Que los precios de los alquileres en las grandes ciudades son desorbitados es la triste realidad a la que se enfrentan las nuevas generaciones. Pero esa problemática alcanza unas dimensiones inimaginables en países superpoblados.

Es el caso de Japón, donde un apartamento de 16 metros cuadrados cuesta unos 550 euros, según un reportaje de la televisión ANNnewsCH que evidencia las situaciones de precariedad y absoluta claustrofobia. Una única habitación acoge la cocina, el baño, la habitación y el salón. Las imágenes del canal japonés, que se trasladó hasta el distrito de Shibuya, en Tokio, para hacer un reportaje sobre los microapartamentos, son demoledoras.

La cocina cuenta con un fregadero con todos los productos esparcidos por encima por falta de espacio. No hay muebles en los que se puedan guardar los productos. La nevera, de dimensiones diminutas, está bajo la vitrocerámica. Aprovechar eficientemente el espacio es la prioridad.

Las perchas con la ropa cuelgan junto a las sartenes, productos de aseo y la lavadora en un espacio que hace las veces de habitación y comedor (la mesa sobre la que come es del tamaño de una mesilla de noche). Si esto parece claustrofóbico, pasamos al siguiente nivel con el baño. Las rodillas del joven que enseña la casa tocan la pared cuando se sienta sobre el inodoro. No es capaz ni de cerrar la puerta. ¿La ducha? No puede estirar los brazos.

La ventaja es que los techos altos permiten al joven poner la cama en una litera, de manera que el espacio bajo el colchón queda libre para apilar ropa, tender o planchar. De momento, este edificio lleva en pie un año y medio, aunque lo cierto es que cada vez proliferan más este tipo de viviendas que, con los precios de los alquileres por las nubes, no parece que vayan a desaparecer...