Daniel Innerarity: "Nos hemos convertido en una sociedad de mirones"

  • El filósofo publica 'Política para perplejos', una obra que muestra el paso de la indignación a la perplejidad.
El filósofo Daniel Innerarity
El filósofo Daniel Innerarity
IÑAKI PORTO
El filósofo Daniel Innerarity

Desde la dedicatoria de Política para perplejos (Galaxia Gutenberg): "Para Sara, que ha sabido luchar por lo que quería en vez de limitarse a esperarlo" queda clara la dirección de la filosofía y la nueva obra del pensador Daniel Innerarity (Bilbao, 1959), premio Nacional de Ensayo 2003 por La sociedad invisible .

El resumen perfecto antes de empezar el libro de lo que sucede y cuenta en él: "No se me había ocurrido que al dedicarlo así definía lo que pasa, pero es la verdad", dice el filósofo, que con esta obra continúa La política en tiempos de indignación.

¿Se trata entonces de eso?, le preguntamos al muy cercano y excepcional escuchante Innerarity: ¿toca dejar de quedarnos a esperar? La contundencia llena su voz y su discurso, tan racional y sensato como el de la obra: "Sí, una democracia no funciona sin una ciudadanía que observa, se forma, entiende, participa y critica".

Pero con criticar solo ha quedado en evidencia que no basta: "Ni con mirar, porque nos hemos convertido en una sociedad de mirones, estamos mirando, gestionando nuestra pequeña dosis de indignación cotidiana. Es una democracia ocular: desde la distancia y con la vista en vez de con la palabra, que nos implica con otros; o con el oído, que nos obliga a escuchar al otro".

Y compara el presente con tiempos pasados: "Estamos peor en el sentido de la actitud de la gente hacia la política. Cuando la indignación había mucha ilusión, aunque fuera un poco ingenua".

¿Y qué ha pasado?, porque no podemos culpar de todo a la clase política: "Lo que no puede ser es que tengamos a una clase política malísima y una ciudadanía buenísima: alguna correspondencia tiene que haber entre unos y otros".

Apoya lo que afirma con hechos: "Cuando en el mismo año sucede lo de Trump y el Brexit en dos sitios completamente diferentes la pregunta es inevitable: ¿qué pasa para que no hayamos anticipado nada y que todos nuestros pronósticos fallen y entre la perplejidad en los expertos y actores políticos principales?

¿Domina entonces el mundo la perplejidad? "Está habiendo grandes cambios a tal velocidad que no tenemos capacidad de asimilarlos. Nos están dando de comer más de lo que podemos digerir. Hay que introducir momentos de reflexión para ganar en comprensión. Si en vez de eso sigues con el tuit y agitado y enfadado, vas a entender cada vez menos el mundo".

Pues si nos equivocamos en la previsión del presente, ¿cómo nos ve en capacidades para hacer frente y anticipar mínimamente el futuro? "El futuro está muy abierto y tengo optimismo, pero no de ese que dice: Va a ir a todo mejor. Eso no es ser optimista, eso es ser tonto".

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