Puigdemont, abierto a que toda España se pronuncie sobre la cuestión catalana

El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont, en Ginebra (Suiza), tras participar en un debate sobre el derecho a la autodeterminación.
El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont, en Ginebra (Suiza), tras participar en un debate sobre el derecho a la autodeterminación.
SALVATORE DI NOLFI / EFE
El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont, en Ginebra (Suiza), tras participar en un debate sobre el derecho a la autodeterminación.

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont tendió este domingo la mano al Gobierno central, al insistir en Ginebra (Suiza) que la independencia no es la única solución a la cuestión de Cataluña y al abrir la posibilidad de que la totalidad del pueblo español se pronuncie sobre la relación con España.

Puigdemont participó en un debate sobre el derecho a la autodeterminación en el Festival de Cine y Foro Internacional de Derechos Humanos (FFIDH) en el que también intervino el periodista del diario El País Xavier Vidal-Folch y la exministra de Exteriores de Suiza y expresidenta de turno de la Confederación Helvética, Micheline Calmy-Rey.

El líder catalán insistió en varias ocasiones en que en todas sus reuniones con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, le preguntó si tenía "un proyecto para Cataluña" alternativo a la independencia "y su respuesta siempre fue negativa".

"Yo le pregunté ¿tienen alguna contrapropuesta? Y él siempre respondió, quedarnos como estamos", indicó Puigdemont, quien, sin embargo, se mostró abierto a que toda la población española pueda pronunciarse sobre la relación que Cataluña debe tener con España.

"Yo sigo abierto al diálogo. Siempre y cuando se reconozca la posibilidad de la autodeterminación de Cataluña. Ojalá este debate se pudiera realizar en Madrid o Barcelona en condiciones de normalidad y pudiéramos llegar a un acuerdo en condiciones de respeto mutuo y de reconocimiento del otro", aseguró.

En este sentido, subrayó que el nacionalismo que propugna no es excluyente, sino abierto y que "no se define en contraposición al otro", y que una eventual Cataluña independiente mantendría relaciones de amistad y cordialidad con el resto de España como el Estado español lo hace actualmente con los países que fueron excolonias.

"Soy consciente que una sola nación, una sola lengua, una sola identidad, una sola mirada sobre el mundo es obsoleto", subrayó.

Preguntado en la rueda de prensa posterior si le hubiera gustado o no la participación de algún ministro español en el debate, Puigdemont recalcó que le "hubiera encantado", porque habría sido una "señal positiva a la comunidad internacional de una voluntad de normalización democrática".

Jueces y política

Durante el debate el expresidente de la Generalitat criticó la presunta judicialización de la política española y que sean, dijo, los jueces quienes se impongan por encima de la voluntad popular al impedir que los cargos electos puedan asumir sus cargos.

Un argumento que rechazó Vidal-Folch, quien dijo que si bien los jueces pueden equivocarse como cualquier otra persona, se limitan a cumplir la ley, una legislación que, según el periodista, el Parlamento catalán se saltó al aprobar las leyes de desconexión de la República catalana y de convocatoria del referéndum ilegal del 1 de octubre.

Precisamente, el periodista asumió que ese día "la policía cometió excesos", pero recordó que serán los jueces quienes decidan el nivel de la violencia y si fue o no excesiva.

Por su parte, Calmy-Rey abogó por que se forme en Cataluña un gobierno secesionista, "porque fueron los que ganaron las elecciones", y que se entable un diálogo "constructivo" con el Ejecutivo central que desbloquee la situación.

En cuanto a la pregunta de cuándo habrá un nuevo Gobierno en Cataluña, Puigdemont señaló que "es normal si no hay un acuerdo entre las fuerzas soberanistas que la población pregunte qué va a pasar, pero no es fácil y pido un poco más de paciencia".

Entre los asistentes al evento, que reunió a más de 900 personas, se encontraba la exdiputada de la CUP Anna Gabriel y el vicepresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Agustí Alcoberro.

Puigdemont, quien se reunirá este lunes precisamente con Gabriel, señaló en la rueda de prensa que "es una reunión privada que no está pensada para negociar nada". "Pero claro que hablaremos de la investidura, sería marciano que no hablásemos. Hablaremos de muchos temas y obviamente de los pasos de llevar a Cataluña hacia la República", añadió.

También reiteró, a la pregunta de si podría prescindir de la CUP para poder formar Gobierno, que "sería sorprendente que una mayoría parlamentaria no invistiera un presidente independentista".

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