actos vandálicos en forma de grafitis en los trenes del metro y el tranvía de la red de València. De hecho, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) se gastó el año pasado 223.031,98 euros de dinero público en la limpieza de grafitis realizados en sus unidades móviles. Los convoyes del metro y el tranvía sufrieron 155 actos vandálicos de este tipo durante el año 2017, que requirieron 1.185 horas de trabajo y la aplicación de 1.635 litros de líquido antigrafiti. Del total, 139 se hicieron en trenes del metro y 16 en el tranvía.

La empresa pública de la Generalitat ha incrementado en los últimos años las medidas de seguridad, con la instalación de más cámaras de videovigilancia, vallas, iluminación... y mantiene contacto permanente con la Policía y la Guardia Civil en los puntos donde más se dan estos ataques. Los autores de pintadas eligen los fines de semana y las últimas horas, y actúan en grupo y por sorpresa. En este sentido, un grupo de 11 grafiteros fue detenido a finales de diciembre en València y Barcelona por más de 77 delitos de daños causados en trenes por un importe total que supera los 329.000 euros. Sus miembros se repartían las tareas para la ejecución de los grafitis, vigilancia y grabado de la acción, que posteriormente difundían por Internet.

Persecución legal

Desde el punto de vista jurídico Ferrocarrils ha incrementado en los últimos años la persecución legal de los grafiteros e interpone denuncia por las agresiones sufridas "con la finalidad de persuadir a los gamberros de continuar con su actitud", apuntan fuentes de la empresa pública. El departamento jurídico intenta que los grafiteros sean sancionados con una multa que viene sustentada "en el deterioro que provocan y en el gasto que supone a la empresa la limpieza de los trenes afectados y que en la mayoría de ocasiones es mayor de 400 euros", añaden estas mismas fuentes, por lo que la agresión pasa a ser un delito y no una falta. Las multas impuestas pueden llegar en aquellos casos más graves a los 5.000 euros.

FGV se sumó el año pasado al Observatorio del Civismo del Transporte Ferroviario, que agrupa a los principales operadores ferroviarios de España, entre ellos Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Renfe, Metro Bilba, Metro Madrid, Metro Sevilla, Metro Málaga o Tranvía de Zaragoza. Estas explotaciones se unieron para responder ante las "actitudes antisociales, objetivar los problemas, centralizar datos, compartir experiencias y convertirse en un laboratorio que ayude a encontrar soluciones homogéneas y eficientes a los problemas del incivismo en los servicios públicos de transporte ferroviario".

"El principal problema en el ámbito de la seguridad"

Según este organismo, el vandalismo grafitero es "el principal problema en el ámbito de la seguridad", con crecientes implicaciones sociales, medioambientales, laborales y económicas. El impacto económico total del vandalismo, incluidos los grafitis, ha supuesto un gasto de 62,7 millones de euros a las empresas ferroviarias entre los años 2015 y el 2016. A este coste se suman el impacto medioambiental de los espráis utilizados en las acciones vandálicas y los productos agresivos para repararlas, los costes sociales para los usuarios, el riesgo de atropello, electrocución y caída de los propios vándalos en las incursiones clandestinas y los costes judiciales.

En ambos ejercicios se celebraron 1.321 juicios por vandalismo y abierto casi dos expedientes diarios por faltas administrativas, y por agresiones se han llevado a cabo hasta 1.068 juicios y abierto 1,5 expedientes por día. Por este motivo, el Observatorio reclama "una actuación normativa, judicial, policial, educativa y de comunicación" adecuada a la gravedad del problema.

Según datos aportados por todos los operadores que integran el Observatorio del Civismo, entre el 2015 y el 2016 se han producido 3.413 intrusiones vandálicas en las principales redes ferroviarias con un total de 8.644 coches grafiados. La superficie pintada en trenes durante el mismo periodo llega a los 256.482 metros cuadrados, extensión que equivale a 43 campos de futbol o, en vertical, a los edificios de los dos lados del Paseo de Gràcia de Barcelona.

Además, han aumentado también otros comportamientos incívicos, con los daños a las infraestructuras: hasta 2.801 acciones en dos años, una media de 3,48 diarios. El 80,6% se produjo contra elementos pasivos (puertas, paredes, mobiliario, etc.) y el 19,4%, 543 acciones, contra elementos activos (circuitos de vídeo, sensores, detectores, cableados y otros dispositivos).

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