SFDK: "He probado muchas drogas y el alcohol es la peor de todas"

  • El grupo de rap sevillano regresa a la escena con 'Redención', su octavo álbum de estudio.
  • "Nosotros nunca hemos sido los mejores, pero sí de los más listos y hemos jugado bien nuestras cartas", aseguran.
  • "Ahora tienes que dejarlo todo tan bien dicho, que sea la única biblia a la que puedan agarrarse", explica Zatu.
Acción Sánchez (izquierda) y Zatu (derecha) forman SFDK
Acción Sánchez (izquierda) y Zatu (derecha) forman SFDK
JORGE PARÍS
Acción Sánchez (izquierda) y Zatu (derecha) forman SFDK

Zatu (Saturnino Rey) y Óscar Sánchez (Acción Sánchez) forman SFDK, el grupo de rap sevillano que lleva en la música más de dos décadas. Ahora regresan con Redención, su octavo álbum, con el que esperan redimirse de sus malas decisiones.

¿Es el final de SFDK?

Zatu (Z.): Puede ser el final como formato, no creo que volvamos a juntar tantas canciones para un disco. Nos lo hemos pasado mejor que nunca en el estudio, pero nos ha cansado mucho la promoción, ya no tengo ganas. Ahora tocaremos y sacaremos canciones cuando queramos.

Dejarán los discos de lado, ¿se acaba el formato físico?

Z.: No, no, no. Siempre he apostado por el formato físico. No creo que llegue a desaparecer. Soy coleccionista, es lo único de apego que me queda, porque me da igual la ropa, el oro... todo. A lo único a lo que guardo apego es a los discos, libros y películas.

Colecciona cultura, entonces.

Z.: Sí, porque puedo pasárselo a mi hija. Es un dinero que nunca está mal invertido.

¿Cómo han cambiado desde ese primer Siempre fuertes?

Z.: Muchísimo. En nuestros discos siempre se repiten ciertas cosas, pero cambiamos todo por pura diversión. Las ganas siguen igual. No seguimos modas porque me moriría artísticamente. Me gusta cambiar, y más sabiendo que puedo.

¿Qué le diría al Zatu de hace 20 años?

Z.: Que tratara bien a la gente y se pensara más las cosas antes de decirlas. Que dejara de beber. No bebo desde hace cuatro años. El alcohol es de las peores drogas que he conocido. He tomado muchas, pero es la que más cambia a la gente, ensucia todo. Nunca me ha ido bien y no sabía por qué, hasta que escribí un segundo libro y vi que en todos los problemas de mi vida siempre iba borracho.

¿Ha escrito dos libros?

Z.: Sí, uno lo voy a sacar este año del tirón y el otro no va a esperar mucho porque ya está listo. El primero es biográfico y el segundo es una novela.

Los raperos que comenzaron hace 20 años están volviendo a la escena. ¿Diría que es algo generacional?

Z.: Es complicado. Nosotros nunca hemos sido los mejores, pero sí de los más listos y hemos sabido jugar bien nuestras cartas, no creernos los mejores... El terreno es para analizarlo y la gente lista es la que triunfa. Si tiras tu carrera a la mierda o subes siempre borracho a actuar, cosa que nunca he hecho, perderás a tu público.

¿Esta es su Redención tras 20 años de música?

Z.: Sí. He pulido las letras a la perfección para decir algo en cada segundo. La música está adaptada al mensaje que quería transmitir, para que entrara con la sensación correcta. Si alguna vez hemos hecho una mala letra, en este disco nos quitamos las espinas.

A mí también me han partido el corazón y me he vuelto un poco misógino. Esta es la oportunidad para compensar el haberme sentido así. Ahora tienes que dejarlo todo tan bien dicho, que sea la única biblia a la que puedan agarrarse.

¿Qué opina de la condena al rapero Valtònyc?

Z.: Le han condenado por su pensamiento político y para acojonarnos al resto. Es un tío que toca los huevos y que podría decir lo mismo de otra forma. Lo que ha pasado es desmesurado, es una cruzada contra el comunismo.

Su programa Fumar cagando es una oda al cannabis. ¿Por qué no se legaliza?

Z.: No llego a entenderlo. Cualquier droga debería ser libre, cada uno debería poder hacer con su cuerpo lo que le diera la gana.

¿Para qué vinieron Óscar y Zatu al mundo?

Óscar: Yo he venido para hacer esto y algo que todavía no he hecho que va a ser aún más grande. No es un rollo divino, pero nuestra música ha afectado a mucha gente. Alguien tiene que hacer esa labor, y me ha tocado a mí.

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