Sandra Barneda: "Con las escenas de sexo me sentía inexperta, no sabía si me quedaba corta o no"

  • La periodista vuelve a la novela con 'Las hijas del agua', una historia sobre heroínas, llena de intrigas y ambientada en la Venecia del siglo XVIII.
La periodista y presentadora Sandra Barneda.
La periodista y presentadora Sandra Barneda.
JORGE PARÍS
La periodista y presentadora Sandra Barneda.

Una sociedad secreta formada por mujeres en una Venecia decadente, luchas de poder, traiciones, amor, renuncia, aventura, violencia, sexo... Son los ingredientes que se cuecen, a veces a fuego lento y otras a fuego vivo, en Las hijas del agua (Ed. Suma), la trepidante novela de la periodista y presentadora Sandra Barneda.

Las hijas del agua acaba de salir a la venta y es su tercera novela de ficción, parte de una saga inspirada en los elementos: aire (Reír al viento), tierra (La tierra de las mujeres), agua (Las hijas del agua) y fuego, aún por escribir.

¿Qué es 'Las Hijas del Agua'?

Es mi novela más personal y a la vez mi mejor novela. Es la historia que me hubiera encantado leer cuando era adolescente, para descubrir que han existido mujeres en la historia que fueron verdaderas heroínas. Así que es un homenaje a ellas, a las mujeres que existieron y fueron silenciadas. Por otro lado es una historia de aventuras, con mujeres como heroínas.

Aclarémoslo, por si alguien dudas: No es una novela sólo para mujeres...

Ninguna novela es sólo para hombres o sólo para mujeres, es absurdo ese concepto, es anticuado. Quienes puedan pensar eso es porque no leen, porque la historia de la literatura está llena de novelas donde los protagonistas son sólo hombres y yo las leo y nunca le han preguntado al autor si son novelas sólo para hombres.

¿Por qué una novela en el pasado?

Está ambientada en el siglo XVIII, en una época muy interesante, cerca de la Revolución Francesa, en una Venecia decadente donde todo podía ocurrir y que cinco años después sufriría con Napoleón al acabar con la república del Véneto. En aquella época, en esos días de decadencia y de lucha entre el absolutismo y los pueblos rebelados, se decía que en Venecia estaban las mujeres más cultas de Europa.

¿Conoce Venecia?

He estado unas ocho veces, varias mientras escribía la novela. Pero es imposible descubrir esa ciudad del todo, se esconde, tiene mil caras.

¿Es de las que apuntan las ideas en servilletas?

Soy de notas del móvil. Siempre me apunto cosas, frases, conceptos, personajes, lugares que descubro... pero soy bastante desordenada para encontrarlo luego.

¿Cómo se ha documentado?

He estado dos años leyendo sobre Venecia y sobre los hábitos y los usos del siglo XVIII. Se puede explicar la historia desde detalles como la historia de la moda o de los peinados. Y dice mucho de la sociedad y de cómo evoluciona.

¿Cuesta dejar fuera detalles cuando te has documentado mucho?

Hubo cosas en las que me emperré, pero que tuve que quitar, porque demasiada documentación hace que se pierdan las tramas. Y te da pena, porque a veces hay detalles que te ha costado encontrar.

¿Algún ejemplo?

Resulta que el papel que se usaba para las cartas se traía de muy lejos, de oriente, y en esa época a causa de los conflictos se convirtió en muy escaso y comenzaron a usar un sustituto del papel determinado. Y me sentía muy orgullosa de saber exactamente como se llamaba, pero lo tuve que quitar (risas).

¿Cuál es su motivación para escribir? ¿Por qué lo hace?

Porque me ayuda a evadirme. Es como una terapia que me desestresa. Escribir es un trabajo de constancia mayor que merece la pena aunque sólo sea por esos momentos en los que sientes que tus manos están escribiendo porque un personaje se ha apoderado de ti, que no eres tú.

¿Es maniática para escribir?

