El agente encargado de comprobar los contratos de compraventa de joyas en establecimientos especializados detectó el 5 de marzo objetos de dudosa procedencia y los Mossos iniciaron una investigación que permitió identificar a la mujer, que trabajaba de cuidadora de una pareja de edad avanzada de Girona.
Los investigadores localizaron a la familia de los afectados, que confirmó que las joyas eran propiedad del matrimonio y también expresaron sus sospechas de que la cuidadora presuntamente había hecho una gestión fraudulenta de las pagas mensuales de la pareja, ya que en los últimos meses habían tenido gastos muy elevados.
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