No tengo manías, puedo escribir en distintos formatos y soportes, en el aeropuerto o en el AVE... necesito un poco de tranquilidad para repasar y adentrarme un poco, sólo eso.

¿Tenía clara la trama de principio a fin antes de ponerse a escribir?

Sí, lo que pasa es que siempre hay personajes que te crecen. Y entonces a mitad de la novela modificas la estructura de los capítulos. Ha ocurrido por ejemplo con Chiara.

Hablando de Chiara, en la novela aparecen representadas muchas minorías y grupos sociales que podríamos considerar actuales...

Quería demostrar que esas minorías existían y han existido siempre. No son cosas de ahora. Esas formas de sentir son inherentes al ser humano. Me ha hecho mucha ilusión estas fechas en torno al día de la mujer en los que se ha hablado mucho en los medios de mujeres silenciadas, entre ellas muchas mujeres que tuvieron que hacerse pasar por hombres para poder estudiar, escribir...

Hay personajes históricos, incluidas mujeres españolas muy relevantes.

Partía de la premisa de pensar ¿qué pasaría si aquello que nos contaron de que las mujeres no nos unimos fuera mentira? Así que investigando vi que el texto de vindicación de los derechos de la mujer de Mary Wollstonecraft se publicó con un año de diferencia en dos ciudades distintas además de Londres, como eran París y Venecia. En todos los casos por mujeres cultas... qué casualidad. Ahí decido juntar personajes históricos con personajes ficcionados.

En el caso de las mujeres la historia no siempre las ha tratado bien...

¿Quién nos dice que María Antonieta en el fondo no fue una adelantada a su tiempo? Lo fue, se enfrentó a toda la corte de Versalles. Se la ha tratado muy injustamente, sólo como una frívola sin consideración con el pueblo y no es verdad.

En la novela vemos acusaciones de bruja a mujeres que molestan...

En el siglo XVIII se seguían repartiendo panfletos que afirmaban que la mujer no tiene alma. Toda mujer ilustrada asustaba porque la tesis era que la mujer no estaba hecha para las matemáticas, ni para estudiar. Los derechos de las mujeres eran inferiores a las de los niños.

En este libro el hombre no es siempre el enemigo...

No, no se demoniza al varón. Si a te educan en el machismo como en esa época tienes que tener mucha inteligencia para superar los dogmas que te han impuesto. Aún así existieron y en la novela aparecen reflejados, hombres que consideraban a la mujer como personas inteligentes y valientes. Pero estaba mal visto defender eso en público, te jugabas tu prestigio.

Hay un momento de revelación, de dejar atrás la oscuridad, fueron las primeras en hacerlo, ¿no?

En el siglo XVIII sucedió eso: comenzó un movimiento, había tertulias literarias de mujeres, declaraciones de derechos de la mujer, ilustradas que firmaban con su nombre... salieron a la luz y dieron la cara.

¿Cómo se siente cuando escribe las escenas de sexo?

Al principio me sentía un poco inexperta, porque no sabía si me quedaba corta o no. Excederme podía implicar cambiar de género y hacer una novela erótica y no era la idea. Me fue complicado encontrar el término medio, porque me pasaba.

¿Ha habido alguna escena que recuerde haber reescrito más que otras?

El primer capítulo. Lo he reescrito bastante, porque la novela empieza y cierra con todos los personajes en la acción. Quería que fuera como en esas películas en las que hay una fiesta y todos los personajes se van cruzando para entender más tarde por qué. Pero quería explicar demasiado, así que lo pulí para que la gente no se perdiera en esos primeros capítulos.

¿Hay algún pasaje biográfico?

No. Pero siempre hay una parte que se escribe desde el inconsciente. Estoy en un momento en el que me siento mucho más libre y al final se habla de eso. Hay una frase en el libro que dice "detrás del miedo está el mundo que deseas". Y aunque no haya nada autobiográfico, el libro te acompaña en el momento vital en el que estás.

Hay una sociedad secreta de mujeres en el libro, si usted formara una sociedad secreta, ¿por qué trabajaría?

A lo mejor queda obvio, pero por un mundo mejor, por un mundo más diverso, para quitarnos anquilosamiento de creencias absurdas. Sería una sociedad secreta motivadora, un motor de cambio. Pero no sería una sociedad secreta de mujeres, ni de hombres... sería un club de mentes inquietas.

Hay muchas citas de grandes mujeres en el libro, ¿cuál es su preferida y por qué?

Me pareció muy brutal e incluso pensé en si ponerla o no, la de sor Arcángela, Elena Tarabotti: Ella escribió "Asesinar a los recién nacidos es menor pecado que enterrar vivas a mujeres". Es una frase súper bestia, una salvajada, pero la dijo entre 1604 y 1652 y reflejaba lo que sentía ella, que era una monja Veneciana recluida a la fuerza que llegó a ser influyente para muchos mandatarios de la época.

Dice el personaje de Felizzia "no seré yo quien juzgue lo que una mujer tiene que hacer con su cuerpo". ¿Aún se juzga demasiado eso?

Sí. En el texto predictivo de Google pones "la atleta" a continuación te sugiere "más guapa" o "más sexy". Si pones "el atleta" te da opciones como "mejor" o "más rápido". El peso de lo femenino aún está en el cuerpo, sexualizado. Es algo que el hombre también está empezando a sufrir, aunque es la mujer la que más se percibe como un objeto.

Lucrezia sueña con aventuras... ¿con qué soñaba usted de niña?

Yo me iba por mundos paralelos... de niña fui muy incomprendida porque mis compañeras de clase me trataban como un ser extraño porque no me divertía jugando a las gomas o con los cromos. No tenía límites soñando y no entendía por qué eso no encajaba. Era una sabionda que fantaseaba en voz alta.

¿Eso le creó problemas?

Bueno, a mí me insultaban. No te puedo decir que sufriera bullying, pero sí me di cuenta de que lo distinto produce rechazo.

Y la escuela no siempre fomenta la imaginación...

A mis padres les reunieron para decirles que Sandra no valía para estudiar. Tuve la suerte de que mis padres dijeron que Sandra haría lo que le diera la gana. El sistema educativo no puede tratar a todos los niños por igual.

En la novela hay algunas muertes... ¿cuesta deshacerse de un personaje?

Hay algunos que tienes ganas de matarlos... (risas). Me cuesta deshacerme de ellos cuando he terminado. Cuando sale la novela y me despido de ella y de sus personajes.

¿Les coge cariño?

Te lo juro. Les quiero a todos. Me han dado mucho, me han enseñado.

¿Será esa la relación de Dios con sus creaciones, la de crearlos y aprender de ellos?

No sé si existe ese Dios que creó la humanidad, así que no me lo planteo. Las religiones se crearon para superar la incertidumbre de saber qué pasa tras la muerte y de ahí se idearon los pecados para tenernos sujetos.

Es novelista y trabaja en televisión, ¿ha encontrado prejuicios por eso?

He notado prejuicios por trabajar en Mediaset. Ha habido cenas en las que me han llegado a decir "ah, es que tu cadena no la veo, con esa programación..." y eso me molesta. Es como una moda muy incorrecta decir esas cosas. Pero literariamente desde el principio se me ha respetado bastante y la crítica siempre me ha dejado muy bien.

¿Y los autores no mediáticos?

Los autores mediáticos siempre han existido. El problema es que hay autores que quizá piensan que el descenso de sus ventas se debe que somos los mediáticos los que vendemos. Y creo que es al revés, las ventas de los más mediáticos permiten a las editoriales sostener a autores que no venden tanto.

¿Es envidia por las colas en las firmas de las ferias del libro?

A veces se trata a la gente de imbéciles, como que van sólo por eso. En mi caso la gente se lee las novelas y repite. Me hace mucha ilusión que hay mucha gente que me dice "te conocí por la escritura" y que me recomienden.

¿Y ahora qué?

Pues acabar la tetralogía, con el fuego. No sé si voy a descansar para desengancharme de los personajes o si haré algún libro de no ficción en medio...

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